En
2016 el paro empezará a bajar, dice el gobierno de la burguesía. Es una
buena noticia para los seis millones y medio de trabajadores
desahuciados, en tres años sus problemas empezarán a resolverse, y así,
con mucha calma, podrán encontrar empleo dentro de diez o doce años.
Mientras tanto pueden dedicarse a la vida contemplativa o a la chatarra.
Son curiosas las reacciones de los tertulianos del régimen ante
semejante vertedero social. Los que fingen ser de izquierdas se
indignan, llaman a la acción, a grandes pactos de Estado de los que
nunca ofrecen detalles, y es que no tienen ni puta idea ni falta que les
hace, a ellos les resbala el paro. Los de derechas, en cambio, solo
hablan de empleo público, para ellos el asunto se arregla echando
conserjes, profesores, enfermeros y administrativos. Según ellos por
cada funcionario despedido se crearán dos puestos de trabajo en el
sector privado, toda su sabiduría económica se resume en esa consigna.
No es cierto, pero qué importa, ¿acaso les pagan para decir la verdad?
En realidad todos defienden lo mismo, los intereses de la
burguesía. En tanto que exista una clase dueña de todo, y otra clase,
nosotros, dueños de nada excepto de un pellejo que malvender, no habrá
solución que valga al desempleo. Y es que lo del desempleo no es cosa de
la llamada crisis, es cosa del llamado capitalismo, jamás existió nada
parecido al pleno empleo en un Estado burgués. El desempleo es un
instrumento necesario para disciplinar a la clase obrera. Por ahí andan
los voceros de las distintas patronales bramando por la introducción de
los “minijobs” como única “solución” al desempleo. ¡Quieren hacernos el
favor de emplearnos por trescientos o cuatrocientos euros al mes!
¡Pobrecitos! ¡Qué sacrificada es la burguesía!
Hoy, como siempre, me toca ejercer el papel de aguafiestas. ¿2016?
Un nuevo cuento de ciencia ficción. Tal vez baje algo el desempleo para
entonces, de todos modos se mantendrá en unos niveles inaceptables, se
entiende, inaceptables para nosotros. Y es que no hay crisis que valga,
ni recuperación que valga, ni brotes verdes que valgan, el capitalismo ya no da más de sí.
Lo cual no quiere decir que su agonía vaya a ser breve, al contrario,
todo indica que nos han tocado en suerte fechas memorables, si nos dejan
tener nietos vamos a aburrirles de lo lindo.
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