16.02.2015
Greenpeace
llevó este sábado en una jaula y con mordaza una réplica de uno de los
leones del Congreso de los Diputados en una manifestación por las calles
de Madrid en contra de la Ley de Seguridad Ciudadana, también conocida
como 'ley mordaza', y la reforma del Código Penal, que actualmente se
tramitan en el Senado.
La protesta, convocada por Greenpeace, la
plataforma No somos Delito, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca
(PAH) y las Marchas de Dignidad 22-M, entre otros colectivos, reunió a
centenares de personas desde la plaza de España hasta la Puerta del Sol,
donde se leyó un manifiesto, hubo un grito mudo con mordazas y La
Solfónica cerró el acto con el 'Canto a la libertad' de José Antonio
Labordeta.
Las organizaciones convocantes se
celebraron en el marco del día de los enamorados, al que cambiaron el
nombre por el de 'día de los AMORdazados'. Con el león del Congreso de
los Diputados 'enjaulado' y 'amordazado', activistas de Greenpeace
quisieron mostrar un símbolo de la restricción de las libertades civiles
que, según la organización, encierran tanto la Ley de Seguridad
Ciudadana como la reforma del Código Penal.
Para esta organización, ambas normas
"restringen el derecho de libre expresión y manifestación y penalizan a
los ciudadanos y colectivos que enfrentan los problemas sociales,
económicos y ambientales derivados de la crisis socioeconómica actual".
Miguel Ángel Soto, portavoz de
Greenpeace, señaló que "el Gobierno sigue empeñado en acallar la voz del
pueblo, amordazando las voces discrepantes y multando a la ciudadanía
que no se resigna a la realidad que estamos viendo". "Este león es una
imitación y la jaula es de mentira, pero si se llegan a aprobar estas
reformas vamos a tener que enfrentarnos a un sistema legal propio de
otros tiempos", añadió.
"ENORME INSEGURIDAD JURÍDICA"
Greenpeace denunció la "enorme
inseguridad jurídica" que generan ambas normas, ya que aseguró que
"muchos de los hechos susceptibles de ser sancionados carecen de una
descripción clara que permita saber qué conductas serán castigadas, lo
que crea un terreno sembrado para la arbitrariedad de la
Administración".
"Desde Greenpeace consideramos una
obligación ciudadana cuestionar el actual estado de cosas a través del
ejercicio de los derechos fundamentales y, llegado el momento, desde la
desobediencia y la acción pacífica", indicó Soto, quien apuntó que "lo
que hay que cambiar no son los derechos civiles de los ciudadanos, sino
la dura realidad social, política y económica que estamos padeciendo".
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