Etiquetas

jueves, 24 de mayo de 2012

REFORMAS Y REFORMISTAS

Emiliano Gómez Peces.
.
24 de mayo del 2012
A menudo se utiliza el lenguaje para confundir a la gente y crear una nebulosa ideológica que sirva para ocultar la realidad. Así, por poner sólo dos ejemplos, según la neolengua de la clase dominante los empresarios capitalistas se han convertido, por arte de birlibirloque, en “emprendedores”, concepto asociado a la iniciativa y al motor de la sociedad, del mismo modo que se sustituye el término trabajo (que remite a trabajadores con derechos) por el de “empleo” (que alude, sobre todo, a las necesidades del mercado). De esta forma, el Ministerio de Trabajo pasa a denominarse Ministerio de Empleo y Seguridad Social y del proyecto de Eurovegas se dice que va a crear miles de empleos, pero no prometen trabajos dignos.
Es así como se fabrican las mentiras de la clase dominante. Pues bien, esta Contrarreforma impuesta a golpe de Decreto por el PP y que se encuentra en la fase final de tramitación parlamentaria, no es la Reforma Laboral, es la Lucha de clases y expresa a la perfección el tiempo que vivimos y el que viene. Mientras que la izquierda institucional y el sindicalismo mayoritario llevan años con la letanía del Estado del Bienestar, la derecha y el Gran Capital se han dedicado a acumular fuerzas y a llevar la iniciativa durante todo este tiempo, hasta que han encontrado el momento justo para desmantelarlo. Esta Contra-Reforma no es la Reforma Laboral, es el Capitalismo. Este y no otro es su trasfondo: Todo el Poder para el Capital, y supone el inicio de una nueva fase de acumulación y/o descomposición del capital a costa de la destrucción de los derechos de los trabajadores/as.
Pero hagamos un poco de Historia. Esta no es la primera reforma. Desde los años 80,  el Estatuto de los Trabajadores se ha reformado 52 veces, según los expertos en Derecho del Trabajo. Su antecedente más inmediato le encontramos en la Reforma acometida por Zapatero en 2010, con la que existen numerosos elementos de continuidad. Vemos, pues, como PP y PSOE comparten la misma lógica neoliberal y obedecen a los mismos amos. Las diferencias son de ritmo, no de rumbo, son de intensidad, no de orientación.
Contra aquella Reforma, recordemos, se llevó a cabo la Huelga General del 29-S. ¿Qué es lo que vino después? Pues que los sindicatos de la concertación hicieron el papelón, como señala Manuel Cañada, en tres de los momentos cruciales desde el inicio de la crisis: 1) callaron mientras se saqueaban los fondos públicos para rescatar a los bancos, 2) a los cuatro meses de dicha Huelga General, firmaron el Pensionazo (que nos obliga a trabajar más para cobrar menos), y 3) protestaron tímidamente frente a la Reforma Constitucional que entronizaba la reducción del déficit, blindando el cobro de la deuda por parte de los bancos. Obvio es decir que todas estas actuaciones siembran desconfianza en la clase trabajadora hacia las organizaciones que dicen defenderla. A esto habría que sumar la campaña de descrédito de la caverna mediática y ya tenemos el cóctel perfecto.
Pero es más, el decreto del gobierno se produce ¡¡ tan sólo dos semanas después !! de otra firma vergonzosa: la del II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (2012-14), por parte de dichos sindicatos y de las patronales. En dicho Acuerdo, que quedó en papel mojado, ya se recortaban -conviene no olvidarlo- los derechos de negociación colectiva, se ponían en cuestión los Convenios y los salarios y se aceptaba la flexibilidad interna en la empresa. Así que si algo viene a demostrar esta Contra-reforma, aparte de constituirse en el instrumento definitivo para desmantelar el poder sindical al eliminar la fuerza normativa del Convenio, es que la estrategia de la concertación, del diálogo, de la paz social, no sólo no sirve sino que debilita y desmoviliza a la clase trabajadora.
Con una economía intervenida, no ya ahora, con la mayoría absoluta del PP, sino desde Zapatero (recordemos la foto con los empresarios del Ibex-35 o  la famosa carta del gobernador del BCE que nunca fue dada a conocer a la opinión pública); con un gobierno moralmente ilegítimo, pues ha ganado las elecciones mintiendo y ocultando sus verdaderas intenciones; con casi 6 millones de personas desempleadas; con un 27% de la población infantil por debajo del umbral de la pobreza; con la degradación sistemática de los Servicios Públicos y con 150 desahucios y 10 suicidios al día… estamos en condiciones de asegurar que esta Contra-reforma Laboral va a producir unos niveles de conflictividad social imposibles de gestionar si no es desde salidas represivas y autoritarias, como ya estamos comprobando, sobre todo a raíz de la Huelga General del 29-M.
Esta Contra-reforma nos retrotrae a las relaciones laborales de los años 40 o 50, a relaciones de servidumbre y vasallaje, en las que más que los contratos y el Derecho, todo queda supeditado a si el empresario es o no buena persona. Con esta Contra-reforma, nuestras condiciones de vida y de trabajo (y las de nuestros hijos) van a sufrir un empobrecimiento sin precedentes en la historia contemporánea de nuestro país, a no ser que la clase trabajadora sea capaz de  organizarse y luchar en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, porque

NUESTRAS VOLUNTADES NO SE VENDEN

NUESTRAS CONVICCIONES NO SE NEGOCIAN

NUESTROS IDEALES NO SE DOBLEGAN

NUESTROS DERECHOS NO SE PISOTEAN

No hay comentarios:

Publicar un comentario