lunes, 2 de diciembre de 2013
Ni con este segundo (o
tercero según como se mire) rescate a costa nuestra, ni por miles más
que lleven a cabo evitarán el desastre.Sólo la declaración ilegítima de
la deuda, la salida del euro y la nacionalización (posterior
expropiación) de la banca salvarán al país. Pero eso el fascismo no
puede hacerlo.
El Gobierno ha aprobado
un segundo rescate para la banca por importe de 30.000 millones de
euros. Ese es el importe de los llamados activos fiscales diferidos que
van a ser avalados por el Estado para que los bancos puedan anotar esos
millones en sus balances como capital, conforme exigen las nuevas normas
de solvencia bancaria que entrarán en vigor el próximo año (Basilea
III).
Los activos diferidos,
transformados por el Estado con su aval en créditos fiscales, son
impuestos que los bancos no pagarán en los próximos ejercicios para
compensar pérdidas anteriores. El total de activos fiscales supera los
70.000 millones de euros y de ellos, la banca reclamaba la
transformación en créditos (capital) de 50.000 millones. Finalmente, los
ministerios de Economía y de Hacienda han limitado los créditos
fiscales a 30.000 millones.
Sin este segundo
rescate, que se añade a los 41.000 millones inyectados por el mecanismo
de rescate europeo a los bancos españoles el sector tendría gravísimos
problemas para pasar los exámenes previstos por el BCE y los llamados
test de estrés para determinar el estado de su salud. El aval del
Estado, teóricamente, no tendrá coste inmediato para el contribuyente ni
tampoco impacto en el déficit. Pero todo depende de que no haya
problemas en el futuro.
Créditos fiscales avalados
La banca ha defendido la
conversión de los activos fiscales en créditos avalados por el Estado
como refuerzo de su capital con varios argumentos: se ha hecho en otros
países y beneficia al contribuyente porque aleja el riesgo de quiebra de
entidades, lo que obligaría, entonces sí a nuevos desembolsos de
dinero público.
Con la aprobación del
Gobierno, la banca respira. Los activos fiscales diferidos no gustaban
al Fondo Monetario Internacional y tenían que ser eliminados de los
balances en el plazo máximo de 10 años (Basilea III). Ahora, esos
activos en cuestión, pasan a reforzar el capital de los bancos. Todo un
apoyo.
La transformación de
impuestos diferidos en créditos fiscales vendría a ser, según los
economistas más críticos, una especie de segundo rescate oculto de la
banca.
Santander, el más beneficiado
Con los números en la
mano, la entidad más interesada en el proceso en términos absolutos es
el Banco Santander. Con datos de Attac y a 31 de diciembre de 2012, el
importe de sus activos por impuestos diferidos ascendía a 17.848
millones de euros.
En términos relativos,
por las consecuencias sobre la estructura de su capital, las entidades
más afectadas serían Bankia (9.700 millones) y Sabadell (5.381
millones). Los AID suponen un 247% respecto a su patrimonio en el caso
de Bankia y un 58% en el caso del Sabadell.
Las entidades que van a
tener que pasar el examen del BCE son: BBVA, Santander, Banco de
Sabadell, BFA-Bankia, Banco Mare Nostrum, Banco Popular y Bankinter.
También participarán en el ejercicio Ibercaja, La Caixa, Ceiss, Cajas
Rurales Unidad, Catalunya Banc, Kutxabank, Liberbank, Unicaja y NCG
Banco.
El ministro de Economía,
Luis de Guindos, ha negado que la normativa suponga "ningún regalo"
desde el punto de vista fiscal a la banca, puesto que estos activos ya
forman parte de su capital. "No tendrá impacto ni en deuda ni en déficit
público", ha subrayado. Hoy ha insistido en que no hay una
transferencia de capital sino que se trata de un asunto meramente
contable.
Infolibre
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