Publicado en: 2 marzo, 2015
¿Y sabe por qué? Porque todos los
días a las mujeres se nos niegan nuestros Derechos Humanos. Porque aún
existe la desigualdad entre hombres y mujeres. Abismales diferencias en
los derechos laborales. Porque en la mayoría de países se nos sigue
negando el derecho al aborto, y nos acusan de asesinas y nos encarcelan
si detenemos un embarazo. Porque la iglesia aún nos sigue sometiendo y
si nos atrevemos a pensar por sí mismas nos expone ante el escarnio
público como las poseídas por las ánimas del purgatorio. ¡La sangre de
Cristo! Y se nos viene encima un exorcismo dirigido por un cura misógino
y avalado por un esposo (amante o compañero) machista y de doble moral.
El sistema patriarcal pretende que las
mujeres sigamos en silencio, en la sumisión que maquilla de obediencia y
quién se atreva a salir del redil merece ser castigada con todo el peso
de la imposición. Una mujer independiente, emprendedora y pensante no
es bien vista por el sistema y la iglesia, por esa razón han sido tantas
mujeres que a través de los años las desaparecidas, torturadas y
asesinadas, temen que de la semilla de la flor brote un jardín.
El 8 de Marzo son todos los días porque
seguimos educando a nuestros niños con normas patriarcales, incluso
antes de nacer ya les asignamos roles con nuestros prejuicios y
estereotipos, dependiendo si es niña o niño así es nuestro afecto y
nuestra forma de socialización. Es urgente cambiar las normas y
arrancarlas de raíz. La equidad social es necesaria. Las mujeres no
somos seres inferiores, tampoco estamos exigiendo privilegios –que los
hombres sí tienen- solo pedimos respeto, derechos y equidad. Todo esto
no se puede obtener sin libertad.
Las mujeres no somos libres de decidir sobre nuestros cuerpos, en ellos se mete el sistema y la iglesia, dirigida por sotanudos y mezquinos. ¿Con qué derecho? Con el aval del patriarcado que es el que rige nuestras vidas dóciles.
Es necesario alimentar la memoria
colectiva y reivindicar la luchas de aquellas pioneras aguerridas que
dieron sus vidas a cambio de nuestros derechos, que fueron quemadas
vivas, transgredidas, encarceladas y torturadas. Ellas son nuestras
heroínas. Aquellos movimientos feministas que se levantaron en rebelión y
que gracias a las voces que se alzaron con arrojo nosotras hoy en día
podamos disfrutar de pequeñas vertientes. La lucha por la equidad
corresponde a todo ser humano, llámese feminista o no. La etiqueta es lo
de menos. Humanos, seamos humanos sin limitantes. El Día Internacional
de la Mujer, debería ser reivindicado en el mundo entero, en todos los
rincones, pero hacerlo se sigue viendo como arranque feminista, tomemos
en cuenta cómo el patriarcado ve al feminismo y de qué manera se encarga
de desacreditarlo.
No me dejará mentir que son pocos los
hombres que asisten a las actividades que se realizan ese día, y que la
mayoría de ellos confunden los conceptos, creen que ese día es de
regalar flores y –pagar motel- derrochar más de una galantería a “la
flor más bella del jardín.” Pero al día siguiente vuelve a ser ese macho
misógino y así se mantiene el resto del año. También las mujeres en
general ven el feminismo con recelo, es producto del embate misógino.
Uno puede no ser feminista, y está en todo su derecho, pero eso así, el
feminismo debe ser respetado. En mi opinión no ser feminista no
significa ir en contra de la equidad, -como acotan algunas personas- es
obligación de todos luchar porque se respeten los Derechos Humanos de
todo ser. Porque exista la independencia de la mujer en su todo como
ente social.
Necesitamos cambios reales, profundos,
consecuentes. Como padres de familia, comunidad, como iglesia, como
estado, como sociedad. Se acerca el Día Internacional de la Mujer, ¿qué
tal si vamos pensando en cómo cambiar los patrones de crianza, nuestra
forma de pensar y actuar respecto a la equidad humana? ¿Si vamos
pensando en no denigrar por el género? ¿Si vamos sacudiéndonos la
mojigatería y pensamos en que el derecho al aborto debe ser ley? ¿Que si
nosotros tenemos derechos por qué no luchamos para que los tengan
otros? ¿En qué afecta la equidad a quienes tenemos privilegios? ¿Qué
estamos dispuestos a hacer para que el género no interfiera en el trato,
oportunidad, y derechos de las personas? ¿Qué mundo quiere dejarle a
las siguientes generaciones? Pensamos en nuestras heroínas, ¿y si ellas
hubiesen sido sus hermanas, sus mamás, sus esposas, sus novias, sus
maestras, sus amigas? Lo fueron de alguien más. No, cambiar este mundo y
luchar por la equidad de género no es cosa solo de mujeres, esta lucha
debe ser de todos. ¿Está dispuesto a ayudar cambiar esta realidad
patriarcal, misógina, machista y esclavizadora? ¿Qué tal si nos vamos
respetando? ¿Si dejamos de seguirle al juego al patriarcado? Eso, ¿qué
tal si nadamos contra la corriente? Lo digo porque hay algunos hombres
que se jactan ser verdaderos revolucionarios y se pavonean, pero cuando
se trata de derechos de mujeres son más derechistas que los mismos
dictadores. Dejemos de anteponer los testículos y los privilegios de
género, porque si somos de los de verdad, sabemos que todos los derechos
son para todos, sin distinción.
Reivindicar el Día Internacional de la
Mujer, es alimentar la memoria colectiva, de la misma forma en que se
hace con el holocausto, los genocidios, las revoluciones, y todas esas
fechas que marcan en nuestro calendario y reloj, un suceso que cambió el
rumbo de la historia. Seamos parte del cambio, soñemos y luchemos por
un mundo integral, humano donde la equidad sea “la flor más bella del
jardín.” Esto es cosa de todos los días.
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado.
Febrero 28 de 2015.
Estados Unidos.
Fuente:https://cronicasdeunainquilina.w
Febrero 28 de 2015.
Estados Unidos.
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