Emiliano Gómez Peces
Juan Negrín López, científico y político español,
 nació en Las Palmas de Gran Canaria el 3 de febrero de 1892, en el seno
 de una familia acomodada, y después de completar el bachillerato en su 
tierra natal, marchó a Alemania, con apenas 16 años, para cursar 
estudios de medicina. Doctorado por la Universidad de Leipzig, cursó 
también la carrera de Químicas casi entera, y aprendió inglés, alemán y 
francés. Poco después dominaba también el italiano y el ruso, y más 
adelante llegaría a conocer diez lenguas, algo insólito en el panorama 
político español. En 1914 contrajo matrimonio con la estudiante rusa 
María Mijailova Fidelman, con la que tuvo cinco hijos. Negrín fue el 
introductor en España de la moderna investigación en Fisiología, de la 
mano de Santiago Ramón y Cajal, el cual lo promovió para la puesta en 
marcha y la dirección del Laboratorio de Fisiología en los sótanos de la
 Residencia de Estudiantes de Madrid. Después de convalidar sus estudios
 en España, en marzo de 1922, con treinta años ganó la Cátedra de 
Fisiología de la Universidad Central de Madrid. Fue maestro, entre 
otros, de los más tarde profesores Severo Ochoa (premio Nobel de 
Fisiología y Medicina), José María García-Valdecasas y Francisco Grande 
Covián.
Negrín
 se afilió al PSOE en mayo de 1929, y desde la proclamación de la 
República, se dedicó plenamente a la política, abandonando su profesión 
de médico, y su labor universitaria. Fue elegido diputado en las tres 
legislaturas republicanas, y se alineó en este periodo con la fracción 
“centrista” del Partido Socialista que encabezaba Indalecio Prieto, con 
quien mantuvo una estrecha amistad, sólo rota al final de la guerra 
civil.
Iniciada
 la Guerra Civil, se convirtió en un eficaz ministro de Hacienda, en el 
gobierno de Francisco Largo Caballero. Y desde mayo de 1937 hasta la 
derrota final en marzo de 1939 ejerció como un enérgico y voluntarioso 
presidente del Gobierno. Con el transcurrir del tiempo, y con la suma de
 derrotas republicanas en el campo de batalla, Manuel Azaña y Juan 
Negrín acabaron enfrentados. En aquellas difíciles circunstancias de la 
guerra civil, la plasmación real de la resistencia a ultranza que 
predicó Negrín, con la esperanza de que las tensiones 
internacionales llevaran al estallido de una guerra general en Europa, 
en la que la República entrara como aliada de las naciones democráticas 
contra los regímenes fascistas de Hitler, Mussolini y Franco,
 hubiera sido imposible sin ayudas exteriores, y, por ello, la política 
de Negrín tuvo como consecuencia la dependencia internacional de la URSS
 y el protagonismo del PCE. Negrín, opuesto a la rendición incondicional
 en defensa del principio de legitimidad democrática, fue despuesto poco
 antes de la definitiva victoria franquista por el golpe de Estado del 
general Casado (marzo de 1939).
Al
 final de la contienda se instaló en Francia, de donde se trasladó a 
Londres, y allí continuó presidiendo el Gobierno de la República en el 
exilio hasta 1945. Trasladado a México con ocasión del final de la 
Guerra Mundial, sus divergencias con Indalecio Prieto y Diego Martínez 
Barrio provocaron su dimisión ante las Cortes en el exilio. Negrín y una
 treintena de socialistas fueron expulsados del PSOE el 23 de abril de 
1946, acusándolo de subordinación al PCE y a la URSS. Después de pasar 
un tiempo en el Reino Unido, fijó su residencia definitiva en Francia. 
Falleció en París en noviembre de 1956, a la edad de 64 años, de una 
dolencia cardíaca. Dejó dispuesto que su muerte se anunciara dos días 
después, y que sobre su lápida no se escribieran más que sus iniciales: 
J.N.L.
 

 
 
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