Con la cara hecha un mapa. La expresión es vulgar, pero define a la
perfección el aspecto con el que compareció el pasado viernes, ante los
medios de comunicación, Carlos Gorairis, con el fin de denunciar la
agresión sufrida la pasada huelga general a manos de un
'antidisturbios'.
Haciendo gala de su sentido del humor, y luciendo el
pijama azul del hospital Virgen de la Arrixaca, donde aún aguarda a
recibir el alta médica después de serle reconstruido el tabique nasal,
bromeó con los reporteros gráficos: «Mi lado bueno es el izquierdo; os
podéis cebar». Eso fue lo que presuntamente hizo un agente de la Policía
Nacional, que el pasado miércoles estuvo «a punto de hacerme perder un
ojo; faltó medio centímetro», tal como relató ayer este miembro de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), en su comparecencia en la
parroquia de Los Rosales de El Palmar.
Carlos defendió su versión de los hechos ocurridos en la
calle Bando de la Huerta, frente a las explicaciones ofrecidas en un
primer momento por el jefe superior de Policía de Murcia, Cirilo Durán, y
el delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana. «No me tropecé con ninguna
moto. Salí huyendo de una carga policial injustificada. No llevábamos
piedras, ni objetos contundentes. Iban a por nosotros; iban a pegar»,
sentenció con los ojos inyectados en sangre, fruto del hematoma, y con
el pómulo deformado.
«Yo intenté proteger a una chica a la que estaban pegando
y recibí varios golpes en la espalda; me empujaron contra la famosa
moto. Solo notaba que varios policías me golpeaban. Se ensañaron con mi
cabeza, lo hicieron con porras y patadas; al final perdí el
conocimiento», narró Carlos mientras recordaba que «cuando desperté vi a
dos compañeras mirándome y llorando. Entonces noté sangre por mi cara».
Durante la rueda de prensa se proyectaron varios vídeos
donde se evidenció que no hubo lanzamiento de piedras contra la Policía
Nacional, antes de que se inicira la carga. Dichos archivos serán
presentados en la querella conjunta contra la Policía que formalizará
este miembro de la PAH y otros dos ciudadanos que también fueron
atendidos en el Morales Meseguer. A este hospital, según Carlos,
«acudieron los agentes, haciéndose pasar por familiares míos, para pedir
el parte médico».
El portavoz de la PAH, Paco Morote, que compareció junto a
Carlos, criticó que «la Fiscalía está 'missing' en este asunto y eso
que por las explicaciones ofrecidas por la Delegación del Gobierno se
han podido cometer un saco de delitos: falsedad en documento público,
prevaricación (...)». Morote exigió a la Delegación que concluya la
investigación interna, mientras Carlos Gorairis zanjó que «las ideas no
se me van a diluir a golpes. Seguiré luchando».
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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