La Plataforma por una Auditoría Ciudadana de la Deuda presenta hoy su libro ‘¿Por qué no debemos pagar la deuda?’, que explica los mecanismos que se esconden tras del endeudamiento público. Hablamos con Pablo Martínez, uno de los autores.
La Plataforma por una Auditoría Ciudadana de la
Deuda (PACD) se creó en 2011 con el objetivo de promover una auditoría
de las cuentas públicas similar a la que se realizó en Ecuador en 2008, y
que permitió la renegociación de una parte de la deuda pública de este
país. La PACD quiere fomentar una auditoría en todos los niveles
administrativos, desde el municipal hasta el estatal. Varios municipios
catalanes adoptaron recientemente mociones que declaran ilegítima parte
de su deuda.
La PACD presenta este miércoles su libro
‘¿Por qué no debemos pagar la deuda?’, que explica los mecanismos que
se esconden tras el endeudamiento público. Hablamos con Pablo Martínez,
uno de los autores.
¿Por qué hacer de la deuda una cuestión central?
La deuda es una justificación para robar a los pueblos, es un
instrumento de dominación. Siempre ha sido así pero se ha intensificado a
partir de los años 70. Además es una cosa que nunca se cuestiona, se
presenta como una cuestión moral: “se tiene que pagar”.
¿Pero el problema del pago de la deuda no es una cuestión principalmente coyuntural?
Hay claramente un empeoramiento de la situación: el Estado mengua, ya
no es capaz de cumplir con su promesa, la del Estado de bienestar. Pero
se traslada a las poblaciones la culpa de esta situación cuando en
realidad proviene de la mala práxis bancaria, se dice a los ciudadanos
que han vivido por encima de sus posibilidades, que no hay otro remedio,
etc. Con esto se justifican los recortes presupuestarios cuando, en
realidad, nos estamos endeudando para salvar intereses privados.
¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Con una economía basada en el ladrillo, las empresas y los bancos se
tenían que financiar fuera, especialmente en Francia y Alemania, y se ha
creado una burbuja insostenible. Al estallar esta burbuja, la banca ha
acudido a ‘Papa Estado’ que, por su parte, ya tiene más gastos por la
crisis, como los subsidios por desempleo. Todo esto crea un déficit
presupuestario, y el Estado acaba teniendo que endeudarse.
¿Qué soluciones alternativas hay al pago de esta deuda?
Nosotros proponemos hacer una auditoría ciudadana: decidir qué parte de
la deuda tenemos que pagar. Para conseguirlo, primero hay que poder
obtener los datos necesarios. Una vez hayamos definido qué parte de la
deuda no es legítima, hay que presionar para que no se pague.
En el caso de España, ¿qué parte de la deuda puede considerarse ilegítima?
La deuda que proviene de los rescates bancarios es la más obvia. De
manera más general, hay muchos casos en que el Estado se ha endeudado
para prestar a terceros, esto podría considerarse ilegítimo. Pero hay
que ir más allá de lo puramente financiero. Se podría hablar de la deuda
derivada de infraestructuras inútiles, de la corrupción o del gasto
militar. También hay que pensar que una deuda, aunque haya sido
contraída de manera legítima, puede transformarse en ilegítima si supone
un deterioro en los derechos humanos y sociales de la población. Es
decir, si conduce al empobrecimiento de la población, la ciudadanía
tiene derecho a repudiarla porque hay un cambio significativo de
circunstancias. Si el Estado no puede hacer frente a los gastos de
educación o sanidad a causa del endeudamiento, este se convierte en
ilegítimo.
¿Esto quiere decir que la auditoría no es una cuestión solamente técnica sino política?
Exactamente. Estos conceptos son claramente políticos. Tienen que ver
con la toma de conciencia por parte de la población sobre qué es
legítimo pagar.
¿Se podría
simplemente aplicar el famoso ‘haircut’, es decir, recortar el valor de
todos los títulos de deuda para todos los acreedores, sin tener que
mirar para qué han servido?
Efectivamente,
sería un alivio temporal, nos permitiría vivir mejor durante un tiempo
pero no resolvería el problema. La auditoría va mucho más allá de
determinar qué deuda debemos pagar. Se trata de tomar conciencia de cómo
hemos llegado a esta situación y qué organización económica queremos
adoptar para que no se reproduzca.
Y si no pagamos la deuda, ¿quién nos va a prestar dinero?
Hay que buscar maneras diferentes de vivir que no dependan del crédito y
del crecimiento. Estamos viendo que no se puede crecer más porque los
recursos del mundo están llegando a sus límites. La auditoría ciudadana
debe servir también para buscar estos modelos alternativos de
organización económica.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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