sábado, 26 de enero de 2013
Ayer se presentó en
Puerto Real (Cádiz) la sección del Sindicato Andaluz de Trabajadores
(SAT) que inicia sus pasos en esa localidad y cuyo radio de acción
pretende abarcar todo el ámbito de la deprimida Bahía de Cádiz. El SAT
da el salto definitivo del campo a la ciudad. Tradicional sindicato
campesino ha crecido de tal manera que apuesta, definitivamente, por la
comunión (siempre apoyó y se solidarizó con la lucha de los trabajadores
de Astilleros, y Delphi) entre proletarios y campesinos “los naturales
aliados de los obreros”, decía Lenin.
Unas 100 personas
superaron el aforo del Centro Cívico, ubicado en la barrida de las 512
viviendas, atraídas por la presencia de Diego Cañamero. Lo hemos dicho
muchas veces Diego, un hombre de extracción humilde, alcalde en varias
ocasiones de su pueblo natal El Coronil (Sevilla), diserta un discurso
popular con el que se identifican los humildes, los maltratados, los
excluidos por el capitalismo. Él es pueblo, también es un excluido pero
que se rebela contra ello. Ha dado un gran salto ideológico porque, como
suele decirse, "las coge a vuelo". Ironiza sobre la supuesta democracia
a la que llama “de los ricos” (como decimos aquí), denuncia la
ilegitimidad de la deuda, apuesta por su impago y la expulsión de
oligarcas y rateros de la escena política. Con esas palabras nos dice
que el capitalismo no sirve y que es imperativo para la supervivencia de
la clase obrera y campesina, una nueva sociedad sin explotadores ni
explotados. Ya saben cómo se llama eso.
El dirigente del SAT
indicó que el sindicato pretende "una militancia de unidad, de lucha"
(sumar, organización, organización y mas organización) y apeló a la
tradicional combatividad de los trabajadores del sector industrial de la
Bahía de Cádiz que "tienen un mismo espíritu obrero y una misma
historia de lucha en un sector industrial vapuleado y machacado por
sucesivas administraciones aunque aún vivo y combativo".
El acto finalizó con la
entrega de numerosos carnés de nuevos afiliados al sindicato y la
entonación del himno andaluz versión popular (no esa versión "rosa" que
canta la burguesía) entre un mar de puños en alto y emociones
contenidas. Va bien el SAT. No se corta un pelo cuando dice que aspira a
llegar “al noventa por ciento del pueblo andaluz”. Con ese noventa por
ciento, ¿quién podría parar a Andalucía? Ni un tanque. Ni mil.
"Esa marcha obrera del SAT que llegó a la Bahía"
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