Toussaint Louventure y Leonardo de Pisa Fibonacci
Golpe de Estado en Egipto, ¿qué está pasando realmente?
El fracaso económico del gobierno Mursi y el auge de las protestas sociales y políticas.
Una de las razones por las cuales los
EEUU y las potencias europeas han dejado de confiar en Mursi y en lo
Hermanos Musulmanes ha sido por su incapacidad de solventar y canalizar
la crisis social existente en Egipto. A los imperialistas y a las
grandes multinacionales no les interesa seguir sosteniendo un gobierno
incapaz de mantener una estabilidad mínima en la zona y fruto de una
habilidad maquiavélica juega a dos cartas con la posibilidad de
sustituir a un monigote por otro, siempre y cuando éste siga sus
dictados. Uno de los mayores fracasos de los hermanos musulmanes ha sido
el no saber enderezar la crisis económica y social brutal que está
viviendo Egipto durante los últimos años.
Desde los tiempos de Sadat, Egipto
abandonó la política económica y socializante de la era de Nasser y fue
iniciando una política de liberalización siguiendo los dictados de los
organismos económicos imperialistas como el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio,
recibiendo “ayudas” y “generosos” préstamos de otros países a cambio de
seguir a pies juntillas sus “sugerencias” en materia económica:
privatizaciones, favorecimiento de la instalación y dominio de las
multinacionales extrajeras en dichos países, liberalizaciones
arancelarias a productos de fuera subvencionados… Todo estas medidas
trajeron, por un lado el florecimiento de una capa oligárquica de la
sociedad ligada al poder político corrupta que realizaba todo tipo de
negocios con los monopolios extranjeros, y por otro el aumento de las
desigualdades, la ruina de pequeños campesinos y comerciantes y el
empeoramiento de las condiciones de vida de amplias capas de la
población. La economía se basó principalmente en sectores que no creaban
una fuente de empleos fija como el Turismo o el sector financiero,
mientras las empresas que se instalaban en Egipto sometían a sus
trabajadores a condiciones de trabajo draconianas. La situación de las
masas empeoró notoriamente con el estallido en 2008 de la crisis
capitalista mundial y, finalmente, la crisis económica terminó
convirtiéndose en crisis política y social que se tradujo en el colapso
del régimen de Mubarak.
En un principio los Hermanos Musulmanes
se presentaron ante las masas como una fuerza política con unos
planteamientos socio-económicos basados en el asistencialismo religioso y
una economía tradicional de mercado-bazar, basado en el pequeño
comercio y en la pequeña producción. Con este discurso el islamismo
político se atrajo el voto y la simpatía de una parte sustancial de las
clases populares. Pero los resultados obtenidos, con el gobierno de los
Hermanos Musulmanes, no han sido nada nuevo bajo el sol. El gobierno de
Mursi siguió continuando la política liberal existente bajo la era de
Mubarak y la situación económica no mejoró.
El desempleo pasó de un 9,7% en 2009 a
un 13% en 2013, por su parte la desaceleración económica de la economía
egipcia llegó a un 2,2% en el último año, desmintiendo las proclamas
triunfalistas de Mursi que preveían un crecimiento económico de hasta 6
puntos en 2013. Así mismo las inversiones extranjeras cayeron un 13% con
respecto al año pasado. El gobierno de Mursi, al contrario de las
expectativas marcadas por muchos, no contribuyó a la realización de
reformas sociales prometidas ni a romper con la dependencia económica
del capitalismo egipcio. Por el contrario implementó políticas
antipopulares y de “austeridad” para intentar reducir del disparatado
déficit público en Egipto. La desigualdad en los salarios siguió
creciendo y las condiciones de vida de los sectores populares lejos de
mejorar, empeoraron. El número de población egipcia que vivía con menos
de dos dólares al día pasó de un 20% en 2005 a un 40% en 2012. El
desempleo se ceba principalmente en la población juvenil, uno de cada
tres jóvenes se encuentra en situación de desempleo10.
La desilusión de las expectativas que un
sector de las capas populares egipcias puso en el gobierno islamista,
el empeoramiento de las condiciones de vida, la subida de los precios de
los productos esenciales empujaron un nuevo renacer de las protestas
sociales en Egipto. Una parte importante, aunque aún no determinante, de
las movilizaciones se produjo en los centros de trabajo debido a un
incesante movimiento huelguístico y sindical que tuvo su relanzamiento
desde el derrocamiento de Mubarak. En 2012, año en que Mursi asumió la
presidencia, se produjeron en Egipto alrededor de 3400 protestas de
carácter socioeconómico. Por su parte los Hermanos Musulmanes a pesar de
abanderar el ideal de la democratización no han dudado en reprimir con
mayor dureza incluso que Mubarak y los militares los movimientos obreros
y sindicales. En junio de 2012 cinco dirigentes sindicales fueron
condenados en Alejandría a 3 años de cárcel cada uno por dirigir una
huelga de 600 trabajadores portuarios11. Los Hermanos
Musulmanes continuaron su labor redactando leyes cada vez más represivas
en materias sindicales y en conflictos económicos. Para más muestra un
botón, el Colegio de Abogados de Egipto ha denunciado que la ley
anti-huelga redactada por el Consejo de la Shuria está basada en la ley
de 1923 implantada por los colonialistas ingleses para reprimir la
revuelta de 1919.
