3 de abril de 2015
El "socialista" Felipe
González (Señor de los GAL), fue quien impulsó una tradición vinculada a
los sectores más reaccionarios y oscuros del Estado español, cuando
percibió que, al final de la década de los años 70 del siglo pasado,
aquella estaba en proceso de extinción. Otro "tanto" que se apuntó.
Desde que en 1937 se
publicara la carta colectiva del Episcopado Español en defensa de la
cruzada nacional, la unión entre la dictadura y la Iglesia Católica ha
sido férrea. En el texto, publicado el 20 de agosto de 1937, la cúpula
eclesial brindaba un apoyo total al golpe de estado de Francisco Franco:
“El Episcopado español está en su totalidad y sin reservas al lado del
general y a favor del Movimiento”. La relación entre los estamentos
católicos y el régimen genocida del caudillo fue inseparable tras la
misiva. La Iglesia, el Ejército y la Falange fueron los pilares con los
que Franco pudo sustentar sus 36 años de crueldad y represión.
No obstante, el servicio
que la Iglesia le prestó a la dictadura no fue en vano, y a cambio tuvo
la posibilidad de influir en España para establecer su doctrina moral
como parte indivisible de la ley imperante en el país. Esta simbiosis
puede verse aún hoy en multitud de representaciones católicas. Una de
ellas es la Semana Santa y sus procesiones.
Lee el escrito completo. No tiene desperdicio
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