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jueves, 14 de febrero de 2013

LA RAZÓN OCULTA DE LA RENUNCIA DEL PAPA AL VATICANO



Anna Mare.

Hace pocos días, Ratzinger visitaba a su camarero en la cárcel, condenado por haber robado documentación secreta del Vaticano con un informático, que se mantiene desaparecido, y que compromete a la secta católica en todas las causas por blanqueo de dinero de la mafia, tráfico de drogas y armas y decenas de miles de escándalos de abusos sexuales, explotación laboral y fraude económico en todos los países donde se halla implantada. La prensa fascista vendió que Ratzinger perdonaba a su secretario, le amnistiaba y le enviaba a casa. Y ahora, pocas semanas después, dimite, con razones tan increíbles como ridículas cuando la gerontología le mantiene en mejor estado que a cualquiera de sus centenares de antecesores. Miente, y todos lo sabemos.

 Porque en realidad los papeles sucios del Vaticano siguen en manos de sus sustractores, el camarero y el informático, y son ellos quienes le obligaron a dejarle libre y ahora a dimitir si no quiere su secta que esos papeles salgan a la luz o vayan a parar a manos de los fiscales italianos que investigan sus conexiones con la mafia y el blanqueo de dinero negro del narcotráfico, la prostitución y la venta de armas. O de las decenas de organizaciones que investigan y han condenado con indemnizaciones mil millonarias a miles de abusados, explotados, violados e incluso castrados y asesinados.

Ratzinger no huye, lo echan. Y no lo hacen las dos subsectas que dominan el Vaticano desde hace décadas -Opus Dei y Jesuitas-, sumidas en la corrupción y lazos con el fascismo político o las mafias criminales, sino dos jóvenes católicos de la confianza de Ratzinger que se asquearon de la corrupción en la secta y decidieron tirar de la manta. Pederastas, crímenes, violaciones, blanqueo de dinero negro y organización mafiosa: la herencia del nazi Ratzinger Llegó al Vaticano de la mano del también nazi y genocida Wojtyla, el payaso del atentado con el mismo guión del fascista Reagan, protector de Maciel el violador de sus propios hijos y fundador de la secta criminal de los Legionarios de Cristo y de miles de pederastas y violadores, y con fama de ser un viejo retrógrado, reaccionario, inmoral, colaborador con la mafia y protector de pederastas como su propio hermano, abusador del Coro de los Gorriones austríaco. Durante su mandato, en la misma línea nazi, reaccionaria y corrupta, han salido al descubierto sus conexiones con la mafia y el blanqueo de dinero del narcotráfico, la prostitución y el crimen organizado, la fortuna y acciones en compañías farmacéuticas y fábricas armas como Beretta, la de la mafia, o su continuada protección -a pesar de las disculpas cara a la galería de sus fanáticos 'creyentes'- los crímenes y violaciones de niños y niñas o la explotación de trabajadoras desde EEUU e Irlanda hasta Alemania, Holanda y Austrália, sumando decenas de miles de casos y implicando desde cardenales hasta obispos y todas sus sectas, desde los maristas a los salesianos, pasando por los jesuitas y el Opus Dei. E incluso en el comercio con niños robados en la España nazionalcatòlica, con monjas que se mueren sin papeles cuando más conviene, y siempre bajo la protección de un sistema político y judicial tan corrupto y criminal como la propia secta que lo nutre. Ahora dice que se va porque está viejo, en un caso inédito y único, pero la verdad es que deja la iglesia católica en el peor estado y en medio de miles de apostasías en todos sus feudos.
El último Papa que renunció fue Gregorio XII (1406-1415), que vivió el llamado Cisma de Occidente, en la que coincidieron tres papas a la vez: además de Gregorio XII, el Papa de Roma, Benedicto XIII, el Papa de Aviñón, y el llamado «antipapa» Juan XXIII. Con el concilio de Constanza, el emperador Segismundo obligó a dimitir a los tres pontífices, pero sólo Gregorio XII obedeció y tras él fue elegido Martín V. El criminal nazi y idiota de la vaca, el burro y el limbo de los fanáticos y mafiosos deja el sóleo vaticano hundido en la más negra de las situaciones, bajo investigación judicial por sus nexos y crímenes con la mafia y arruinada por los miles de millones que han pagar en indemnizaciones a los miles que fueron abusados, violados y torturados por sus secuaces. Es, evidentemente, la huida de un cobarde ante la asunción de responsabilidades por décadas de corrupción de la que él ha sido núcleo principal.
La Rata huye -incapaz de enfrentarse al chantaje de dos miembros destacados de su organización-, Ratzinger se oculta mientras la iglesia se hunde en el mundo, excepto en la España de la mafia franquista, donde sus corruptos e ignorantes sectarios se mantienen apoltronados en el fascismo y la estupidez congénita, la desfachatez, la corrupción y la indecencia. España, siempre tan diferente y repugnante. P2: Todos los caminos de Roma conducen a Washington Roberto Calvi, el ahorcado con los bolsillos llenos de ladrillos Roberto Calvi, lejos de ser un simple banquero corrupto al que la mafia asesinó porque le debía dinero, es un nudo donde se entrecruzan los múltiples mecanismos de intervención norteamericanos sobre el viejo continente, y las antiguas alianzas plutocráticas entre organizaciones con un mismo interés compartido: Poder y Capital. Ahora que el monto del escándalo pedofílico eclesiástico y la connivencia y complicidad de las más altas jerarquías quedan en evidencia, la respuesta vaticana es similar a la de aquellos sucesos en que las finanzas del estado católico quedaron visible y palmariamente unidas a las de la mafia, la CIA, la organización fascista Gladio y la muerte del cardenal Luciani, Juan Pablo I. Fueron los mismos años en que alcanzaron el máximo poder Karol Wojtylla y Joseph Ratzinger, desde su sede cardenalicia en Baviera, y en que el Opus Dei se estableció como la más influyente secta entre la curia. Hagamos un poco de memoria y destapemos lo que tan bien el cardenal norteamericano Paul Marcinkus, el "banquero de Dios", consiguió que los medios callaran.

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