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viernes, 14 de marzo de 2014

"SALIMOS" DE LA CLISIS Y LOS NIÑOS SIN SALIR DEL HAMBRE

 14 de marzo de 2014

Aumentan los casos de niños que no desayunan o no llevan merienda al colegio.

La crisis ha puesto en jaque a muchas familias con hijos pequeños en Galicia, lo que ha provocado un empobrecimiento de la alimentación infantil. Docentes, padres y colectivos han constatado un aumento de casos de niños que llegan a clase sin haber desayunado o que apenas llevan alimentos para comer en el recreo y aguantar el resto de la jornada escolar. Y cuando sí los llevan, no siempre son los más adecuados. Esta realidad ya ha puesto a trabajar a los servicios sociales municipales y a colectivos que reparten alimentos entre las familias más necesitadas, y que se han multiplicado en los últimos tiempos.

En Lugo el número de casos oscila entre dos y cuatro por centro, aunque varía en función de cada escuela. El concejal de Servizos Xerais de Lugo y además docente, Manuel Núñez, explicó que aunque siempre se ha detectado algún caso de este tipo, «nestes dous últimos anos, incrementouse». También lo confirma Margarita Martínez, orientadora de dos centros educativos de Vigo, que destaca sobre todo la proliferación de casos entre familias inmigrantes que, además, suelen tener bastante movilidad geográfica, «por lo que a veces se detecta el problema, se intenta solucionar, pero como luego se van a otro sitio, el problema vuelve a surgir».

Cáritas Diocesana de Mondoñedo-Ferrol es uno de los muchos colectivos que en Galicia prestan ayuda a las familias sin recursos. Constatan la existencia de este problema en algunos núcleos familiares, aunque ya lo han transmitido al Ayuntamiento, que atenderá todos los casos de forma urgente. «Muchos niños ferrolanos van con hambre al colegio o sus padres no les pueden mandar la merienda que les piden», explican desde la entidad. Añaden que en el perfil de personas que se acercan a Cáritas en demanda de ayuda ha aumentado el número de matrimonios jóvenes de dos o tres hijos, en paro y con escasez de ingresos que nunca habían tenido una situación de dificultad económica tan acuciante como la actual.

También entidades como la pontevedresa Amigos de Galicia están en permanente contacto con centros educativos gallegos para repartir alimentos entre aquellas familias que se encuentran en situaciones más extremas o que los niños tienen problemas de alimentación.

En el colegio José García, de Mende, un barrio a las afueras de Ourense, el director, Pablo Fernández, señala que «desde el curso pasado notamos la repercusión de la realidad económica en algunos alumnos, aunque no tanto en la comida porque aquí hay comedor escolar y no suelen traer cosas de casa. Hemos detectado casos graves; estamos atentos para remitirlos a Cáritas si es necesario». En el colegio de A Sionlla, en Santiago, sí han constatado que algunas familias se matriculan en este centro porque es el único de la ciudad de Santiago con comedor de la Xunta. De hecho, el colegio tiene capacidad para 150 comensales y da menús a 198 niños.

Las asociaciones de padres de alumnos también son conscientes de este problema. Helena Gómez, presidenta de la Federación de las APA de centros públicos de A Coruña, destaca que los casos han aumentado en los últimos años. En Vigo, la federación de entidades de padres (Foanpas) ha decidido elaborar un estudio para ver cuántos casos hay; y en Lugo, hay familias que están ayudando a otras pagar el comedor cuando no pueden asumirlo.
La Voz de Galicia

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