El privilegiado ministro Soria, el mismo que hace el juego a las eléctricas y nos quiere dejar a oscuras, ese miembro del PP canario que abandona la tierra que le vio nacer en manos de la especulación salvaje de las petroleras, se hace hoy la foto en el pozo minero que quiere cerrar por inviable mientras compra el carbón a países que dejan sin infancia a miles de niños.
Los periódicos, esos mismos que criminalizaban la lucha minera y a los mineros llamándoles “borrokas” cuando luchaban por el pan y la subsistencia de una comarca, llenan sus páginas con el horror de la desgracia.
Esto no es un accidente, no lo es. Lo que ha ocurrido bajo tierra es otra consecuencia más de las políticas del desamparo al que someten día a día a la clase obrera, no es un accidente, es otra consecuencia, otro “suicidio” programado por parte del Estado, una cuestión de tiempo.
¿Cuántas fotos más se va a hacer el privilegiado ministro para fingir que le importa el dolor ajeno?
¿Cuántos obreros más tienen que morir para que nosotr@s, los obrer@s les paremos los pies y les
digamos, que nuestras vidas, que nuestra sangre vale tanto o más que la de los privilegiados que dictan el destino de nuestras vidas?
Cristina Tous
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