14 marzo, 2013
Manuel Navarrete
Qué feliz y sonriente estará pronto la presentadora de La Primera comunicándonos que tenemos nuevo papa.
Como el otro día, cuando salió un
cardenal diciendo que el papa podría ser negro o latino porque “en la
Iglesia no hay razas”. ¿Y géneros, tampoco hay géneros? ¿Podría el papa
ser una mujer? ¿Y un transexual? ¿Quizá un homosexual reconocido?
Lo que está claro es que puede ser un
pederasta sin problemas. La mitad de los miembros del cónclave están
acusados de pederastia. Pero no hay nada de lo que extrañarse.
Estamos hablando de una banda de
mafiosos, de psicópatas que hablan solos mirando al cielo. De
estafadores que se burlan de la gente diciendo que existe un ser
paternal que, como muestra de su enorme poder, se hizo invisible. Que
acumulan millones en el Banco Vaticano, mientras predican la austeridad…
para los demás.
Basura humana que intenta hacerme creer
que, por el mero hecho de haber nacido, ya soy culpable de un pecado
original que cometieron una pareja mítica hace unos cuantos miles de
años, cuando yo aparecí en este pedrusco giratorio hace 30.
Sucesores orgullosos de los estafadores
que quemaron vivo a Giordano Bruno por decir que la tierra no es plana.
De los que iban de buenos pero torturaban, como auténticos enfermos
mentales, a cualquier disidencia que detectara su Inquisición. De los
que aseguraban que tras el cielo estaba dios vigilándonos, hasta que fue
Gagarin y demostró que eso no era más que otra mentira ridícula.
Una mafia que vivió siempre sin
trabajar, rezándole a seres inexistentes por los que trabajaban y los
alimentaban (amén). Ayer los señores feudales extraían el diezmo con la
espada en la mano. Hoy los tanques del Estado garantizan que los
trabajadores paguen con su sudor y sus impuestos las subvenciones que
alimentan a esos parásitos. ¿De qué sirve pedir perdón, si siguen siendo
incapaces de financiar ellos mismos su estúpido club y vivir de su
trabajo como hacemos los demás? ¿Mañana pedirán perdón por los abusos de
hoy, pero seguirán abusando de las gentes del mañana? ¿Ese es el truco?
Escoria que calmaba y condenaba las
revueltas de los explotados, prometiéndoles un cielo en el que no podían
entrar los ricos y al que (seguro!) accederían tras la muerte. Eso sí, a
condición de que se dejaran explotar en vida.
Vida sí (salvo cuando exterminaron a
media América Latina), aborto no, pero condones no, ergo SIDA sí. Para
ellos los fetos son vida en potencia. ¿Quizá los espermatozoides
también? No me extraña que nos crean a todos culpables de sus originales
(y tanto) pecados. Una pregunta: ¿el papa también se corre? ¿O lo echa
todo para adentro, como el sexo tántrico de Sánchez Dragó?
Refutados por la ciencia una y otra vez,
y aún siguen diciendo sus gilipolleces. Han vendido tantos clavos de la
cruz de Cristo que debieron crucificarlo más de 30.000 veces para que
fuera verdad. Un Cristo que no aparece mencionado en las crónicas
históricas hasta varios siglos después de su muerte. Un Cristo que, por
tanto, ni siquiera existió.
Que, en caso de haber existido, sólo
habría demostrado impotencia al no poder, el mismísimo hijo de Dios,
impedir que lo crucificaran. Un ser de leyenda que, a diferencia del muy
real Espartaco, promovía la sumisión frente al imperio, el dejarse
matar, el poner la otra mejilla. Jesucristo no fue el primer comunista,
sino el primer carrillista.
¿Tan raro es que no me crea que Job
vivió en el estómago de una ballena o que Moisés separó las aguas y se
dio un paseíto por el fondo marino? ¿Tan raro es que no me crea que Noé
metió a dos animales de cada especie en un arca para librarlos de una
inundación que Dios le chivateó (sólo a él, para que el resto de humanos
y seres vivos se ahogaran)? ¿Tan raro es que esa barbarie me parezca
contradictoria con el supuesto carácter bondadoso de Dios (amén)? ¿Tan
raro es que, a su vez, dicho carácter bondadoso me parezca
contradictorio con el hecho de que la Iglesia se haya aliado con todos
los tiranos y millonarios de la historia de la humanidad, defendiendo
los peores regímenes fascistas, empezando por el de Franco que mató a
nuestros abuelos?
Una vez hablé con un cura. Le pregunté
cuál era la diferencia entre la Iglesia y una secta. No supo
explicármela, porque obviamente la Iglesia no es más que una enorme
secta. Pero sólo hay un mandamiento de Jesús que esos asquerosos siguen
al pie de la letra: “dejad que los niños se acerquen a mí”. Habemos
Pederastam.
No hay comentarios:
Publicar un comentario