"Un día los obreros de la cervecería Damm de Barcelona declararon la
huelga porque su salario era muy bajo. Los empresarios no cedieron y
despidieron incluso a algunos trabajadores. Entonces la CNT respondió
con un boicot contra la cervecería. Algunos dueños de bares no quisieron
participar en el boicot. Siguieron despachando cerveza Damm. Entonces
los fueron a visitar Durruti y algunos compañeros, aparecían en
la puerta y destrozaban los escaparates, los vasos y el bar. Pronto en
todos los bares de Barcelona apareció un cartel que decía: «Aquí no se
despacha cerveza Damm.» Después de unas semanas la cervecería pagó la
totalidad de los salarios, volvió a ocupar a los despedidos y negoció un
nuevo convenio con la CNT"
Ramón García López, obrero de Barcelona, entrevistado el 5 de mayo de 1971. En 'El corto verano de la anarquía. Vida y muerte de Durruti', de Hans Magnus Enzensberger.
En España, con el ERE de Coca-Cola, aún no se han llegado a tomar
medidas como las de Durruti y los suyos, pero noticias como la que ayer
recogía el diario Información de Alicante —"Crece la presión contra Coca-Cola"—,
recogiendo cómo los hosteleros de la zona están tratando de cambiar de
proveedor ante una medida que afectará en gran medida a sus vecinos, nos
hacen albergar esperanzas, no solo de que no todo está perdido, sino de
que todo esto está sirviendo para que la gente tome conciencia de que
el poder está en nuestras manos simplemente si nos organizamos. Que no
decaiga hasta conseguir, como Durruti y los suyos ya hicieron casi un
siglo atrás, nuestros objetivos. Y si no, que nadie olvide —y el resto
de corporaciones tomen nota— que en Alicante, Palma, Asturias y Madrid,
que en todo el Estado, no se volverá a consumir un producto de The
Coca-Cola Company.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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