No basta con imponer un 40% de servicios
mínimos. No basta con reprimir mediante cargas policiales y detenciones
arbitrarias a los manifestantes.
No basta con criminalizar a los
huelguistas de la limpieza mediante un bombardeo mediático que saca a
relucir los “impactos sobre la salubridad” de los parones. No basta con
evadir mediáticamente la problemática que hay tras los ERES para acusar a
los huelguistas de ser culpables de todos los males.
Parece que para reventar una huelga todo
esto era insuficiente. Así, hemos recibido la información de que alguna
policía nacional ha emprendido la labor de barrer algunas de las calles
de Madrid.
Parece que cuando los palos no son
suficientes para que los huelguistas vuelvan a trabajar el gobierno es
capaz de poner a sus efectivos a hacer el trabajo de otros con el
objetivo de debilitar al movimiento sindical en lucha. Una práctica cada
vez más habitual y que nos permite recordar la intervención militar de
los controladores aéreos en noviembre de 2010.
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