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lunes, 9 de diciembre de 2013

10.000 KILÓMETROS EN BUSCA DE JUSTICIA


10.000 kilómetros en busca de justicia


BUENOS AIRES // Varios de los querellantes por los crímenes del franquismo han declarado esta semana ante la jueza María Romilda Servini de Cubría, que investiga los crímenes de lesa humanidad y el robo de bebés en España durante el período comprendido entre los años 1936 y 1977. La llegada de estos querellantes y víctimas de la represión franquista coincide con la reciente autorización del Gobierno de Mariano Rajoy de extraditar a dos de los cuatro torturadores contra los cuales la magistrada argentina dictó orden de detención vía Interpol y a efectos de indagatoria el 18 de septiembre del corriente año.
Durante la tarde del sábado pasado, la Plataforma Argentina de apoyo a la querella contra los crímenes del franquismo recibió a la delegación española en la sede de la Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina en Buenos Aires. Allí estuvieron presentes los tres primeros querellantes: Darío Rivas Cando, Inés García Holgado y Adriana Fernández.
En estos momentos, la causa abierta en Argentina contra el franquismo es la única en el mundo. Por eso se han movilizado miles de kilómetros para ser escuchados. Algunos llegaron el viernes, otros el mismo sábado, pero el cansancio de doce horas de viaje no fue impedimento para el encuentro. El recibimiento de la delegación española por los integrantes de la Plataforma Argentina fue cálido y emotivo y hubo tiempo para las presentaciones individuales, en las cuales cada uno sintetizó su historia y sus esperanzas.
Entre los visitantes llegados a Buenos Aires se encuentran José María Galante Serrano, José Ibargutxi y Soledad Luque Delgado, quienes ya habían estado en Argentina a fines de agosto, participando en esos días de la creación de la Plataforma Argentina de apoyo a la querella. En ese acto, representantes de organismos de derechos humanos, asociaciones de profesionales, organizaciones políticas, estudiantiles, gremios culturales y ciudadanos en general, en base al “principio de jurisdicción universal”, se comprometieron a “apoyar la difusión de los objetivos de la querella y a respaldar las actividades que se realicen con ese fin, y para seguir aunando voluntades con un criterio amplio, plural y democrático que congregue las diversidades de pensamiento y acción”.
Una tupida delegación
Esta vez, la delegación española contó también con la presencia de los querellantes Andoni Txasko Díaz, Ángela Fernández Carballeda, Ascensión Mendieta Ibarra y su hija Ascensión Vargas Mendieta, Elsa Osaba Bailo, Felipe Izagirre Esnal, Felipe Moreno, Jon Arrizabalaga, José Luis Galán Corrochano, María Antonia Oliver París, María Josefa Zorroza Gezuraga, Merçona Puig Antich, Pablo Mayoral y Paqui Maqueda Fernández. Y los viajeros no querellantes Ana Mesutti (abogada), Eduardo Ranz, Hugo Fernández, Manuela Bergerot Uncal, María Arcenegui Siemens, María Luisa Chamorro Díaz Guijarro y Peter de Echave.
Durante estos días, y a la espera del cumplimiento de la orden de extradición que dictó Servini de Cubría, no sólo declararon en el juzgado, sino que también participaron de muchas actividades (visitas a lugares emblemáticos de memoria histórica, charlas, entrevistas, debates y encuentros con diferentes organismos de derechos humanos).
Algunos de ellos fueron invitados especialmente a contar sus historias, como por ejemplo el ex sacerdote franciscano Felipe Izaguirre Esnal, representante del grupo “los curas de la cárcel de Zamora”, quien se reunió con miembros del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos de Buenos Aires y relató sus años de lucha, cárcel y tortura por hablar de justicia social y denunciar los maltratos policiales al pueblo.
El martes por la noche, las dramaturgas españolas Susana Hornos y Zaida Rico, acompañadas por otras actrices, ofrecieron una función especial de la obra Granos de uva en el paladar, homenaje teatral a 80 años de lucha. En esta oportunidad participaron y acompañaron diferentes organismos de derechos humanos, personajes de la cultura y medios de comunicación.
Al finalizar la función y rodeada de gran cantidad de personas emocionadas, Ana Messuti, integrante del equipo de abogados que impulsa la querella argentina por los crímenes del franquismo subió al escenario y se dirigió al público presente explicando los avances de la causa.
Homenaje a las Brigadas Internacionales
Unos días después, tras la tradicional ronda de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo, símbolo de lucha por conservar siempre viva la memoria, llegó uno de los momentos más emotivos de la visita. La Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra los crímenes del franquismo realizó un “Homenaje de los Pueblos del Estado Español a los Hombres y Mujeres de las Brigadas Internacionales que partieron de Argentina a combatir en territorio español en defensa de la Paz, la Democracia y la Emancipación. Hijos de lo mejor de lo Humano”.
Este homenaje consistió en la inauguración de una placa en la puerta del Bar Iberia, antiguo reducto republicano en plena Avenida de Mayo, la más española de la ciudad de Buenos Aires. El “Chato” Galante, integrante de una asociación de presos del franquismo, fue el encargado de dirigir la palabra a los presentes. Galante se refirió al momento en que se produjo el golpe de estado militar contra la República Española democráticamente constituida, “momento en el que el mundo asombrado vio como las democracias occidentales miraban para otro lado mientras el fascismo apoyaba material, política y militarmente a los sublevados”.
De manera firme y mirando a los presentes reconoció que “no todo el mundo se quedó en ese asunto, sino que hubo gente que pasó del asombro a la indignación y de la indignación a la acción. Fue esa gente lo mejor de su generación, la que fue a España a pelear por libertad y democracia porque entendió que esa pelea era también la pelea por un mundo más libre, más justo y mejor, sueño que ellos llevaban en su corazón”.
Chato agradeció al pueblo argentino haber permitido hoy dar esa pelea contra la impunidad del franquismo y destacó la importancia de rendir homenaje a los argentinos que estuvieron en las Brigadas Internacionales, “algo que en nuestro país no nos dejan y aquí es un ejercicio extraordinario por los derechos humanos y la recuperación de la memoria”.
Para finalizar sus palabras, propuso que “así como los presos con tenacidad utilizaban cucharas para cavar metros de tierra que les permitiera recuperar la libertad, hay que volver a agarrar las cucharas de uno y del otro lado del océano para cavar metros y metros contra la impunidad del franquismo”.
Aplausos, puños en alto y cantos de la época de la Guerra Civil cerraron el homenaje, junto a otros cantos reclamando justicia como el argentinísimo “Olé olé, olé olá, como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”. Los integrantes de la delegación española dejaron claro que, a pesar de tener distintos criterios y diferentes inclinaciones políticas, los une la misma esperanza, lograr la verdad, la justicia y la reparación que su propio país les niega.

