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jueves, 30 de mayo de 2013

EL CC DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE APOYA A LA LIBERAL M. BACHELET, SIN CONSULTAR CON LAS BASES

M. Bachelet  (izq) con  Guillermo Teillier (dcha)


La decisión del Partido Comunista de Chile (PCCh) de dar su apoyo a la candidata presidencial, Michelle Bachelet, es obviamente la decisión legítima de un partido que así lo decide, pero ello no significa que tal orientación represente a todos los comunistas de Chile.
La determinación la tomó el Comité Central, no fue una decisión tomada por las bases comunistas a través de un plebiscito partidario.
Esto me parece importante decirlo, pues una de las exigencias fundamentales del movimiento social es que si realmente queremos cambiar el modo de hacer política, esto debe hacerse con la participación activa del pueblo; es decir, desde la base.
Por otro lado, los dirigentes comunistas siempre hablaron de que apoyarían un programa no personas ¿Qué motivó que ese discurso cambiara? ¿Qué se puede esperar de estos dirigentes en los años venideros? ¿Cambiará el modo de operar de los partidos políticos en el futuro, como exige el pueblo movilizado?
Ante este acontecimiento es importante explicar que el Partido Comunista no representa a todos los comunistas de la nación, es sólo el partido de los comunistas militantes.
El PCCh no tiene la potestad del comunismo chileno o la marca registrada de él. De hecho, en el país, somos más los comunistas que no militamos que los que militan.
Eso lo sabe Guillermo Teillier, lo sabe Lautaro Carmona, lo saben todos los compañeros. Y si bien la mayoría hemos seguido votando por los candidatos comunistas, en las elecciones municipales y parlamentarias, tenemos claro, desde un análisis materialista dialéctico e histórico, que cuando una partido de Izquierda decide apoyar una candidatura con claros tintes neoliberales comete un grave error.
Hoy, los actuales dirigentes del Partido Comunista, a cambio de escaños en el parlamento, han hipotecado la ideología y desafectado la identidad comunista forjada en la lucha contra la dictadura y en contra del neoliberalismo de las últimas dos décadas.
La famosa “nueva mayoría” que se invoca como panacea para apoyar a Bachelet, es sólo un eslogan, una ilusión. Mientras no haya participación efectiva de las bases no habrá democracia verdadera.
Hasta el más bobalicón se da cuenta que el discurso de los dirigentes de los partidos de la Concertación no coincide con su práctica diaria. Recomiendo solicitar, por ley de transparencia, los documentos de cómo han votado los proyectos de ley los parlamentarios concertacionistas en los últimos años.
Desde mañana veremos a los dirigentes comunistas tratando de justificar lo injustificable y tratando de convencer al pueblo de las virtudes de la candidata; sin olvidarse claro está, de decir que quienes los criticamos le hacemos el juego a la derecha.
O sea, algo así como el discurso fascista de que los comunistas nos comemos las guaguas, pero al revés. Créanme, no se les ocurrirá un argumento más inteligente.
por: Alejandro Lavquén para g80

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