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miércoles, 24 de julio de 2013

IKEA, DE PARAISO SUECO AL INFIERNO TERRENAL


ikea_culo 
Leonardo de Pisa Fibonacci
Lo que presentaban como una familia donde se cuidaba al trabajador y trabajadora, como el paraíso, se ha desenmascarado, en la realidad se muestra como un infierno para éstos y éstas.

Las trabajadoras y trabajadores de Ikea denuncian, en su carta ante los clientes, la imposibilidad que tienen para poder conciliar su vida laboral con su vida familiar y social, estando a la total disposición de la empresa, es decir, que su razón de existencia es para servir a la empresa en lugar de ser a la inversa: que el trabajo, las empresas, etc, existan para servir y cubrir las necesidades de los seres humanos que conforman la sociedad. Así, las trabajadoras de Ikea Alcorcón denuncian en su carta que “vivimos unos momentos de total esclavitud, con bajadas de sueldos, aumentos de horas por el mismo precio, teniendo que trabajar los domingos y festivos gratis y ahora librando menos y teniendo horarios a la carta para la empresa, en los días y horas que ellos quieran… Qué pensarían ustedes, si no pudieran ver a sus hijos y sus familias por que tienen que trabajar siempre y gratis todos los domingos y festivos???”
Las consecuencias que tiene sobre ellas y ellos son catastróficas; la miseria en sus vidas es una habitual. De esta forma indican que “créanme si les digo,  que un gran porcentaje de los trabajadores de este gremio, tienen que comer en comedores sociales y pedir alimentos en Caritas si quieren alimentar a sus familias… Con nuestros sueldos, tenemos dos opciones, pagar la hipoteca o comer.”

Igualmente, aluden al uso chantajista de los parados para forzar la rebaja de las condiciones laborales de los trabajadores que actualmente pueden trabajar; sostienen un ejército de reserva permanente para este propósito sumiendo en la mayor de las miserias a quienes tienen la mala suerte de caer en esas filas. De esta forma indican que “estas empresas se aprovechan de la necesidad y el temor de los trabajadores en este país, con 6.200.000 parados y que día a día estas empresas contribuyen a que estas cifras aumenten”.

Finalmente, reclaman que todos los trabajadores y trabajadores que en Ikea tenemos la posición de clientes repasemos nuestra conciencia de clase. Que, como una manera más de apoyo y de solidaridad con compañeros y compañeras -aunque no pertenezcan a nuestro mismo centro de trabajo-, no acudamos a realizar nuestras compras en domingo, pudiendo realizarlas cualquier otro día de la semana, para parar lo que es un nuevo retroceso que nos encamina hacia las condiciones de hace décadas, por no decir de hace un siglo. De esta forma lo plasman: hagan un examen de conciencia y miren un poco más allá de sus propias necesidades, que seguro no son tantas, porque durante  años, los domingos y festivos han sido para estar con la familia, amigos…se ha dedicado al descanso y todo el mundo ha vivido mejor.  Por qué nos hacen retroceder 30 años en derechos a los trabajadores y no hacen lo mismo con los domingos y festivos ?????.“.

Además, se suma las condiciones particulares de Ikea en su trato a los trabajadores, como una secta, según testimonios de trabajadoras de Ikea Alcorcón. La “familia Ikea” realmente la han estructurado para absorber y anular al trabajador. Desde la familia, a la que tratan de introducirlos, les someten con presiones psicológicas para admitir el empeoramiento de las condiciones laborales. Si no aceptan están fuera de la “familia”, están fuera del grupo y son aislados/as con todas las consecuencias que conlleva, incluyendo la no renovación o el despido.

La situación general de los trabajadores y trabajadoras de los grandes almacenes:

La carta reflexiva que los trabajadores y trabajadoras de Ikea es extensiva al resto de grandes almacenes, al problema que tienen en común. Desde la liberalización de los horarios comerciales los grandes empresarios propietarios de las grandes superficies comerciales han estado preparando la ofensiva contra los derechos de los trabajadores. Bajo la excusa de la creación de más puestos de trabajo consiguieron ampliar el horario de apertura comercial a los domingos. Pero a la par lo han aprovechado para poder engrosar más sus cuentas de beneficios haciendo cargar ese aumento de horas de trabajo sobre las espaldas de los trabajadores, la apertura de los domingos les ha salido gratis en cuanto a costes laborales: supresión del plus económico por trabajar los domingos, modificación del contrato laboral bajo coacciones (pasando de ser de lunes a sábado a ser de lunes a domingo), incremento de horas laborales sin remuneración, … Así lo expresa al carta: empresas con beneficios como ésta (nota: se refiere a Ikea) y que sigue destruyendo empleo en lugar de crearlo y a los pocos empleados que quedan, día a día, recortándoles derechos. Que nos queda  ya, pagar por ir a trabajar???”

“Solamente en este sector  ya se han destruido más de 5000 puestos de trabajo, con la apertura de domingos y festivos. Dónde están todos los  cientos de puestos de trabajo que se iban a crear con la libertad de horarios comerciales?????”. En concreto, en junio de este año CC.OO. sacaba el dato de  4.829 despedidos en el sector comercial madrileño como consecuencia de los recortes laborales emprendidos por las grandes superficies y por la liberalización de los horarios. Por ello, las trabajadoras y trabajadores de Ikea afirman que “comprar domingos y festivos fomenta la destrucción de empleo, la pérdida de derechos y la conciliación familiar.”. Es la tendencia a la que este régimen conduce a los trabajadores en pro del máximo beneficio, la propiedad privada, la “libertad” de mercado y la competencia entre empresas por el control del mercado.

Frente a ello, a los trabajadores no nos queda más acudir a la llamada realizada, en este caso particular, por las trabajadoras y trabajadores de Ikea, al igual que las que realicen en otros centros de trabajo. Frente a los recortes laborales emprendidos por los empresarios más o menos unidos en virtud a sus intereses de clase, la unidad y la organización para la lucha por los intereses de los trabajadores y trabajadoras, como clase social, es el camino que debemos emprender y que están pidiendo, entre otros, desde su centro de trabajo en Ikea.

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