15.03.2014.
"Hoy, nuestra guerra no
es ya solamente una contienda interior en la que se ventila la suerte de
nuestro país. En ella se juega también el destino de toda la
humanidad."
Las hordas extranjeras
que están asolando nuestro territorio no son solamente las fuerzas de
invasión de nuestro país; son también las fuerzas negras de la reacción
mundial que luchan por convertir a España en punto de partida para
lanzarse al asalto contra toda Europa y someterla a las garras del
fascismo. Por eso tiene para nosotros una importancia decisiva la ayuda
internacional, la solidaridad efectiva que los pueblos progresivos
puedan prestamos. Y, ya que hablamos de esto, hemos de decir que también
aquí se quiere especular y maniobrar a favor y en contra de ciertas
ayudas, con fines bastante turbios y poco nobles.
Es cierto que el pueblo
de Francia ayuda y alienta nuestra lucha. También el pueblo de
Inglaterra ayuda y alienta nuestra causa. Una cosa distinta son los
gobiernos de estos países, que ayudan muy poco, por no decir que
entorpecen a la República española. No tienen en cuenta lo que
representaría para ellos, para los intereses mismos de Francia o de
Inglaterra, el que perdiésemos la guerra en España, que no la
perderemos. También tenemos la ayuda desinteresada del pueblo mejicano.
En parte también la del gobierno mejicano.
Pero hay interesados en
querer destacar y exagerar esta ayuda, que nosotros agradecemos en lo
más profundo de nuestras convicciones, para desvanecer la ayuda
magnífica del pueblo soviético. ¿No habéis notado que hay gentes
interesadas en maniobrar en esta dirección? Yo he leído, en “Adelante”,
periódico socialista, un suelto hablando del bloqueo, que decía: “¡A ver
qué hacen ahora míster Eden, monsieur Blum y tovarich
Stalin!”.¿Comprendéis toda la mala intención que encierra el hecho de
involucrar a Stalin y al gran pueblo soviético, amigo entrañable del
pueblo español, con los representantes de la burguesía imperialista, de
Inglaterra y de Francia?
Tenemos en cuenta toda
la ayuda que se le está prestando al pueblo español, por pequeña que
sea, pero querer desvanecer la ayuda del pueblo soviético, eso no es
posible. Y yo digo: quien la ignore o quiera ignorarla de una manera
malintencionada, qué se dé un paseo por cualquier frente y que vea la
marca de fábrica de la mantequilla con que se alimentan nuestros
combatientes. Hay que ser más serio, para plantear estas cuestiones. El
pueblo sabe hasta dónde llega la ayuda de cada cual. La agradecemos
toda. Pero no se trate de ocultar la ayuda principal. No solamente la
principal, sino la fundamental. Yo no sé lo que hubiera sido del pueblo
español sin los comestibles que nos ha mandado la URSS.
José Díaz, Valencia, 1937
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