Toussaint Louventure
El martes 10 de Septiembre nos levantábamos con una
noticia que, pese a ser previsible, ha tenido una gran transcendencia
política. Los ex presidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y
José Antonio Griñán han sido imputados en el Caso de los falsos EREs por
parte de la jueza Alaya, así como a cinco ex consejeros y altos
dirigentes del PSOE. Al parecer los dos ex presidentes estaban al
corriente de la financiación fraudulenta ocurrida durante sus periodos
de gobierno al frente de la Junta, en sólo dos años se llegó a hasta
malversar 93 millones de euros en cuestión de fondos públicos, 141,5
millones en 10 años.
Sin embargo… ¿Cuál ha sido la reacción de la
dirección de IU en Andalucía? Recordemos que la coalición de “izquierda
transformadora” llego a un pacto de gobierno de gobierno con el PSOE en
Andalucía su coordinador general Diego Valderas llegó a ser en mayo del
año pasado vicepresidente del gobierno presidido por Griñán. Ante la
imputación de su antiguo “compañero de viaje” ¿Qué ha dicho Valderas? En
resumidas cuentas esto, “La Justicia a trabajar y el gobierno a
gobernar”. El vicepresidente y dirigente de Izquierda Unida ante un
escándalo de corrupción mayúsculo en el cual se encuentra involucrado su
socio de gobierno, y que indirectamente al mantener su pacto le
salpica, no ha tenido otra que utilizar la vieja técnica de esconder la
cabeza como los avestruces. En su declaración Valderas ha dicho: “Hoy el
Gobierno ha puesto su sensibilidad en las necesidades que tiene
Andalucía y eso es lo que tiene que hacer: mirar al futuro con confianza
en que abre un periodo de ilusión hablando de un nuevo modelo
productivo, en un marco de sensibilidad establecido por la presidenta en
la lucha contra la corrupción, con transparencia y ventanas abiertas”, y
ha resaltado las palabras de la nueva presidenta Susana Díaz,
presidenta florero impuesta por Griñán como su sucesora, “tolerancia
cero frente a cualquier aspecto de corrupción”i.
Esta lógica contrasta con el mensaje beligerante de
Izquierda Unida en Madrid frente al caso Bárcenas exigiendo
inmediatamente la dimisión del gobierno y la convocatoria de elecciones
anticipadas. Aquí se han limitado a quitar al cabeza de turco Griñán y
sustituirle por su mano derecha Susana Díaz sin convocar elecciones
algunas, aunque solo fuera por darle un barniz de legitimidad a su nuevo
engendro. En el anterior artículo “Izquierda Unida en el laberinto
Andaluz” explicaba detenidamente la naturaleza oportunista de la
dirección de IU en Andalucía. Como utilizaron los votos de miles de
trabajadores andaluces cansados de 30 años de gobiernos
social-liberales, corruptos y oligárquicos para terminar pactando con el
“enemigo” por un puñado de cargos públicosii.
Utilizaron las aspiraciones reformistas de las masas
de que el sistema se puede gestionar para los intereses de las mayorías e
impusieron por “imperativo legal” una política neoliberal de recortes y
ajustes que haría palidecer de envidia a Ronald Reagan. Ahora utilizan
las mismas excusas patéticas y la misma retórica pomposa de los
dirigentes del PP (y del PSOE) para eludir la responsabilidad de haber
pactado con un corrupto. Por su parte medida se imbuyen en una política
de institucionalismo y compadreo con los partidos burgueses se olvidan
paulatinamente de la política de verdad, la política activa a pié de
calle, la de la lucha de clases directa.
Cuando le preguntaron a Antonio Maíllo, dirigente de
IU-CA, acerca de una acción de los sindicalistas del SAT encabezada por
Diego Cañamero que expropiaron material escolar en un Carrefour el
pasado mes de Agosto para repartirlo entre personas sin recursos y abrir
un debate sobre la exclusión social producida por la crisis
capitalista, el citado Maíllo además de desmarcarse de la acción de
forma vergonzosa dijo que la mejor forma de atajar la lucha contra la
exclusión social era “con acciones de gobierno”. Es decir según este
señor la vía de la movilización y la lucha de clases ha perdido todo
sentido, el cambio social sólo va a venir de la mano de las
instituciones burguesas, sólo con la “acción de gobierno” desde las
instituciones se puede plantar cara y resolver las contradicciones
dramáticas. La participación en las elecciones burguesas no es vista
como una de las diversas formas de lucha para generar acumulación de
fuerzas y dar el paso a un cambio revolucionario, ya es vista por la
dirección de IU como el fin último desde el cual se puede llegar a la
transformación social. La experiencia práctica de Andalucía ya ha dado
un implacable veredicto sobre las consecuencias de esta “nueva vía”iii.
i http://www.abcdesevilla.es/andalucia/20130910/sevi-valderas-imputacion-grinan-casoere-201309101405.html
ii http://lamanchaobrera.es/izquierda-unida-en-el-laberinto-andaluz/
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