miercoles, 15 de mayo de 2013
Allá por 1845 en
España se necesitaban determinados niveles de renta para postularse a
candidato o votar. Las rentas mínimas eran de 12.000 y 400 reales
respectivamente. En consecuencia sólo los señorones iban al Senado y al
Congreso (hoy es por el estilo pero al menos disimulan). Ahora proponen
una iniciativa que va en la dirección de 1854, es decir viajar en
el túnel del tiempo para atrás. El objetivo es que voten 4 ricachones
que "representarán" a todos porque la abstención o el voto nulo, no
existirían como tales.
El Instituto Juan de
Mariana, un ‘think tank’ que defiende el pensamiento liberal, ha
publicado hoy un artículo en su página web, firmado por Pablo Carabias,
que no deja indiferente a nadie. Frente al sufragio universal, el autor
defiende el censitario, el voto ponderado basado en la aportación
económica de cada uno al erario común. Es decir, que el voto de los
ricos valga más que el de los pobres.
Pablo Carabias, miembro
de este Instituto y cuya profesión es la de entrenador de tenis –según
reza en la página web- afirma que “quien más aporte debería tener más
que decir sobre el destino que se da al fondo común, de forma
proporcional a lo aportado”.
En su opinión, “el
derecho a voto, libre y voluntario, debería tener un precio”. “Pongamos
un ejemplo. Cada papeleta de voto, 100 €, 200 €. Cada persona decidiría
cuántos derechos a votos quiere y/o puede comprar y, de esta forma, con
el dinero que cada persona, de forma voluntaria, aporte, se financiaría
el Estado, pues este dinero, estas digamos "participaciones" serían el
único y exclusivo capital estatal con el que se financiaría... y, por
supuesto, nada de impuesto adicionales”, añade.
El Instituto Juan de
Mariana indica en su página web que no acepta subvenciones ni ningún
tipo de subsidios públicos con el objeto de mantener su independencia
del poder político. Entre sus miembros fundadores se encuentra su actual
presidente, Gabriel Calzada, el actual director Juan Ramón Rallo y
Raquel Merino. Los tres son profesores de la universidad pública Rey
Juan Carlos de Madrid.
Este ‘think tank’
asegura que no tiene ninguna vinculación política o personal con
Esperanza Aguirre ni con el Partido Popular, sin embargo, comparten
ideología y hay lazos que les unen.
Ya, desde el momento de
su fundación del Instituto en 2005, la expresidenta de la Comunidad de
Madrid estuvo presente. Además, solo hace falta echar un vistazo a su
página web para comprobarlo. Hace unos días, organizó un evento para
presentar el libro de Percival Manglano, quien fue consejero de Economía
y Hacienda de la Comunidad de Madrid en el Gobierno de Aguirre.
elboletin.com
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