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sábado, 26 de mayo de 2012

¿ SE HAN FIJADO QUE YA NO HAY FECHA PARA EL FINAL DE LA CRISIS?


Al comienzo de los comienzos el presidente del ejecutivo dijo que no, que no había crisis, que eso era en otros países, en economías débiles, que España tenía un sector financiero poderoso y que la banca española registraba unos balances estupendos y, por si fuera poco, que había dos entidades –el BBVA y el Santander- que eran la envidia del planeta.


Luego se reconoció la posibilidad de un pequeño bache pero que nada, en un par de meses todo igual, que era tan pero tan poca cosa que la ciudadanía no iba ni a enterarse, que las cifras macroeconómicas eran impecables y que había músculo suficiente para afrontar esta y cualquier otra contingencia sin modificar niveles de vida.

Hubo un día en que sí, que se habló desde arriba con claridad y se dijo que lamentablemente estábamos en una crisis, que la culpa la tenía el capitalismo exterior y no el gobierno, pero que en un par de meses o tres a lo sumo, en cuanto el temporal amainara, se corregían dos cosas y hala, aquí no pasó nada.

Ocurría que como las cifras de desempleo subían y subían, que tiendas y fábricas cerraban, que las decisiones político-económicas que se tomaban reducían el poder adquisitivo y el poder de compra, se empezó a sospechar que esto de la crisis era para largo, ¿cómo reactivar una economía capitalista sin consumo? ¿Cómo consumir si la gente tiene cada vez menos dinero? Entonces se nos habló de seis meses a un año para volver a los parámetros de antes de la crisis.

Por esos tiempos hubo elecciones y el sistema cambió de administrador para frenar el descontento e inyectar optimismo, pero nada. Ha pasado un tiempo prudencial y no tienen manera de revertir la tendencia, como dicen sus técnicos. Sus economistas predicen tiempos duros, muy duros, no descartando un escenario verdaderamente catastrófico. Se alzan voces que no descartan corralitos, default, bancarrotas y avisan incluso de la posibilidad de que nos encaminemos a una pobreza generalizada muy similar a la de los años 50, con una emigración masiva, eliminación de ayudas y  pago de pensiones y desempleos muy reducidos. Por recortar, ya han descontado hasta la esperanza porque de fechas para la ansiada recuperación ni hablan.
Sólo cabe organizarse y buscar otro modelo, pero esto –obviamente–  jamás nos lo dirán.

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