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domingo, 8 de septiembre de 2013

SIRIA: LA INTERVENCIÓN DESEADA


por Fernando Casares
 
  8 de Septiembre de 2013
 
Toda vez que EEUU y sus aliados se preparan para bombardear a otro país, salen a relucir agitadores profesionales y diversas agrupaciones de izquierda que abonan el terreno intelectual de semejante tragedia a través de una actitud equidistante y niveladora que merece nuestra más enérgica denuncia.
 
 
 
Ayer lo hicieron en Libia. Apoyaron a los mal llamados "rebeldes" hasta el último momento. Sin importar que los mismo estaban en franca connivencia con los Estados que bombardearon al país magrebí, además de financiados y pertrechados por estos últimos. Hoy, en un claro ejercicio de amnesia selectiva, olvidan que Libia existe y está presa de una tragedia aún mayor: caos, violencia y desintegración social. Un país saqueado y ocupado por multinacionales y bases del AFRICOM.
 
Hoy en Siria, vuelven nuevamente a la carga. Repiten la misma estrategia argumentativa. Ni un solo dato, ni un solo documento, ni una sola prueba que sostenga sus generalistas y vergonzantes denuncias. Apoyan a los mercenarios sirios (aún sabiendo que muchos son los mismos que actuaron en Libia) y acusan de delitos de lesa humanidad al gobierno del país árabe y laico más moderno de la región, elegido por la mayor parte de los electores sirios en tres ocasiones: 2000, 2007 y 2012.
 
En momentos tan delicados y cruciales, cabe preguntarse si estas personas o agrupaciones son realmente lo que dicen que son o juegan un papel que muchos desconocemos. Sea como sea, e independientemente de la veracidad o no de esta sospecha, lo cierto es que su posicionamiento de carácter "equidistante" y "nivelador" termina beneficiando oportunamente al agresor. Paradójicamente hacían silencio años atrás sobre la necesidad de un cambio político o social en estos países que luego las potencias extranjeras se ocupan de invadir y destruir. Denuncian al actual gobierno sirio en este preciso momento en el que se prepara un bombardeo a su pueblo. ¿Curioso, verdad?
 
Amparados en ese dudoso proceso de cambio llamado "primavera árabe", los mismos se las ingenian para ver revoluciones sociales allí donde abundan el caos, la violencia, la masacre y las peores atrocidades imaginables de los últimos años. Cuando sale a la luz la innegable realidad, que los revolucionarios no son otra cosa que miles de mercenarios pagados y armados provenientes de más de 40 países extranjeros (entre los que se encuentran países occidentales, árabes y musulmanes como Qatar, Arabia Saudita, Turquía, Irak, Afganistán, Jordania, Kuwait, Argelia, Libia, Túnez, Egipto y hasta Palestina) y que aquello no es una revolución sino la antesala de una invasión y agresión extranjera, se aprestan a escapar por la "tangente" de otro ingenioso argumento: la revolución secuestrada.
 
No les importan los pueblos, como a los países agresores. De Libia ya no hablan, igual que los medios en manos de estos países invasores. No les importa la "equidistancia" y la "nivelación" en un escenario de muerte y destrucción donde la trágica realidad obliga solo a dos posiciones, ni a 3, ni a 4: o se está del lado del agresor, o se está del lado del que resiste la agresión. Nos guste o no el gobierno sirio (algo que en realidad les compete a los sirios que viven en Siria) la resistencia a la agresión está del lado de la inmensa mayoría de su pueblo, su ejército y su gobierno. Debatir o no la conveniencia de un gobierno, su Democracia o sus libertades políticas, en momentos de agresión exterior y bombardeo indiscriminado (las bombas inteligentes curiosamente están repletas de efectos colaterales "humanos" e "inocentes") es un claro signo de miopía política e intelectual. Un evidente signo de estupidez humana. Imperdonable. 
 
Para ellos es igual de "malo" Bashar Al Asaad que los países extranjeros que bombardean y saquean al país agredido. Cuando entonan su "fuera Bashar, fuera el imperialismo" o ayer su "ni OTAN ni Gadafi" en momentos de bombardeo y masacre a sus pueblos, no hacen más que desmovilizar una importante respuesta del frente progresista y de izquierdas a nivel global y beneficiar por pasiva e intelectualmente al agresor externo. Nivelan. 
 
Rechazan al gobierno sirio sin importar si su pueblo le eligió en 3 ocasiones y bajo consulta y referéndum constitucional (2000, 2007 y 2012). Ni siquiera les importa que Siria sea hoy una República, ni mencionan que esa fue la voluntad de la mayoría de los sirios mediante consulta popular el pasado año. Tampoco que su poder legislativo (250 miembros) tenga que estar formado obligatoriamente por 125 trabajadores y/o agricultores, la mitad de los mismos. Todo esto lo pasan desapercibido. No existe para ellos.
 
Se creen en posesión de la verdad libia y siria, en la mayoría de los casos sin haber pisado esas tierras o conocido a sus gentes. Escriben y vociferan sobre estos países como si fuesen expertos conocedores e impolutos jueces poseedores de una razón más elevada que el común de los mortales. Hablan de democracia y libertades como si ellos viviesen en países ejemplares en estas materias, donde no existe la desnutrición infantil, la injusticia y desigualdad social. En suma, son una ficción... pero peligrosa. Sus ficciones abonan el terreno intelectual de la matanza, la masacre y el genocidio... pero real, no ficticio. Son cómplices por pasiva. Responsables por no querer ser responsables de nada ni de nadie. Y todavía algunos luego se pierden en falsos e infantiles debates internos: troskistas vs stalinistas. Discusión perimida y sin sentido. Cuando de lo que se trata en primera y última instancia es de "sentido común".
 
Pero claro, ellos no son comunes. Ellos son extraordinarios. Como dioses de un supuesto olimpo juzgan y observan la realidad desde arriba. Describen como los comunes seres humanos se lastiman unos a otros por sus humanas imperfecciones. Y ellos siguen allí, desde la azotea de la Humanidad bajando línea y dando cátedra de algo que no existe ni existió nunca... porque, ahora sí y al destino gracias, nosotros nunca fuimos ni seremos impolutos.
 

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