27 junio 2012
En el inicio de la nueva polémica que ya padecemos con el asunto de las medicinas, el copago y la lista de los 456 fármacos comunes que el gobierno propone hoy que los pacientes paguen íntegramente, la pequeña historia del Lonseren es el claro ejemplo del auténtico drama que supone para los enfermos las decisiones comerciales de multinacionales y politiqueos.
Desde hace seis meses este medicamento, que es uno de los mas indicados para tratar a los enfermos diagnosticados y en tratamiento de esquizofrenia, unas doscientas mil personas de un colectivo de cerca de medio millón, ha ido desapareciendo de las farmacias paulatinamente , y a día de hoy, no hay existencias en los almacenes farmacéuticos de toda España.
El Lonseren inyectable de 100 miligramos costaba 4, 14 euros y el nuevo medicamento que algunos pacientes han comenzado a inyectarse por prescripción facultativa cuesta en el mercado, dependiendo de la dosificación, entre los 253,38 euros y los 519,97 euros la unidad.
Hace unos meses se celebró en Valladolid el tercer Encuentro Nacional sobre la esquizofrenia que reunió a mas de 150 profesionales especializados en esta difícil enfermedad. Entre sus conclusiones destacaron las dificultades de iniciar el tratamiento con este tipo de enfermos con un dato demoledor: un veinticinco por ciento de las personas que sufren de esquizofrenia no están diagnosticadas. Una enfermedad que precisamente cuando esta diagnosticada, y en tratamiento, reduce su gravedad, el sufrimiento y el drama familiar de manera exponencial y que, económicamente, supone en España cerca del 35% de la inversión del Estado en salud mental, unos dos mil millones de euros anuales.
No me extraña que John Le Carré, eligiera para el núcleo de una de sus novelas de espías, a la multinacional farmacéutica. “En el jardinero fiel” el autor especializado en tramas y tinglados de alta política internacional narra como esa poderosa industria oculta su verdadero rostro hasta con la careta de la cooperación humanitaria y es capaz de matar para mantener sus comerciales privilegios.
Pero mas allá de las fábulas de espías, fuentes médicas me han señalado que Sanofi, la industria que comercializa el Lonseren, ha confirmado que confía en no tardar mas de diez días en aprovisionar el medicamento en los anaqueles farmacéuticos de toda España. ¿Veremos un final feliz? Eso espero porque en la trama novelística del escritor británico lo que descubrimos al final es que el sistema no es capaz de regenerarse desde dentro: Hay demasiados intereses creados.
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