Con este decreto gubernamental se tratará de silenciar "la agonía,
la protesta y las reivindicaciones de los trabajadores" del centro de
las ciudades, dejando esto como un privilegio a capitalistas y
comerciantes.
Syriza criticó la incapacidad del gobierno para dar una respuesta al tremendo impacto social de la austeridad.
En tal sentido aseguró que recurrir a medidas autoritarias que limiten las manifestaciones como ese decreto "lo envidiaría hasta (Recep Tayyip) Erdogan", en referencia al primer ministro turco que enfrenta desde hace días fuertes movilizaciones en las calles.
Al propio tiempo calificó de hipócrita anteponer los intereses de los comercios o del turismo, cuando ambos se ven afectados igualmente por la políticas de ajuste, a la democracia y los derechos fundamentales.
A su vez, el Partido Comunista de Grecia consideró el decreto presidencial "un ataque contra las clases populares y la aplicación de la doctrina de la ley y el orden en contra de los trabajadores" e hizo un llamamiento para dar respuesta al recorte del derecho de manifestación.
Recordó que el concepto de alteración de la vida social y económica de la ciudad fue el argüido para prohibir las manifestaciones contra la canciller alemana, Ángela Merkel.
Igualmente, denunció que se tratará de silenciar "la agonía, la protesta y las reivindicaciones de los trabajadores" del centro de las ciudades, dejando esto como un privilegio a capitalistas y comerciantes.
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