Etiquetas

jueves, 6 de junio de 2013

ESPERANZA AGUIRRE, EMPRESARIOS Y BANQUEROS, UNA HISTORIA DE EGOISMO, CINISMO Y EXPLOTACIÓN


La desfachatez y la poca vergüenza de la “lideresa” no tiene límites al decir que “los críticos del comisario Andor y del gobernador Linde se sienten llenos de bondad porque dicen defender a los trabajadores, en un alarde de hipocresía y de falta de solidaridad con los millones de parados.” (1)

Arpía


Leonardo de Pisa Fibonacci

Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, la arpía aspirante a ser la nueva Thatcher que no llegaba a fin de mes (2) con 8.395,24 euros al mes en 2006 (100.742,91 euros anuales), arremete nuevamente contra los trabajadores que “se niegan a cualquier reforma, incluso a las que buscan facilitar la contratación” (3). El egoísmo de aquella “pobre” persona que tacha de insolidarios a los trabajadores y percibía semejante sueldo, procedente de lo producido -trasladado en forma de impuestos- por esos trabajadores a los que acusa de insolidarios. La “pobre” vivía “sin llegar a fin de mes” a costa de los trabajadores.

¿Qué quiere conseguir esta “persona” que representa a empresarios y banqueros?

La arpía egoísta Aguirre dice: “no entiendo las furibundas reacciones que han provocado las recomendaciones del comisario europeo de Empleo (¡para una vez que un comisario europeo nos da un consejo interesante!), el húngaro László Andor, cuando nos sugiere que implantemos el contrato laboral único. Ni las que acaba de provocar el Gobernador del Banco de España, cuando en su informe sugiere suprimir el salario mínimo para algunos trabajadores.“4

Es decir, extender la temporalidad a todos los contratos mediante el Contrato Único, rebajando a los indefinidos a la condición de temporalidad y de inseguridad laboral. Y, es decir, mano de obra más barata liberalizando el Salario Mínimo Interprofesional (el SMI está actualmente en 654,30 €), es decir, que los empresarios pueden contratar a los desempleados de larga duración por debajo de ese salario lo que va a implicar que el salario del resto de trabajadores tienda a disminuir. ¿Cómo van a sobrevivir las familias trabajadoras, si con el actual SMI apenas pueden pagar el alquiler de la vivienda? Pretende “desangrar” más y más a los trabajadores para que los empresarios y banqueros “chupen esa sangre” y engorden sus beneficios.

Esta arpía es una apologista de la clase de los grandes empresarios y sus beneficios. Una apologista de la miseria para los trabajadores. Miseria que representa cómo estos sinvergüenzas hacen caer el peso de la crisis económica sobre los hombros de los trabajadores.

¿Cómo pueden ser egoístas estos “ángeles de la guarda” que “crean” empleo para los trabajadores?

La historia del capitalismo no es más ni menos que la carrera egoísta de los empresarios y banqueros. La carrera de su competencia por el control del mercado.
Para competir por el control del mercado necesitan el aumento de los beneficios. Para aumentar los beneficios necesitan la reducción de los costes. La reducción de costes va en la dirección de las mejoras técnicas que exprimen en mayor medida a los trabajadores. Ello implica el aumento de las capacidades productivas de cada empresa para aumentar su peso en el mercado; para saturar el mercado de sus productos frente a la competencia. Y, la reducción de costes generales también la aplican en la dirección de reducir los costes laborales: los salarios de esos “egoístas” trabajadores.
La reducción de salarios implica la reducción del consumo por los trabajadores que se une a la saturación de productos en el mercado que no tienen salida.
Los empresarios y banqueros con toda “bondad” necesitan incrementar el consumo para que sus productos no queden abandonados en los almacenes. Necesitan incrementar artificialmente la demanda de productos mediante el crédito.
Esto implica el crecimiento económico que da pie a la especulación, reincidiendo en la sobreproducción y, cuando ésta ya no es capaz de ser soportada por la demanda, genera la parada en seco de la producción, quiebra económica y financiera.5
Evidentemente las consecuencias de toda esta carrera por maximizar beneficios y por el control del mercado recae sobre los “egoístas” hombros de los trabajadores.

¿Cuál es el problema?

Por tanto, el problema no está en los salarios de los trabajadores, incluso les resulta una contradicción. La falta de contratación no es por culpa de los salarios. Se da porque han generado una estructura de producción que sobrepasa lo que se puede consumir. Así, la solución es la destrucción de lo que se denominan fuerzas productivas -es decir, los despidos de trabajadores, el cierre total o parcial de fábricas, la oxidación de máquinas paradas y abandonadas, etc.- y el recorte de los derechos laborales de los trabajadores “egoístas”.

Y parece que todavía no les es suficiente y necesitan dar otra vuelta de tuerca con su hipócrita justificación, para mejorar su posición económica en su competición por el control del mercado.

El final de la historia:

Estos egoístas y su arpía están sentando las bases para su final; los trabajadores les mandaremos a la basura a puntapiés. Porque de la misma forma que ellos actúan en interés individual de su clase social, los trabajadores actuaron, actuamos y actuaremos de la misma forma y más unidos. Necesariamente debemos tomar y tomaremos las riendas de la sociedad en el provecho colectivo.

Notas:
[1] http://esperanza.ppmadrid.es/contratacion/
[2] http://elpais.com/elpais/2006/11/21/actualidad/1164100624_850215.html
[3] http://esperanza.ppmadrid.es/contratacion/
[4] Ibídem.
[5] Recomendación de lectura del libro de Henri Houben: ” La crisis de 30 años ¿el fin del capitalismo? (http://www.jaimelago.org/node/23) y acto presentación del libro con el autor el 22 de junio de 2013 en Madrid (http://www.jaimelago.org/node/58).

No hay comentarios:

Publicar un comentario