José Manuel Sanz
2013 acabó con el anteproyecto de Ley de
Seguridad Ciudadana presentado por el Partido Popular. En ese
anteproyecto aparece algo relativo al derecho de manifestación: “El
derecho de manifestación se ha ejercido ampliamente en los dos primeros
años de esta legislatura”. Analicemos, pensemos por qué hay continuas
manifestaciones. ¿Porque esta legislatura está llevando a cabo una buena
actuación? ¿Por qué no hay quejas y nos gusta salir a la calle? ¿Por
qué no se privatizan servicios públicos? ¡Exacto! Todo lo contrario, que
si hay manifestaciones y protestas, por algo será.
Es contra eso contra lo que achaca esta
nueva Ley de seguridad Ciudadana (también conocida como “Ley Mordaza” o
“Ley anti-protesta”), contra las manifestaciones. Nos quieren silenciar,
pero no pueden prohibir que escribamos. En este sentido, se puede
equiparar a la “Ley Mordaza” de Puerto Rico (1948) que tenía el objetivo
de que no se derrocase al Gobierno. ¿Es de eso de lo que tienen miedo?
¿De que el Gobierno caiga? ¿No? Pues deberían, porque la democracia se
asienta sobre el pueblo, un pueblo que debería, en la práctica, tener el
poder real, un pueblo que no puede ser acallado, porque eso atenta
contra la libertad de expresión. Quizá sea eso lo más preocupante de
esta nueva ley, que la libertad de expresión se ve sumamente mermada, y
sin libertad de expresión no hay democracia.
Son curiosos varios puntos del
anteproyecto, como el punto 2 de las infracciones graves: “La
participación en alteraciones de la seguridad ciudadana usando capuchas,
cascos o cualquier otro tipo de prenda u objeto que cubra el rostro,
impidiendo o dificultando la identificación.” Nada, señores
delincuentes, que si están cometiendo alguna ilegalidad y comienza a
chispear, prohibido taparse. Mójense.
Señores públicos, escritores y
verbadores, cuidado con el punto 16 de las mismas: “Las manifestaciones
públicas, escritas o verbales, efectuadas a través de cualquier medio de
difusión, así como el uso de banderas, símbolos o emblemas con la
finalidad de incitar a comportamientos de alteración de la seguridad
ciudadana, violentos, delictivos o que inciten, promuevan, ensalcen o
justifiquen el odio, el terrorismo, la xenofobia, el racismo, la
violencia contra la mujer, o cualquier forma de discriminación, siempre
que no sean constitutivas de delito.” ¿Esto afecta a la libertad de
expresión? ¡Censura!
Algo de humor nunca viene mal, y si no
ojo al punto 19 de infracciones leves, que prohíbe “El escalamiento de
edificios o monumentos sin la debida autorización y la precipitación o
lanzamiento desde los mismos, sin la debida autorización.” En fin,
desesperados de España, que si os queréis arrojar al vacío, tenéis que
pedir permiso o, en su defecto, pagar una multa de entre 100 y 1000€.
Faltaría más, pagar por morir.
Cabe decir que esta Ley cuenta con
numerosos detractores, tanto formaciones políticas como ciudadanos que
protestan contra la ley-antiprotesta. En fin, con todo esto, ¿es
sensato, en los tiempos en los que estamos, dañar así la democracia y
todo lo que ello significa? ¿No es lo que queríamos conseguir? Una
democracia debe tener diversidad de opiniones, pero que no se pretenda
acabar con las opiniones contrarias, que es al fin y al cabo lo que
pretende esta ley.
Y para concluir, y a modo de opinión
personal, no creo que dé buena imagen que en vez de intentar contentar
al pueblo con medidas favorables y no demasiado grotescas, nos callen a
golpe de ley.
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