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viernes, 4 de octubre de 2013

UN JOVEN DE 23 AÑOS MUERE DE HAMBRE EN SEVILLA


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Un joven indigente de 23 años de edad falleció en el día de ayer como consecuencia de la malnutrición que sufría. Este chico, de nacionalidad polaca, apenas pesaba 30 kg. Después de ser atendido en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde le suministraron un simple desayuno, fue nuevamente devuelto al albergue municipal de Sevilla, donde falleció en un sofá.

Esta dramática noticia muestra cómo va a ser el futuro bajo este régimen capitalista. El hambre ha vuelto a la sociedad española, pero las consecuencias mortales todavía no se habían mostrado. Solo el incremento de las afecciones por tuberculosis, ligada a la malnutrición, es una de las consecuencias mayores que hacen aflorar el incremento de la pobreza y del hambre. El camino hacia la competitividad capitalista, destruyendo trabajo y rebajando los salarios del existente, lleva hacia la generalización del hambre entre los trabajadores e, inevitablemente y desgraciadamente, a hacer más habituales este tipo de noticias.

La competitividad se ha instaurado no con el objetivo de beneficiar a la sociedad ni para crear empleo sino para beneficiar a una parte de ella, a los empresarios y banqueros, para engrosas sus acaudalados bolsillos y dominar el mercado. Muy a pesar de la últimas palabras de Mariano Rajoy en Japón: “Es un buen momento para invertir en España. Los españoles hemos sabido extraer lecciones de la crisis. Salimos de ella reforzados y más competitivos” por las ” decididas reformas abordadas”.  Las sucesivas reformas laborales, de las pensiones y la bajada de salarios, han conducido al aumento de la pobreza, como atestiguan los datos que maneja la propia Cáritas.

Los trabajadores producimos con nuestras manos lo suficiente para que la sociedad pueda cubrir sobradamente sus necesidades. Pero al ser apropiado por una pequeña parte de la misma lleva a que los trabajadores (la mayoría de la sociedad) quedemos carentes de lo que nosotros mismos producimos, en el grado necesario para sobrevivir. No cabe duda de que es necesario que la propiedad de lo producido pase a manos de la mayoría de la sociedad para la mayoría de la sociedad. Deberán ser arrebatadas, a los grandes empresarios y banqueros, las fábricas, empresas, máquinas, etc…, (pagadas con el sudor del trabajo de los trabajadores) y puestas a disposición de la sociedad para la sociedad. Ahí los trabajadores tenemos mucho qué decir.

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