Víctor Manuel Arias
El pasado 26 de Marzo se aprobaba la
nueva ley de Seguridad Ciudadana popularmente conocida como “La ley
Mordaza” y a mi entender tiene totalmente ganado y justificado ese
sobrenombre. Como suele ser normal en este gobierno, esta nueva ley ha
sido aprobada en el congreso solo por el Partido Popular y en contra de
toda la oposición y todas las organizaciones y plataformas en defensa de
los derechos humanos, es decir, la amplia mayoría de la sociedad
española. Por si no fuera poco hasta la ONU ha pedido a España que
retire la Ley de Seguridad Ciudadana y la Reforma del Código Penal. Según
los expertos, España estaría violando los derechos y libertades
fundamentales de los individuos y socavando los derechos de
manifestación y expresión, según los estándares internacionales.
Esta ley nace con el propósito de
coaccionar a aquellos que no se muestran conforme con el actual estado
de las cosas y deciden cambiarlo a través de movilizaciones y de
organización, no cabe duda que ejemplos como los de Can Vies, de
Gamonal, de Coca Cola y de las Marchas de la Dignidad han hecho a los
empresarios y representantes de estos en el gobierno reformularse muchas
cosas del actual escenario de movilización, y han decidido
atajarlo mediante legislaciones que hagan más difícil la respuesta
obrera y consecuente a los nuevos desafíos del capitalismo.
Por eso esta ley solo tiene un propósito
que es el de frenar la movilización y la respuesta de los que no se
callan y no se conforman con la situación actual. Pero me gustaría ir
más al fondo de la cuestión para sacar a relucir la misión de este
artículo que no es solo el de denunciar esta ley totalmente represiva.
Dice el refrán popular que “hecha la ley hecha la trampa”, desde la
creación de los estados modernos allá por finales del siglo XV y
comienzos del XVI, su misión fue centralizar el poder en un minoría
privilegiada para que esta hiciera y deshiciera a su antojo en contra de
la mayoría y siempre en beneficio de la minoría. La evolución de los
estados occidentales se ha ido configurando de tal forma que
todas las instituciones que se han ido creando en torno al estado tengan
una misión; defender los intereses de la clase dominante que controlo
el aparato del estado.
La conclusión que quiero hacer es que el
Estado responde a los intereses de una clase u otra, de la clase que
posea el control del Estado, el Estado es una herramienta de clase. La
ley mordaza responde a los intereses de una minoría de empresarios y
banqueros y a la vez de los representantes políticos de estos, y
en contra de la mayoría social del país, la clase trabajadora y capas
populares.
No es de extrañar que justo al
día siguiente que se aprueba esta ley empiecen a registrarse domicilios
particulares y centros sociales. Saldándose la operación con 28 personas detenidas, las cuales su único delito es luchar por una sociedad más justa.
Movilicémonos sin miedo y con valentía contra sus mordazas, y construyamos un estado para y por la mayoría.
“Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde”-Miguel Hernandez
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