Un sector implicado en las
movilizaciones y huelgas económicas ha sido el de los trabajadores del
sector público, que pretenden echar abajo los planes privatizadores
desarrollados por el gobierno de Mursi e impuestos por el FMI. Los
médicos egipcios se declararon en huelga del 1 de Octubre al 21 de
Diciembre de 2012, reclamando mejoras salariales y una mayor inversión
en infraestructuras médicas. Al principio del curso académico estallaron
numerosas protestas y huelgas por parte de los maestros egipcios, a
pesar de que la huelga fue boicoteada por el principal sindicato de
educación que está en manos de los Hermanos Musulmanes, el seguimiento
de esta fue sin duda masivo12.
Pronto las huelgas parciales y
sectoriales fueron pasando a tener un carácter económico más general, de
ahí se destaca que gran parte de la lucha de los trabajadores egipcios
fue encaminada a echar abajo el “Plan de Ajuste” impuesto por el FMI a
Mursi como condición para seguir recibiendo préstamos. Este “Plan de
Ajuste” contemplaba entre otras cosas un aumento sustancial de los
precios de los bienes de consumo, nuevos impuestos indirectos y subida
de los existentes, despido de trabajadores públicos y privatización de
servicios públicos. Este programa lejos de saca a Egipto de su callejón
sin salida lo hundió aún más, la inflación subió un 10% y el desempleo
ascendió a tasas desconocidas.
Cuando Mursi respondió a las protestas
sociales con un giro autoritario a su política, la lucha de los
trabajadores tomó un cariz político tornándose las demandas económicas
en demandas democráticas y en contra de la constitución. No obstante los
obreros no han sido un factor importante en las protestas que han
llevado a la caída de Mursi, los obreros desconfían de la
“intelectualidad liberal-secular” que encabeza la oposición a Mursi
dentro del Frente de Salvación Nacional y desconfían de las
declaraciones de sus dirigentes el-Baradei y Musa en contra de las
huelgas. Los trabajadores todavía no se han ligado ni han creado una
fuerza política independiente que defienda consecuentemente sus
intereses, no obstante algunos sectores obreros han comenzado a
vincularse a partidos de izquierda, es el caso de la Coalición
Democrática Revolucionaria.
La reforma Constitucional fue otro de
los elementos que generó una considerable agitación social de oposición y
los enfrentamientos entre partidarios de la oposición y partidarios de
los Hermanos Musulmanes a principios de año. Esta reforma generó gran
controversia al implantar la Sharia, la ley islámica, como fuente principal de la legislación13.
Una fuente que es objeto de interpretación y que unido a que establece
que quien la interpreta es la institución Al Azhar, donde los hermanos
musulmanes y salafistas están alcanzando la mayoría, puede conllevar un
endurecimiento de la ley, implicando la obtención de un mayor control
social. Esta interpretación también podrá afectar a la estabilidad de la
zona que exige EE.UU. Uno de los miembros del Consejo de Al Azhar,
Qaradawi, afirmó que “Le decimos a Israel: sus días están contados” y
que “Dios podría dejar sin castigo al opresor por un tiempo, pero cuando
llegue el momento del juicio, no habrá huída”. Estas afirmaciones han
podido generar temor en EE.UU. e Israel, siendo un nuevo factor
influyente en la retirada del apoyo a los Hermanos Musulmanes.
En definitiva la crisis y la caída que
llevaron a la caída de Mursi fue por una parte el desengaño de una parte
de los sectores populares (pequeños campesinos y comerciantes), que
depositaron ciertas expectativas en su gobierno que fueron traicionadas,
la rebelión de las clases medias urbanas que vieron con terror la
deriva autoritaria e islamizadora del nuevo gobierno y el descontento
generalizado de las clases populares llevaron al aislamiento social de
los Hermanos Musulmanes y a la retirada de la confianza de occidente a
su gobierno.
…
Continúa en la publicación de mañana.Notas:
[10] http://www.abc.es/internacional/20130705/abci-crisis-economica-acabo-gobierno-201307041859.html
[11] Egypt Independent, 15 de octubre de 2012.
[12] Egypt Independent, 21 de diciembre de 2012.
[13] http://www.20minutos.es/noticia/1663513/0/borrador-
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