“He soñado con este día durante cuarenta años”

Víctimas de las torturas de ‘Billy el Niño’ relatan frente a la Audiencia Nacional sus experiencias con el ex inspector de la Brigada Político y Social.
Felisa EchegoyenAlejandro Torrús, Diario Público 5.12.2013
Parecía que el día nunca iba a llegar, pero llegó. Alrededor de 100 activistas por la memoria histórica y victimas de la dictadura han acudido esta jueves a la puerta de la Audiencia Nacional para apoyar la causa abierta en la Justicia argentina que investiga los crímenes de la dictadura. Para muchos de ellos, este jueves era un día señalado en rojo en el calendario. Tenía que sentarse frente al juez Ruz el ex inspector de la Brigada Político y Social Antonio González Pacheco, alias ‘Billy el Niño’, y el ex Guardia Civil Jesús Muñecas. La “cara de placer al golpear”, los “insultos” y “las técnicas de tortura” del ex inspector aún perviven en la cabeza de muchos de los que hoy se han dado cita en la protesta.
Entre ellos, se encontraba Luis Miguel Urbán, quien reconoce que ver a ‘Billy el Niño’ entrar a la Audiencia Nacional a declarar por sus presuntas torturas es un “sueño hecho realidad”. Urbán conoció a González Pacheco hace 40 años cuando fue detenido por novena vez por pertenecer a la Liga Comunista Revolucionaria, le acusaban de asociación ilícita y propaganda ilegal. Su cara nunca se le olvidó. “Mientras me golpeaba se ‘descojonaba’ y me decía que no iba a salir de allí en la vida”, recuerda hoy Urbán.
En su memoria ha quedado grabado para siempre la buhardilla de la Dirección General de Seguridad, actual sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. “Era una habitación donde no podías ni ponerte de pie por la altura del techo. Allí me hicieron de todo. Hubo momentos en los que pensé que ‘Billy’ tenía razón y que no saldría de allí. Me desmayé varias veces. De hecho, recuerdo como el médico que me acompañaba dijo una vez a los tres torturadores que estaban conmigo que si no tenían cuidado este preso se les iba”, señala Urbán, que recuerda que su máxima obsesión era que no detuvieran a su mujer. “Llevábamos tres meses casados”, afirma.

“Fernando, ¿has aprobado ya el COU?”

