01.12.2013.
Un artículo de Francisco González.
Solo en Catalunya más de un millón de
ciudadanos/as están ahora mismo pasando frio en unos hogares sin
calefacción, al no poder pagar las abusivas cuotas impuestas por las
bandas organizadas que integran el holding de la energía. La pobreza
energética aumenta de forma galopante en todo el estado español, donde
millones de familias se ven imposibilitadas de asumir el precio de los
recibos, dándose el caso de que personas mayores, enfermos/as, niños/as y
hasta recién nacidos/as, sufren las temperaturas gélidas que inundan
cada rincón de sus humildes viviendas.
Al otro lado donde la caja B se reparte en
sobres, el ministro responsable hace mutis por el foro, desoyendo la
avalancha de iniciativas ciudadanas contra las vergonzosas subidas de la
luz y el gas, importándole una mierda el sufrimiento del pueblo, el
inmenso dolor, la tristeza de personas que no tienen culpa de las malas
prácticas de las multinacionales de la energía, de sus ilegalidades, de
los abusos, de los constantes escándalos y trapicheos que asombran a la
ciudadanía.
Desde el año 2008 el coste del recibo de la
luz se ha disparado más de un 70%, alcanzando una media de 800 euros al
año, pero esto no parece importarle a este impresentable gobierno del
PP. El aumento del paro, las subidas de impuestos, las bajadas de los
sueldos, las millones de familias que sobreviven sin ningún tipo de
ingresos, que ahora están condenadas a pasar el frío gélido y terrible.
Según datos de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético una
de cada diez familias del estado español están en situación de “pobreza
energética”, lo que significa que no podrán este invierno encender la
calefacción, ya que les será imposible pagar las facturas del gas y la
luz.
Esta gravísima situación pone en grave riesgo
las vidas y la salud de las personas afectadas, que son víctimas
directas de las reformas energéticas del gobierno, que no ha tenido en
cuenta que existen infinidad de familias sin posibilidades económicas,
preocupándose exclusivamente de los beneficios millonarios de las
multinacionales.
La falta de calor en el hogar produce más de
2.500 muertes prematuras al año, más que los fallecimientos por
accidentes de tráfico. Cuando empiecen a aparecer cientos de personas
muertas de frio en sus hogares, más de un jerarca de la casta política
se echará las manos a la cabeza, pero esta inminente posibilidad no
parece importarle al abanico surrealista de los partidos políticos
fieles al régimen del pelotazo.
Encendamos velas en cada ventana, en cada
plaza, en cada calle, en apoyo solidario y fraterno con estas familias
que pasan frio, que entre temblores contemplan un futuro congelado,
aterrador, en manos de gobiernos miserables, inhumanos y sátrapas,
siempre al servicio de sus particulares y siniestros donantes.
En la ilustración Gladys y su marido con alzheimer, que han tenido que pedir mantas a Cruz Roja, para poder pasar un invierno sin calefacción en Cerdanyola del Vallés (Barcelona).
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