24 de abril de 2015
Por Resumen Lationamericano
Nélson Guerrero, miembro del Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora (FNCEZ) y de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora (CRBZ) de Venezuela, dialogo con Resumen Latinoamericano durante la realización del VI Congreso de la CLOC-Vía Campesina, que finalizó días atrás en Argentina.
Los desafíos del
movimiento campesino a nivel mundial, la actual situación en Venezuela y
los ataques de Estados Unidos y la derecha al gobierno del presidente
Nicolás Maduro fueron algunos de los temas conversados con el militante
venezolano.
-¿Cómo se desarrolló el Congreso de la CLOC-Vía Campesina?
-Uno de los
principales motivos por los cuales nos encontramos acá es la importancia
de este VI Congreso. Consideramos que es uno de los eventos principales
que tiene el movimiento campesino en función de seguir generando
propuestas a nivel latinoamericano sobre la lucha campesina y las
reformas agrarias, que son os principales objetivos que tiene la CLOC.
Una nueva línea que surge para la CLOC, y que vamos a asumir con
bastante énfasis, es darle empuje al tema de la juventud, porque es
clave en el movimiento campesino ir formando a los jóvenes que más
adelante pueden darle continuidad a esta lucha, que no termina en una
sola etapa o en un período de gobierno, sino que es algo que va a
trascender y va a generar mucho entusiasmo y conocimiento a los jóvenes
que vienen emergiendo al calor de las luchas populares. Latinoamérica es
otra, soplan vientos de cambio irreversibles que tenemos que
desarrollar y ahí el papel de la juventud va a ser clave. Por eso, es
una línea prioritaria y que iniciamos incluso con la IV Asamblea de la
Juventud del Campo y la Ciudad el día 10 de abril y en este Congreso se
desarrolló con un buen entusiasmo y una buena participación. Más
adelante este Congreso va a ser, no solo a nivel latinoamericano, el
epicentro para las propuestas claves de transformación del campo, de las
propuestas de los campesinos y las campesinas a nivel mundial.
-Como movimiento campesino de Venezuela, ¿cómo vienen enfrentando las agresiones internas y externas que golpean al país?
-Con la llegada de
la Revolución Bolivariana y del Comandante Chávez se abrieron unos
nuevos escenarios. Anteriormente éramos víctimas del sicariato, de la
persecución y el dirigente campesino vivía en la clandestinidad, no
podía surgir un vocero del movimiento campesino porque era perseguido,
desaparecido o asesinado. Llega el Comandante Chávez y la lucha
campesina y sus movimientos agarran vigor y visibilización. Hoy por hoy,
producto de esas luchas que se venían teniendo, en Venezuela tenemos
una reforma agraria que habla sobre de la erradicación total del
latifundio, cosa que ningún otro gobierno progresista ha tocado. Aun
tenemos muchas batallas para desarrollar, porque incluso después de la
Ley de Tierras que se aprobó en 2001-2002, llevamos más de 300
campesinos y campesinas asesinados y desaparecidos. Eso quiere decir que
se le están tocando los intereses a la oligarquía y al imperio, y eso
agudiza las contradicciones, pero también la lucha.
En estos momentos,
es necesario que el movimiento campesino asuma la tarea histórica de
seguir el legado del Comandante Chávez, quien planteaba la eliminación
de las semillas transgénicas, de los agroquímicos y la eliminación total
del latifundio que, incluso, está en el Plan de la Patria 2013-1029 y
que hoy es ley. Nuestra tarea histórica es consolidar ese legado, no
dejarlo caer y garantizar la unidad del movimiento campesino venezolano
con las amas de casas, con los trabajadores y con el poder popular. La
lucha por la tierra y por la soberanía alimentaria no es solamente de
los campesinos sino de todo un pueblo.
-¿En Venezuela surgen contradicciones entre ese rechazo a los agrotóxicos y los transgénicos y la realidad?
-Se nos ha hecho
difícil aunque tenemos las leyes. Tenemos una ley de seguridad y
soberanía alimentaria donde se establece que se sancione a todas las
personas que atenten contra esa soberanía, pero en la aplicación es en
donde se hace difícil. Son cuarenta años de dominación que tuvo el
imperio y las grandes transnacionales en nuestro territorio y que
incluso siguen teniendo ha generado que se haga difícil de aplicar la
ley o materializarla en su totalidad. Estamos sufriendo efectos de esa
lucha. Uno de los casos es que Venezuela sigue careciendo de unas
semillas propias y autóctonas. Estamos en ese proceso de rescatar la
identidad cultural y de las semillas ancestrales para contrarrestar una
gran realidad que es que seguimos produciendo con las semillas
transgénicas. Aun el gobierno está amarrado a esos convenios
internacionales con grandes transnacionales que siguen financiando y
vendiendo esas semillas.