 Fernando Navarro también ha decidido esta mañana acudir a la Audiencia Nacional para ver si podía ver de nuevo la cara de aquel inspector de la Brigada Político y Social que le torturó. Este hombre, que actualmente tiene 66 años, fue detenido en el Instituto Simancas por participar en una asamblea de estudiantes. Era el 21 de enero de 1973 y los estudiantes protestaban la suspensión de una convocatoria de exámenes para aprobar COU.
“Antes de empezar la asamblea llegaron como 20 grises y detuvieron a 18 de nosotros. Me llevaron a la Dirección General de Seguridad y tras tomarme declaración Ballesteros, me entregaron a ‘Billy el Niño’. Era un hombre con cara desagradable, greñas en el pelo y pinta de estudiantes ‘progre’”, recuerda hoy Navarro.
Los próximos recuerdos de Navarro del ex inspector ya no serían de su físico. “Me preguntó si estuve en la asamblea, yo lo negué y entonces me dio un puñetazo en la puerta del estómago y me cogió de los testículos. Después puso mi cabeza encima de un radiador y comenzó a golpearme por todo el cuerpo. El interrogatorio duró tres horas y se repitió al día siguiente. Finalmente, salí de allí con una multa que después me quitaron porque mi presencia en el instituto estaba justificada”, asegura Navarro.
No obstante, esta no fue la única que vez que Navarro vio a José Antonio González Pacheco. Unos meses después, cuando se disponía a entrar al metro Santo Domingo (Madrid) se encontró con una placa de policía en su cara. Era la de Antonio González. “Fernando, ¿has aprobado ya el COU?”, le espetó. Entonces, fue detenido y llevado de nuevo a la Dirección General de Seguridad. No obstante, en esta ocasión no sufrió torturas. “Solo permanecí dos días desnudo en una celda de aislamiento”, sentencia.

“Queremos que rinda cuentas ante la Justicia”

Felisa ‘Kutxi’ Echerroyen explicó a Público las torturas que recibió de ‘Billy el Niño’ el día que la Justicia argentina lo imputó y envió una orden de detención internacional por el delito de torturas. Entonces, explicó como el 8 de octubre de 1974, cuando tenían 26 años, cinco policías, entre ellos Billy el Niño, irrumpieron a golpes en su casa. “Me cogieron de los pelos y me llevaron hasta la ventana. Me pusieron de espaldas a ella y comenzaron a interrogarme y a golpearme. Pensé que me iban a lanzar”, relató a Público. Presa del pánico, Felisa comenzó a gritar pidiendo auxilio. Billy el Niño cogió un pañuelo y se lo metió en la boca a golpes.
“La primera noche fue terrible. La pasé entre golpes, palizas y careos con otros detenidos. Negué conocer a todos ellos, menos a uno. Era mi marido”, relató Felisa, que señala que el segundo día cayó presa del pánico y sufrió un ataque de nervios que la dejó completamente rígida. “Los policías se asustaron porque no me movía y me llevaron al médico. Gracias a eso, el segundo y el tercer día no me pegaron. Se ocuparon de mí los policías que hacían de ‘buenos’”, recuerda.
Hoy, Felisa ha acudido a la puerta de la Audiencia Nacional para verle la cara a aquel que la torturó. Quería decirle, como tantos otros, que ella está en la calle mientras él iba a ser procesado por sus delitos. Pero el despliegue policial no ha permitido que las víctimas se acerquen a la puerta de la Audiencia Nacional. Aún así, Felisa reconoce encontrarse “emocionada”, pero con reservas.
“Nunca pensé que llegaríamos tan lejos cuando comenzamos la querella argentina. Es la primera vía que se abre en este país para se juzgue a los torturadores de la dictadura. Esperamos que el proceso de extradición se cierre en un periodo de tiempo más o menos corto y que pueda actuar la Justicia”, asegura Felisa, que señala que su intención no es encarcelar a Pacheco sino que, simplemente, rinda cuentas ante la Justicia como cualquier otro ciudadano.

La tortura no es exclusiva de Pacheco

 En la manifestación de este jueves de las víctimas de la dictadura se encontraba también el histórico dirigente del PCE Victor Díaz Cardiel. Este hombre conoció en la Dirección General de Seguridad a ‘Billy el Niño’ aunque jamás fue interrogado por él. “Lo vi porque por aquel entonces se pasaban a conocer a los detenidos que ellos consideraban que tenían una cierta importancia”, relata Díaz, que recuerda para Público sus estancias en la buhardilla de la DGS.
“Me acuerdo que lo primero que hicieron fue quitarme la correa y los cordones de los zapatos para que no me ahorcara. Después cuando comenzaban los interrogatorios me vapulearon ente seis y ocho agentes hasta que perdí el conocimiento. Me pusieron las esposas y me hicieron andar de rodillas. Por eso, no tenía ningún miedo a que me tocara ‘Billy el Niño’ porque todos eran igual de animales que él”, asegura Díaz Cardiel, que fue detenido en 1965, 1973 y en 1976

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 

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