Viernes, 06 de Septiembre de 2013 04:56
Obama enfrentó las presiones del G20 para no atacar Siria. El
presidente de EE UU llegó a la cumbre del G20 con la intención de
persuadir a los demás jefes de Estado y de Gobierno sobre la necesidad
de apoyar una acción militar punitiva contra Siria.
Los líderes de los países del G20,
entre ellos la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, iniciaron la
cumbre anual en la ciudad rusa para discutir formas de reactivar la
economía global, pero la crisis siria enseguida se metió en la agenda, y
de inmediato quedó claro el rechazo mayoritario a un ataque militar.
Obama llegó a la cumbre
del G20 con la intención de persuadir a los demás jefes de Estado y de
Gobierno sobre la necesidad de apoyar una acción militar punitiva contra
Siria por considerar probado que el gobierno del presidente Bashar Al
Assad usó armas químicas en el marco de la guerra que se libra en su
país.El presidente estadounidense logró ayer una victoria en sus planes
militares cuando una comisión del Senado de su país aprobó una
resolución de autorización del uso de la fuerza contra Siria que ahora
será sometida a votación en ambas cámaras del Congreso, cuya aval
decidió pedir Obama antes de lanzar la ofensiva.
La cuestión de Siria inicialmente no
estaba en el temario exclusivamente económico del encuentro del G20,
pero el presidente anfitrión, el ruso Vladimir Putin, un aliado de
Damasco que se opone a un ataque, propuso hoy debatir el tema durante la
cena de trabajo privada de la primera jornada del encuentro.En su
discurso de bienvenida en el Palacio de Constantino, mandado construir
por el zar Pedro I el Grande, Putin dijo a los demás gobernantes que
había decidido ampliar el orden de día a Siria "por pedido de varios
presidentes".Con el correr de la primera jornada, las voces se
inclinaron más hacia la postura de Rusia que hacia la de Obama, ya que
China, la Unión Europea (UE), el bloque de los BRICS, la presidente
Cristina Fernández y hasta el papa Francisco -en una carta- adviritieron
de los riesgos de un ataque a Siria."Una clara mayoría (de los líderes)
se muestra a favor de una solución del problema sirio por medios
pacíficos", dijo a los periodistas Serguei Ivanov, jefe de gabinete de
Putin, después de la primera sesión de trabajo.Antes del inicio del
encuentro, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo a medios
argentinos que una eventual intervención militar en Siria "sería
nefasta", al tiempo que reiteró su pedido de "trabajar para encontrar la
paz y la cordura" en el marco de las Naciones Unidas.
Estados Unidos afirma que más de 1.400
personas murieron en el presunto ataque con armas químicas ocurrido el
21 de agosto en una zona del este de Damasco, controlada por la
oposición armada que intenta derrocar a Al Assad desde 2011, en un
conflicto que según la ONU ya causó más de 100.000 víctimas fatales.El
gobierno sirio niega las acusaciones y dice que las armas químicas
fueron usadas por los insurgentes. Rusia, que ya acusó a los sublevados
de otros ataques con armas químicas, dice que es más probable que haya
sido la insurgencia, que está dominada por grupos islamistas, algunos
vinculados a Al Qaeda.El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reiteró la
posición rusa de que las pruebas presentadas la semana pasada por
Washington de que el Ejército sirio usó armas químicas en el ataque del
21 de agosto "no convencen en absoluto".
El viceministro de Economía chino, Zhu
Guangyao, dijo por su parte que "una acción militar tendría un impacto
negativo sobre la economía global, especialmente sobre el precio del
petróleo".El bloque de los Brics -Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica- apoyó esta postura y alertó, además de las consecuencias
humanitarias, sobre las negativas repercusiones económicas mundiales que
podría tener una ataque a Siria de Estados Unidos y Francia, el único
gran aliado de Washington en estos planes.El papa Francisco, que
encabeza una fuerte campaña para evitar un agravamiento de la crisis
siria, llamó a los líderes del G20, en una carta enviada a Putin, a
"dejar de lado la búsqueda inútil de una solución militar" para el
conflicto en Siria, un país mayoritariamente musulmán pero con una gran
comunidad cristiana.En una señal de la febril actividad diplomática por
Siria, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció hoy que su
representante especial para Siria, Lakhdar Brahimi, viaja a San
Petersburgo para sumarse a la reunión, que terminará mañana.El
presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, también insistió hoy
en que se debe esperar el informe de los inspectores de la ONU que
investigaron sobre el terreno el uso de armas químicas en Siria.
El presidente europeo reconoció que, si
bien algunos miembros de la UE comparten la necesidad de castigar al
régimen sirio, "en estos momentos, sólo un país, Francia", estaría
dispuesto a tomar parte en una acción militar.Por su parte, 256
organizaciones humanitarias internacionales
y árabes advirtieron contra los peligros de un ataque a Siria y
pidieron a los líderes del G20 que lleguen a un acuerdo urgente para
evitarlo.En un documento publicado horas antes del inicio de la cumbre,
las organizaciones dijeron que "la crisis siria amenaza con
desestabilizar a toda la región de Medio Oriente", y con afectar a 13 o
14 millones de personas.La ONU dice que el conflicto ya dejó dos
millones de refugiados y casi tres millones de desplazados.
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