Hoy estamos
sufriendo desabastecimientos por las políticas de bloqueo del imperio,
es un bloque silencioso y no es un bloqueo como el de Cuba. Con
Venezuela no ha salido un decreto para bloquearnos, pero lo están
haciendo de forma muy silenciosa. Tenemos los recursos para comprar las
semillas pero las transnacionales de las que dependemos no quieren
vender los insumos. Hay una escasez total de los insumos necesarios para
producir en Venezuela. Esa es la guerra económica y ahí está nuestro
reto para revertirlo y construir y consolidar que el movimiento
campesino tenga sus propias semillas e insumos. El desafío es salir de
un modelo que nos implantaron la derecha y el imperio, que es el modelo
transgénico, transnacional y de mercado de puerto. Venezuela sigue
comprando insumos que podríamos estar produciéndolos en el país.
La voluntad del
gobierno revolucionario está clara de que hay que transformar esto, pero
es una cosa que no se va a hacer de la noche a la mañana. Son procesos
que vamos a ir construyendo poco a poco, con la organización campesina y
las herramientas necesarias que garantice la producción en Venezuela.
Hay un aspecto importante que es la agricultura familiar campesina, que
es la clave para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria. En
Venezuela se demostró en el 2002 con el paro petrolero, cuando las
grandes empresas procesadoras de alimentos frenaron sus máquinas para
tumbar al gobierno del Comandante Chávez, los campesinos dimos un paso
al frente. Decidimos que si no hay comida porque las transnacionales no
las quieren producir, en ese momento los campesinos demostramos que la
agricultura familiar tiene la capacidad de sostener y garantizar la
alimentación del pueblo venezolano.
-¿Cómo
ves al pueblo venezolano, y en particular al pueblo chavista, después
de dos años del fallecimiento del presidente Chávez teniendo en cuenta
las agresiones externas y los intentos de golpe de la oposición?
-Después de la
pérdida del Comandante Chávez la derecha pensó que era más fácil tumbar
al gobierno revolucionario. Cuando el ultraderechista Henrique Capriles
Radonski pierde contra el presidente Nicolás Maduro manda a descargar
toda su ira contra el pueblo venezolano, asesinando a 11 compañeros,
entre niños y adultos. Eso llevó a que la Revolución Bolivariana y el
pueblo unificaran esfuerzos. El movimiento chavista está más unido que
nunca, tenemos nuestras dificultades y debilidades pero a la hora de las
agresiones hemos demostrado que estamos a la altura para defender la
Revolución.
La Revolución
Bolivariana es chavista, el pueblo venezolano en su mayoría es chavista y
así lo demuestra en las movilizaciones. A Obama no le quedó otra que
asumir el papel de opositor en Venezuela, porque la derecha venezolana
decayó y se desbarató. Y el imperio, al ver que no había oposición en
Venezuela que pudiera revertir la Revolución Bolivariana, decide lanzar
un decreto que dice que Venezuela es una amenaza para los Estados
Unidos. Claro que es una amenaza para el capitalismo, pero no es una
amenaza para el pueblo de Estados Unidos. Obama pensó que a través de
ese decreto iba a debilitar y dividir a la fuerza chavista, pero lo que
hizo fue unir al pueblo chavista y a aquellos que no están dentro del
PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), pero que son
revolucionarios y defensores de la democracia bolivariana, e incluso a
sectores de la derecha que dieron un paso al frente y dijeron que no
consideraban que Estados Unidos se metiera en los asuntos internos de
Venezuela. Estamos en una campaña para desmontar el decreto, superamos
la meta de las 10 millones de firmas y vamos a presentarlas el 30 de
abril. Ha sido contundente el apoyo de los países latinoamericanos y del
mundo con Venezuela en la lucha que vamos dando contra el imperio. Y en
la Cumbre de Panamá se desmontó ese escenario en el cual Estados Unidos
quería avasallar nuevamente a la Revolución Bolivariana. Estados Unidos
deja de agredir a Cuba, pero revierte el garrote hacia la Revolución
Bolivariana, entonces Cuba dio un paso al frente y dijo que no se iba a
sentar con Estados Unidos si la agresión seguía contra Venezuela. Así
también lo hizo la compañera presidenta Cristina Fernández que en Panamá
mantuvo una de las exposiciones más emblemáticas y que se haya dando en
contra de la política del imperio. Hoy podemos decir que en Venezuela
estamos unidos, vamos a unas elecciones parlamentarias donde en estos
días se van a desarrollar las internas del PSUV, está la articulación
con el Polo Patriótico, que creemos que ha cohesionado fuerzas para
derrotar a la derecha. Ellos saben eso y no quieren ir a las elecciones,
incluso no están desarrollando sus elecciones internas porque saben que
van a ser derrotados nuevamente.