Publicado en: 11 febrero, 2015
Por Kaos. Laboral y economía
Tres años después de la puesta en marcha de la reforma laboral
existen en el estado español menos trabajadores ocupados que a comienzos
de 2012. Además, lo salarios han caído en torno al 7% de media y la
precariedad laboral se ha disparado. La reforma neoliberal del PP,
continuadora de la realizada por el PSOE […]
Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en
el primer trimestre de 2012, el momento en el que empezó su andadura la
reforma laboral, el número de ocupados ascendía a 17.765.100 personas, cifra que se había reducido en 196.000 trabajadores en el último trimestre de 2014.
La clave de este comportamiento está en la evolución de la población activa, que se redujo en dicho periodo en 406.200 personas, hasta un total de 23.026.800 personas, lo que situó la tasa de actividad en el 59,77 % de la población.
Este descenso de la población activa responde a la salida de ciudadanos del país, al envejecimiento de la población y al efecto desánimo que lleva a muchas personas a abandonar la idea de incorporarse al mercado laboral.
El tercer cumpleaños de esta reforma laboral (se aprobó el 10 de febrero de 2012) coincide con una sentencia del Tribunal Constitucional que la avala, desestimando los recursos planteados por PSOE e IU. El alto Tribunal considera que la limitación del derecho a la negociación colectiva persigue la finalidad de “procurar el mantenimiento del puesto de trabajo en lugar de su destrucción”.
No obstante, otra sentencia, en este caso del Tribunal Supremo, establece que la vigencia de los convenios colectivos (la ultraactividad), que la reforma laboral limitaba a un año, debe ser alargada prácticamente de manera indefinida.
En cuanto a los salarios, cada vez más voces piden que se acaben las rebajas de sueldos en España. Primero fue la OCDE, después la OIT y ahora ha sido la Comisión Europea la que ha dicho basta a la persistente caída de los salarios en España por los efectos negativos que cree que este recorte está teniendo sobre el consumo. Una «injusta e ineficiente» rebaja que han sufrido, fundamentalmente, los empleados con contrato temporal, dice el Ejecutivo comunitario. Los datos del INE lo reflejan con claridad. Según esta estadística, los sueldos llevan seis trimestres cayendo en nuestro país (en el último se han mantenido), lo que no había ocurrido desde que en 1996 el Ministerio de Economía comenzara a realizar la estadística sobre costes laborales.
Durante la crisis el mayor recorte de las rentas se produjo en 2012 tras un descenso del 3,6%. Si a este porcentaje se unen los acumuladas en 2013, los sueldos han caído cerca de un 7% de media.
Tres años después de la puesta en marcha de la reforma laboral existen en el estado español menos trabajadores ocupados que a comienzos de 2012.
Además, lo salarios han caído en torno al 7% de media y la precariedad
laboral se ha disparado. La reforma neoliberal del PP, continuadora de
la realizada por el PSOE dos años antes, han logrado así sus objetivos
principales: subvertir el orden de las relaciones laborales y poner los
derechos laborales, los salarios y la estabilidad laboral en la bandeja
de plata del banquete del gran capital.
La clave de este comportamiento está en la evolución de la población activa, que se redujo en dicho periodo en 406.200 personas, hasta un total de 23.026.800 personas, lo que situó la tasa de actividad en el 59,77 % de la población.
Este descenso de la población activa responde a la salida de ciudadanos del país, al envejecimiento de la población y al efecto desánimo que lleva a muchas personas a abandonar la idea de incorporarse al mercado laboral.
El tercer cumpleaños de esta reforma laboral (se aprobó el 10 de febrero de 2012) coincide con una sentencia del Tribunal Constitucional que la avala, desestimando los recursos planteados por PSOE e IU. El alto Tribunal considera que la limitación del derecho a la negociación colectiva persigue la finalidad de “procurar el mantenimiento del puesto de trabajo en lugar de su destrucción”.
No obstante, otra sentencia, en este caso del Tribunal Supremo, establece que la vigencia de los convenios colectivos (la ultraactividad), que la reforma laboral limitaba a un año, debe ser alargada prácticamente de manera indefinida.
En cuanto a los salarios, cada vez más voces piden que se acaben las rebajas de sueldos en España. Primero fue la OCDE, después la OIT y ahora ha sido la Comisión Europea la que ha dicho basta a la persistente caída de los salarios en España por los efectos negativos que cree que este recorte está teniendo sobre el consumo. Una «injusta e ineficiente» rebaja que han sufrido, fundamentalmente, los empleados con contrato temporal, dice el Ejecutivo comunitario. Los datos del INE lo reflejan con claridad. Según esta estadística, los sueldos llevan seis trimestres cayendo en nuestro país (en el último se han mantenido), lo que no había ocurrido desde que en 1996 el Ministerio de Economía comenzara a realizar la estadística sobre costes laborales.
Durante la crisis el mayor recorte de las rentas se produjo en 2012 tras un descenso del 3,6%. Si a este porcentaje se unen los acumuladas en 2013, los sueldos han caído cerca de un 7% de media.
Finalmente, la creación de empleo facilitada por la reforma laboral
está dando como resultado un trabajo asalariado con unas condiciones
sustancialmente peores que las registradas antes de la recesión.
La llamada “flexiprecariedad”, caracterizada por unas altas
temporalidad y contratación a tiempo parcial involuntario, ha dado como
resultado una generalización cada vez mayor del subempleo, que a su vez
es causa de una cada vez mayor desigualdad económica y social y una
agudización de la miseria incluso entre quienes trabajan (el riesgo de
pobreza en asalariados ha crecido un 20% entre 2007 y 2013).
Eternos temporales, fijos discontinuos, pluriempleados, parciales
con horas extra… las caras de esta nueva precariedad tienen como un
punto en común unas peores condiciones laborales. La nueva regulación,
en síntesis, ha provocado un aumento del desempleo, una menor cobertura
de la negociación colectiva, un incremento de la judicialización de los
conflictos, más desigualdad de género y un empobrecimiento del empleo,
entre otros males.
La reforma laboral, qué duda cabe pues, ha sido todo un éxito… para los intereses del capital.
Agencias/Kaosenlared
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