Publicado en: 5 febrero, 2015 
El Banco Central Europeo (BCE) está
 dispuesto a presionar a Grecia hasta el final para prorrogar su 
programa de rescate. Este miércoles a última hora, la institución 
monetaria ha enviado un comunicado en el que ha anunciado que no acepta la deuda helena como colateral para que el país se financie.
Esta propuesta era la gran baza con la 
que el nuevo gobierno griego, capitaneado por su ministro de Finanzas, 
Yanis Varufakis, jugaba en sus negociaciones con los socios europeos 
para que continuaran con su plan de ayuda al país y evitar así el 
colapso de su banca.
En concreto, el organismo ha indicado 
que ha suspendido la exención de la deuda griega como colateral para las
 operaciones de liquidez que comienzan el 11 de febrero. Por ello, 
indica que es “imposible” asumir una conclusión exitosa de la revisión 
del programa de rescate griego, ya que cree que no está el país  
dispuesto a asumir las condiciones que firmó en su día.
Hasta ahora, el BCE había aceptado la 
deuda helena como garantía, a pesar de tener ‘rating’ de bono basura, 
porque el país cumplía con las condiciones del rescate.
De este modo, aquellas entidades que 
carezcan del colateral suficiente según los criterios del BCE podrán 
atender sus necesidades de liquidez a través de la línea de asistencia 
de emergencia (ELA) a través del respectivo banco central nacional y en el marco de la regulación del Eurosistema.
La decisión del Consejo de Gobierno del 
BCE, que recuerda a la adoptada por la institución en febrero de 2012, 
condena a los bancos griegos a depender de la liquidez de emergencia 
facilitada por el Banco de Grecia. Esta línea de asistencia tiene un 
coste para las entidades sensiblemente superior al de los fondos 
proporcionados directamente por el BCE y debe ser sometida 
periódicamente a la autorización del resto de miembros del Consejo de 
Gobierno del BCE.

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