viernes, 5 de octubre de 2012
El régimen de Madrid ha
entrado en una demencial vorágine de dimes, diretes,
contradicciones, violencia policial y resistencia frente a los abusos
del Estado franquista y sus servidores.
Para empezar, la
Audiencia Nacional ha archivado la causa contra los organizadores del
25-S. El juez Santiago Pedraz ha dictado un auto, donde afirma que "no
se produjo ningún delito contra las instituciones del Estado" quitándose
así de encima a la jueza ultra que le devolvió la pelota, intentando
enviar a la cárcel a gente que se manifiesta pidiendo justicia.
Y no ha quedado ahí la
cosa, Pedraz acusa a la Policía de exagerar lo sucedido para lograr que
se abriera una causa penal. "La gravedad aventurada por la Policía no
era tal (ocupar realmente el Congreso)", afirma el juez, lo cual
contrasta con lo que dicen los dirigentillos de los sindicatos
policiales que culpan a su vez al ministro de Interior de inventarse los
cargos y por si fuera poco, el portavoz adjunto del PP en el Congreso
de la burguesía, Rafael Hernando, acusa al juez de utilizar "las togas" y
la Audiencia Nacional para hacer “demagogia política".
Y ya que hablamos de
policías, nos cuentan los susodichos dirigentillos sindicales (tratando
de mostrarse como víctimas y no verdugos) que un Inspector de policía ha
perdido el 30 % de la visión de un ojo a causa de la agresión que
sufrió mientras actuaba infiltrado en la manifestación del 25-S. La
cuestión es saber quien le atizó, pero considerando que los elementos
violentos que destacaban, usaban cascos, escudos y porras, no hay que
descartar que pudieran haber sido ellos hasta que comprobaron su error,
así que, a otra cosa mariposa y si está destrozado psicológicamente que
cambie el paso, que peor están los millones de pobres que pululan por el
Estado.
Por otra parte, hoy se
ha producido un nuevo desahucio en Granada. Una viuda, sus dos hijas y
una nieta han sido arrojadas a vivir a la calle por la Guardia Civil que
estará orgullosa de su constante "trabajo". Todo ha sucedido en medio
de la indignación popular, amenaza de suicidio de una de las afectadas y
cargas contra los vecinos, incluso hemos visto a la "Benemérita", que
de eso sólo tiene el nombre, empujado violentamente a una pareja de
avanzada edad.
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