24.08.2013.
por Salim Lamrani
Mientras la crisis golpea a las capas populares y a las clases
medias, en Francia, las grandes fortunas aumentaron su riqueza en 25% en
apenas un año.
Opera Mundi
Con una producción
anual superior a 1,9 billones de euros, Francia, quinta potencia
mundial, jamás ha sido tan rica en su historia. No obstante, desde 1945,
el país nunca ha tenido a tantos desheredados con más de 8,6 millones
de personas que viven debajo del umbral de pobreza, o sea más del 14% de
la población. Un informe gubernamental elabora esta alarmante
constatación y reconoce “la masificación de una precariedad que alcanza a
hogares antes protegidos”.
Los niños y jóvenes
en general son las primeras víctimas de la pobreza. “Cada vez más
jóvenes adultos y niños sólo conocen la pobreza como condición de
futuro”, admite el gobierno francés de François Hollande. En efecto, dos
de cada tres nuevos pobres, o sea el 65%, son niños de menos de 18
años. La pobreza de los menores de edad alcanza el 19,6%. En total, 2,7
millones de niños viven debajo del umbral de pobreza. Además, el 21,9%
de los 18-24 años, o sea más de un millón de jóvenes, viven en la
indigencia. La situación es aún más dramática en las zonas urbanas
sensibles (ZUS) donde el 49% de los niños y el 42,5 de los 18-24 años
viven en un hogar pobre.
Por otra parte, el
12% de los jóvenes no dispone de un diploma y cada año más de 130.000
salen del sistema escolar sin ninguna calificación. Más del 10% de los
jóvenes de 17 años presentan dificultades para leer.
Las mujeres de más de
75 años son también las más vulnerables a la indigencia material. En
efecto, el 14,1% de ellas viven debajo del umbral de pobreza. El
gobierno reconoce que “la situación de las mujeres de más de 75 años se
[ha] deteriorado de modo significativo”.
Lo mismo ocurre con
las familias monoparentales, en la mayoría de las cuales el cabeza de
familia es mujer. Cerca del 32,2% de ellas viven en la pobreza, o sea un
total de más de 1,8 millones de personas.
Poseer un trabajo no
es una protección frente a la pobreza. Así, cerca de 1,5 millón de
personas activas, o sea el 6,2% de los trabajadores, viven debajo del
umbral de pobreza. Varios factores, como la precariedad del empleo, el
poco tiempo de trabajo o el nivel de los salarios, explican esta
situación.
Entre los inmigrantes
en situación regular, la tasa de pobreza supera el 40%. El informe
señala que “las personas procedentes de la inmigración siguen siendo las
más vulnerables al riesgo de pobreza monetaria”.
A la pobreza se
agrega la extrema pobreza (menos del 40% del salario medio, 1.605 euros)
que afecta a 2,1 millones de personas, o sea el 3,5% de la población
francesa. Las autoridades reconocen que “las situaciones de extrema
pobreza se extienden desde hace varios años”. “El incremento la tasa de
pobreza al 40% […] ilustra también un deterioro de la situación de los
más pobres”, según el informe.
A la pobreza
monetaria y a la extrema pobreza se añade la pobreza en condiciones de
vida. Cerca del 12,6% de los franceses no tiene acceso “a los
principales derechos fundamentales, como el acceso a una vivienda, al
sistema de salud, al sistema bancario, al sistema educativo o a la
formación”. Así, 3,5 millones de personas declaran padecer frío en su
vivienda por no poder pagar la factura energética, y “el 15% de la
población metropolitana declara renunciar a cierta atención médica por
razones económicas”. La Fundación Abbé Pierre señala que existen 3,65
millones de personas sin una vivienda decente en Francia. Así, en total, el 26,6% de la población francesa sufre pobreza monetaria o pobreza en condiciones de vida
A guisa de
conclusión, el informe gubernamental señala con sobriedad que “sólo las
categorías más acomodadas se libran del estancamiento o la disminución
de su nivel de vida”. No se extiende sobre el tema y hay una razón para
ello.
Los ricos son cada vez más ricos
Si la gran mayoría de
los franceses sufren la crisis económica, las categorías más adinerados
nunca han sido tan ricas. En efecto, las primeras 500 fortunas de
Francia vieron su riqueza global crecer un 25% en un año. Ésta se
establece ahora en 330.000 millones de euros y nunca ha sido tan
elevada. Incluso aumentó en un 300% en los últimos diez años y
representa ahora más del 15% del PIB y el 10% del patrimonio financiero
del país. Así, el 0,000001% de la población posee el 10% de la riqueza
nacional, dicho de otra manera, el 1/10 de la riqueza se encuentra entre
las manos del 1/100.000 de la población.
Esta oligarquía
financiera cuenta con 55 personas cuya fortuna supera los 1.000
millones, o sea 10 más que el año pasado. El más pobre de los 500
millonarios posee 64 millones de euros de patrimonio. El top 10 de la
clasificación vio su riqueza aumentar en 30.000 millones de euros en
apenas un año para alcanzar 135.000 millones de euros. Bernard Arnault,
director general de LVMH, posee una fortuna de 24.300 millones de euros,
un incremento de 3.100 millones con respecto al año anterior. Liliana
Bettencourt, heredera de l’Oréal, presenta un patrimonio de 23.300
millones, un aumento de 7.900 millones. Gérard Milliez del grupo Auchan
con 19.000 millones, Bertrand Puech de Hermès con 17.400 millones, el
vendedor de armas Serge Dassault del grupo Marcel Dassault con 12.800
millones, François Pinauld del grupo Kering con 11.000 millones, Vincent
Bolloré del grupo Bolloré con 8.000 millones, Pierre Castel (cerveza)
con 7.000 millones, Alain Wertheimer de Chanel con 7.000 millones y
Xavier Niel de Free con 5.900 millones, completan la lista.
Esta concentración
extrema de riqueza contrasta con la explosión de la pobreza y de la
extrema pobreza en Francia e ilustra la imperiosa necesidad de una justa
y equitativa repartición de las riquezas. Semejante poder financiero en
manos de una ínfima minoría de opulentos le da una influencia
considerable sobre las decisiones políticas que toman los gobernantes y
un poder desmesurado sobre los destinos de la nación. Ya en 1789
Maximilien Robespierre advirtió de los peligros que representaba la
oligarquía para la democracia y denunció “el yugo de la aristocracia de
los ricos, la más insoportable de todas”: “Los ricos quieren todo,
quieren invadir todo y dominar todo. Los abusos son la obra y el dominio
de los ricos, son las plagas del pueblo: el interés del pueblo es el
interés general, el de los ricos es el interés particular”. Quizás sea
tiempo de meditar estas palabras…
*Doctor en Estudios
Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV,
Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y
periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos. Su último libro se titula The Economic War Against Cuba. A Historical and Legal Perspective on the U.S. Blockade, New York, Monthly Review Press, 2013, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade.
Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
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