NESTOR
GARCIA ITURBE – Los sucesos de Baltimore, provocados por el asesinato
del joven negro Freddie Gray, son un adelanto de lo que sucederá en el
futuro, en todas las ciudades de Estados Unidos.
Uno de los antecedentes de lo
sucedido en Baltimore, fueron los hechos de Ferguson, donde asesinaron
al joven negro Michael Brown.
Decimos, uno de los antecedentes,
debido a que en los meses transcurridos durante este año 2015, más de
cuarenta personas, jóvenes, de la raza negra, han sido asesinadas por la
policía en distintas ciudades.
Para tratar de contener la
insurrección popular, al gobernador de Maryland, Larry Hogan, lo único
que se le ocurrió, fue activar 5,000 efectivos de la Guardia Nacional,
para sumarlos a los más de 10,000 de la policía, que se encontraban
reprimiendo a la población.
Desde hace aproximadamente dos
años, la clase dominante de Estados Unidos se está preparando para este
tipo de contingencia, contra los que ellos denominan “insurgentes”.
Como parte de esa preparación,
según el periódico New York Times, se han transferido del Ejército a la
policía de los estados, gran cantidad de armamento, que incluye 432
vehículos blindados sobreprotegidos, 435 vehículos ligeros blindados,
44,900 dispositivos de visión nocturna, 533 vehículos aéreos, entre los
que se encuentran drones, aviones y helicópteros, 93,763 ametralladoras y
fusiles M-16 calibre 5.56 y 7.62, lanza granadas, ropa de camuflaje,
cascos y equipos de protección antibalas, equipos de comunicaciones y
otros, todo esto, por un valor de cuatro mil doscientos millones de
dólares.
Los “insurgentes”, contra los que
se va a utilizar este potencial militar, no son paracaidistas rusos que
tocarán tierra en la capital del país, ni oleadas de invasores chinos
que tratarán de tomar los estados de la costa del Pacífico, ni
comunistas cubanos y venezolanos que desembarcarán en La Florida.
Los “insurgentes”, que serán
enfrentados y reprimidos por estas fuerzas, son los propios ciudadanos
de Estados Unidos, que en un momento determinado se opongan a los
designios de la clase dominante o luchen por mejorar su forma de vida.
Todavía no se habían calmado los
ánimos en Baltimore, cuando el día 27 de abril resultó asesinado por la
policía de Detroit, un joven de 20 años, llamado Terrence Kelom.
La víctima, que se encontraba
dentro de su casa, recibió diez balazos que le provocaron la muerte.
Kelom estaba desarmado y en el momento que fue asesinado estaba junto
con sus padres y una hermana.
Se espera que también esto origine fuertes protestas por parte de familiares, vecinos y amigos, la mayoría de la raza negra.
Obama y el gobierno de turno en
Estados Unidos nuevamente piden calma, piden que los familiares de las
víctimas y sus amigos confíen en la justicia estadounidense, esa
justicia que ha mantenido durante cientos de años la injusticia,
especialmente para los ciudadanos de la raza negra, para los latinos,
para los pobres.
Temen a los serios estallidos
sociales que se avecinan y ponen en peligro la preponderancia de los
ricos sobre los pobres, temen a que de verdad en Estados Unidos se lleva
a cabo una segunda revolución, donde las fuerzas represivas que sirven
al establishment ahogarán en sangre a una parte de los que protesten,
pero que pueden sucumbir bajo la fuerza de los que se mantengan vivos.
La principal preocupación de la
clase en el poder, del establishment, es como controlar y reprimir este
tipo de manifestación, contraria a la situación imperante en Estados
Unidos. En momento alguno han pensado en cómo modificar las casusas que
provocan estas manifestaciones.
La discriminación racial provoca
estas manifestaciones, sin embargo, han quedado frustradas las
esperanzas de los ciudadanos negros, que aspiraban durante el gobierno
de Obama se realizara un cambio radical y todos los ciudadanos tuvieran
los mismos derechos, como se plantea en la Declaración de Independencia
de Estados Unidos, “that all men are created equal”.
Otro factor que contribuye a que
se realicen estas manifestaciones es la violencia policial, la cual se
pone de manifiesto en todos los estados de la unión. La policía reprime
brutalmente, indiscriminadamente y por lo regular, impunemente.
La violencia policial se incrementa y consolida por la entrega a la policía de armamento sofisticado de mayor poder de fuego.
Un factor importante y no el
último, es la pobreza. Son las personas de menos recursos económicos las
que más sufren por la situación existente, las que viven en peores
condiciones, las que tienen mayores dificultades para resolver sus
necesidades diarias, tanto alimenticias como culturales, educacionales y
de salud.
Estos tres factores se unen, como
causas, en las manifestaciones que están sucediendo en Estados
Unidos. Por lo regular la violencia policial es mayor contra los
ciudadanos de la raza negra, que además se encuentran entre los más
pobres del país.
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