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martes, 14 de enero de 2014

! ES LA PROPIEDAD DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN ESTUPIDO!




Medios producción
Pedro Pascual

 Leyendo el Mundo Obrero de diciembre, el dedicado al XIX Congreso del PCE, leo como el secretario general del PC País Valencia, Javier Parra, ante la pregunta ¿Qué par de puntos destacarías del Congreso? Señala en el final de su contestación, “la ausencia del debate de nombres en favor del debate político”.

Este artículo no va bajo ningún concepto a responder ni a discutir las palabras del camarada Javier Parra (fundamentalmente porque significado de las palabras de Javier Parra pueden ser diferentes a lo que a mí me ha inspirado a realizar este artículo). Más bien podría decir que esas palabras me han hecho recordar una idea reincidente en los últimos treinta años en España – y en gran parte de Europa -. Y esta idea es la de que las palabras no valen nada sin los hechos, sin la práctica, es decir, de nada vale hablar todo el día de Socialismo si luego los hechos y prácticas del partido y de la militancia son inocuos o ineficaces para tal fin.

Dicha idea aun imperante podría haber sido aceptada hace treinta años por dos premisas. En uno de los casos para evitar el izquierdismo, en el que amparándonos en la palabra Socialismo como bandera, esperamos de brazos cruzados – o criticando a todos los impuros- al momento de la revolución, al de la lucha final, dejando de lado las complicadas luchas del día a día que nos presenta el momento histórico presente. En el otro caso, se dejó a un lado la palabra reiterativa de Socialismo como estrategia política, a causa de la masiva manipulación o desvirtuación del concepto de Socialismo, que hacía que fuese rechazado por una parte de la clase explotada, que paradójicamente apoyaban las medidas socialistas.

La cuestión es que por unas causas u otras el concepto de Socialismo dejo de ser central – ni siquiera periférico- tanto en las organizaciones como en la calle. Y esto es un tremendo y flagrante error a día de hoy. Por esa razón, la tesis a proclamar sin ser divergente con algunos conceptos que hicieron que se abandonase el concepto de Socialismo, sí que es firme en que la recuperación del concepto de Socialismo como hecho central es de una necesidad vital.

No estoy en desacuerdo con el programa de mínimos que Julio Anguita ha defendido y proclamado por el Frente Cívico. En ello solo encuentro un pero: la ausencia o la falta del concepto de Socialismo. Me explico. Lo que pide el Frente Cívico es prácticamente lo que siempre ha pedido la clase explotada: lo necesario para poder vivir con dignidad. La cuestión es que ese programa de mínimos que exige el Frente Cívico – en apariencia nada “socialista”- solo es posible bajo un sistema de producción socialista, es decir, esos mínimos no son posibles dentro del sistema de producción capitalista, por lo tanto, es vital el recalcar este hecho real y concreto: El sistema capitalista nunca proporcionará esos mínimos, nunca, y ellos solo son posibles de alcanzar bajo un sistema socialista. Por lo tanto, la ausencia del concepto de Socialismo es lo que falla en el programa del Frente Cívico.

Considero que hoy más que nunca es necesario el añadir el eslabón que falta o que dejamos en el camino, aquel que pensamos que nos impedía avanzar cuando justamente sin él hemos ido retrocediendo. Ninguna propuesta alternativa al capitalismo es real sin poner sobre la mesa el hecho de la propiedad de los medios de producción y todo lo demás es engañar a la clase explotada, es decir, ningún programa de la “izquierda” es posible cambiando la gestión del capitalismo.  Y estas palabras claves son fundamentalmente la base del concepto de Socialismo.

Es decir, la clase explotada puede pedir lo máximo o lo mínimo – tal hecho en principio no es tan crucial- pero ha de ser totalmente consciente, de que aquello solo es posible eliminando – o restringiendo- la propiedad privada de los medios de producción, es decir, que la propiedad privada de los medios de producción es lo que impide, es la causa, de que la clase explotada carezca de esos mínimos. Y es en base a este hecho y conocimiento por lo que se ha de enarbolar la bandera del Socialismo, no como un concepto vacío o nostálgico, sino como hecho crucial sin el cual es imposible el explicar la realidad, sin el cual todo parece complejo o en todo caso un problema solamente de gestión.

El Socialismo -  la propiedad de los medios de producción- es el concepto que ha y debe vertebrar a toda la izquierda revolucionaria, puesto que solo incidiendo explícitamente en la cuestión de la propiedad de los medios de producción, la clase explotada puede hallar o debatir en la solución a sus problemas- en definitiva lo que se considera Democracia-, y ello nunca es posible bajo el Capitalismo – cuya base es la propiedad privada de los medios de producción- independientemente de quien lo gestione, ya sea PP, PSOE, o Izquierda Unida,  puesto que al estar aun los medios de producción en manos privadas, la toma de decisiones políticas y económicas no la tiene la población que vota, ni los políticos que eligen – sean quienes sean- sino los propietarios de los medios de producción, por ello, para poder decidir qué hacer para solucionar los problemas que sufre la clase explotada, esta necesita como mínimo la propiedad de los medios de producción.

Hoy como ayer sigue vigente la frase de Rosa Luxemburg: Socialismo o Barbarie

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