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lunes, 27 de agosto de 2012

LOS ESTUDIANTES CHILENOS CONTINUAN SU LUCHA POR UNA EDUCACIÓN PÚBLICA Y DE CALIDAD


 
 
Unos 45.000 estudiantes, principalmente secundarios  apoyados por universitarios, volvieron a salir a las calles la pasada semana en los principales municipios de Chile, para insistir con su reclamo de un fortalecimiento de la educación pública, en un país con uno de los sistemas educativos más caros y desiguales del planeta, según diversos estudios. “Como estudiantes secundarios dejamos bien en claro que hoy estamos muy fuertes, y salimos a la calle unidos. Queremos dejar en claro que lo de hoy fue un triunfo”, dijo tras la protesta Eloísa González, portavoz de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), en conferencia de prensa.Los principales enfrentamientos se registraron en el centro de Santiago, donde miles de estudiantes se reunieron en la Plaza de Armas y luego avanzaron por varios puntos del centro de la ciudad.
  En las cercanías del palacio presidencial de La Moneda, los agentes policiales reprimieron con gases lacrimógenos, cañones de agua y bastonazos a los manifestantes, que respondieron lanzando piedras, palos y botellas con pintura a los represores, que en gran número resguardaban el lugar.
Los enfrentamientos que lograron paralizar por más de dos horas el tránsito en la céntrica avenida Alameda, la principal de la capital chilena.
Los estudiantes denuncian que no son escuchados por el régimen del derechista Sebastián Piñera, quien desde el año pasado enfrenta con represión y medidas antipopulares el reclamo estudiantil por una educación pública gratuita.

“El gobierno parece no haber aprendido nada del año pasado. Queremos ser claros y enfáticos en decir: creemos que es justa una educación gratuita en todos su niveles, pública y de carácter social”
, afirmó Gabriel Boric, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.

Los estudiantes, especialmente los secundarios, incrementaron sus protestas en las últimas semanas, con tomas de colegios, al considerar absolutamente insuficientes en unos casos, y contrarias a lo que piden en otros, las medidas adoptadas por el régimen de Piñeira.
En concreto, los secundarios exigen que los colegios públicos vuelvan a ser administrados por el Estado central y no por los municipios como ocurre ahora tras una de las últimas leyes que emitió la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Según aseguran, al estar administrados por los municipios se genera una fuerte desigualdad entre las comunas más ricas y pobres del país. Las ricas subsidian la educación privada, y las pobres, que son mayoría, no tienen ni para reparar las viejas escuelas públicas.

El año pasado, los estudiantes organizaron más de 40 marchas por el centro de Santiago y ocuparon más de 200 colegios por varios meses. Este año, a diferencia de lo ocurrido en 2011, el régimen ha ordenado el desalojo violento de los establecimientos por parte de la policía.
Para el 28 de agosto, los estudiantes anunciaron una gran manifestación que abarcará a otros sectores como profesores, institutos profesionales y sindicatos de trabajadores.

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