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viernes, 15 de junio de 2012

HAY MUJERES....Y MUJERES

JM Álvarez

viernes, 15 de junio de 2012

 
Qué diferencia entre una mujer guerrillera o miliciana, entre una mujer con conciencia de clase y esa otra que se exhibe medio desnuda (como si fuera una vaca) para el placer del macho burgués, en concursos de belleza, e incluso pasarelas de moda...  

Hace poco leí en la prensa acerca de las violaciones y la discriminación de que son víctimas las mujeres en las FARC-EP. La verdad sentí asco de todo aquello. No pude menos que preguntarme, ¿a quiénes entrevistan los grandes medios de comunicación para afirmar tales infamias en torno alas mujeres que de una u otra manera nos vinculamos a las FARC-EP porque en nuestras casas no teníamos ni educación ni futuro, porque nuestros padres tampoco los tuvieron y nuestros abuelos mucho menos?

Me irrita leer en los periódicos las diversas versiones sobre abusos cometidos aquí contra las guerrilleras de las FARC-EP. Si los señores de la “gran prensa investigativa”, que se ocupan de mancillarnos como movimiento y mancillar la imagen de la mujer guerrillera, se ocuparan en averiguar cómo viven la mujeres en los hogares pobres del campo y la ciudad, podrían percatarse de que no gozan de ninguna garantía social. Son muchísimas las madres que sufren al ver a sus hijos pasar hambre y a sus hijas crecer sin ningún porvenir, resignadas a que a muy corta edad se marchen como mujeres del primer hombre que les guste, repitiendo el camino de tristezas y miserias de sus anteriores generaciones.

Si se ocuparan de escudriñar la verdad, seguramente que apoyarían nuestras razones para vinculamos al movimiento guerrillero. Aquí luchamos para poner fin a las injustas desigualdades que hacen de la mujer la principal víctima de la explotación y el vilipendio en Colombia.

Y lo digo por las muchas mujeres con quienes comparto la vida guerrillera. Sus historias son casi la misma mía. Ingresamos a las FARC a los 14, 15 y más años, sin haber podido siquiera aprender a leer y escribir. Aquí no sólo aprendimos a hacer ambas cosas, sino a conocer la verdadera historia de Colombia, a comprender el significado de las políticas emprendidas por los gobernantes de turno, y a luchar para poner fin al sometimiento en que nuestro pueblo ha estado sumido por siglos. Esas sí son las enseñanzas de nuestros jefes, no las que ustedes pregonan con tan mala fe diariamente.

Señores investigadores de la gran prensa,¿por qué no se molestan en investigar, en averiguar las oportunidades de surgir y ser alguien con que cuenta la mujer guerrillera? Pero las guerrilleras de verdad, las que estamos aquí, no las que traicionan la causa de su pueblo, manipuladas por la propaganda y los falsos sueños de la gran sociedad de consumo, a quienes se les hace creer que hablando pestes contra nosotros tienen la gloria y el futuro asegurado. A esas las engatusan y utilizan para que repitan tales infamias, a ustedes los estimulan y pagan para que divulguen ampliamente esas mentiras.

Estamos seguras de que la historia nos dará la razón. Mientras no haya cambios en el sistema que nos agobia, las verdaderas revolucionarias que estamos aquí, luchando por igualdad para nuestros padres, hermanos y todos los pobres de Colombia, persistiremos sin descanso. En ningún momento nos prestaremos para traiciones. Lo aprendimos del legado de todos nuestros héroes. Mujeres como la Gaitana y La Pola, que entregaron su vida por ese sueño de libertad, y hombres de vida ejemplar como Bolívar y Manuel, nos animarán siempre a seguir este camino.

Puede que sea un poco más duro para nosotras, las mujeres, las guerrilleras doblemente calumniadas. Pero junto a los hombres, hombro a hombro con ellos, haremos realidad la patria nueva y justa, en la que la mujer deje de ser la muñeca para adornar vitrinas. Queremos los mismos derechos que los hombres, y estamos dispuestas a cumplir con todos los deberes que nos demanden Colombia y su pueblo. Nuestra consigna es igualdad y justicia. Por eso estamos en las FARC, con mucho orgullo.

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