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lunes, 5 de enero de 2015

¿ SE ACUERDAN DE BARROSO, EL QUE FUERA ALCALDE DE PUERTO REAL?

05.01.2015



Después de una etapa alejado de Puerto Real, José Antonio Barroso ha pasado casi un mes en el pueblo que gobernó durante 28 años. Alejado de la política, vive en Cuba, allí trabaja y, sobre todo, quiere alejar todo tipo de rumores, los que le han rodeado estas semanas de estancia en la Villa: no se presentará a las elecciones municipales. 

-¿Qué es hoy de José Antonio Barroso? 


-Cuando se me acabó el paro estuve varios meses sin ningún tipo de ingresos, viviendo con mi madre y tratando por todos los medios de meter cabeza en algún sitio. Llegué a una situación límite emocional, con la base de cotización por los suelos con tres años aún para jubilarme... El panorama era desolador. Y una empresa de Puerto Real, Proelsur (Producciones Eléctricas del Sur), a la que estaré eternamente agradecido, con muchísimo valor añadido interesada en abrir mercado en sitios no habituales para el sector naval en España y en Europa, me contrató. Así llevo un año contratado y lo que hago es analizar las condiciones del mercado cubano y sus posibilidades y ponerlo en conocimiento de esta empresa, que desarrolla la estrategia comercial y es lo que le está permitiendo tener una cada vez más creciente relación con Cuba. 

-¿Cómo vive? 


-Aproximadamente el 90% del tiempo en Cuba. Vivo en un barrio de gente normal con la que me siento muy integrado, me siento querido, prestigiado por el cariño que me muestran todos los días los que viven allí y soy uno más. Soy una persona razonablemente feliz, vivo modestamente y trato de contribuir a que Cuba se pueda beneficiar del trabajo de esta empresa y que las dos partes obtengan beneficios. 

-¿Cómo vivió el aperturismo con Cuba anunciado por EEUU? ¿Ha sido una fiesta en la calle? 

-Algo estaba pasando, aunque nadie sabía el qué. Ya hacía meses estuvo el presidente de la Cámara de Comercio de EEUU que dijo que el embargo era un anacronismo, habló de recuperar relaciones propias de la vecindad de ambos países. Recientemente habían salido dos editoriales del New York Times hablando del asunto. Y ha sido una feliz sorpresa. Sin duda ha sido algo muy celebrado entre el pueblo de Cuba, que ha empezado a quitarse un corsé que lo ha tenido ahogado, que no sometido, durante más de 50 años, y eso va a servir para relajar tensiones y crear un nuevo clima. 

-¿Sigue la actualidad de Cádiz? 


-Me resulta complejo porque no es tan fácil el acceso a internet. 

-¿Le apetece, incluso, conocer esa actualidad? 

-Tengo un amigo que tiene un medio de conocer las noticias más importantes de la provincia de Cádiz y que en ocasiones me da información pero, fundamentalmente, me da información relacionada con la economía, sobre cómo va el sector naval y esa industrialización de la zona siempre anunciada pero nunca vista. Pero poco más. 

-Y cuando llega a Puerto Real en ese 10% de tiempo que no está en Cuba, ¿cómo lo encaja? 

-Ha sido sorprendente. He tenido la sensación de que el que me apreciaba me sigue apreciando; el que me apreciaba un poco menos, me aprecia un poco más; y el que no me apreciaba, empieza a considerar la posibilidad, si no de apreciarme, sí al menos de respetarme. He visto un cariño, un calor, una efusividad por demás desconocida en mis últimos tiempos en la Alcaldía. 

-¿Eso solapa esa desazón con la que se marchó tras perder las elecciones municipales de 2011? 

-No. Porque a mí no me afectó el hecho de que hubiera sido contundentemente derrotado. Las cosas como son, porque eso forma parte del juego democrático. Y es lógico después de 32 años (28 de alcalde y cuatro en la oposición) que la gente terminara hartándose de mí. Incluso creo que he cometido algunos errores que no tengo inconveniente en reconocer que han podido influir en el comportamiento del electorado. 

-¿Por ejemplo? 

-Uno de ellos fue creer que aquellas cuestiones que no eran estrictamente municipales y que tanto me significaron, como la política de apoyo a la revolución cubana, la defensa del Frente Polisario, el apoyo a Hugo Chávez, la lucha contra la Monarquía o la defensa de la República... llegué a pensar que, como la gente me votaba, la gente coincidía con esos presupuestos políticos e ideológicos. Y la verdad es que no. Eso fue claramente desgajando una parte de mi cuerpo electoral que sólo me querían como alcalde para resolver los problemas de su pueblo. Pero lo que a mí realmente me afecta, y lo saben los que se dedicaron a propalar la infamia, es que alguien hubiera llegado a concluir en mi condición corrupta, cuando es de lo poco que puedo presumir. 

-Hay gente que duda de que tras tantos años en política Barroso no tenga una cuenta en Suiza... 

-Hasta las cuentas que tenía el difunto Emilio Botín se han descubierto, o la de la saga de los Puyol, o las del antiguo presidente de la CEOE o las prácticas corruptas de Urdangarín. Yo me quedo sorprendido cuando alguien dice que Barroso nada tendrá cuando nada le han descubierto y le responden: No, es que es muy listo. Y yo digo: ¿Soy más listo que Botín? Pues si es así, a lo mejor debería su hija considerar la posibilidad de incorporarme a su staff directivo. Es una estupidez. Pero una estupidez que al principio tiene un sentido político, y muy poco hizo IU a nivel provincial y regional para poner coto a esa infamia. 

-¿Sigue siendo militante de IU? 

-No lo sé. 

-¿Cómo que no lo sabe? ¿Pidió la baja? 

-A mí me dan de baja por la vía de los hechos. Hay quien dice que se nota que alguien deja de ser cargo público cuando le deja de sonar el teléfono. Pero peor que eso es cuando tú llamas y no te lo cogen. Un día dejan de considerarme en mi organización una referencia para según qué cosas, que lo fui durante mucho tiempo. Yo fui mucho o no fui nada, pero institucionalmente fui bastante. Y de buenas a primeras es como si la nada fagocitase a Barroso. Con las direcciones provincial, regional y nacional, mis antiguos amigos y compañeros, hoy conspicuos representantes de la Administración andaluza, nada. Amigos míos de la clandestinidad, como Antonio Roldán (viceconsejero de Turismo), han desparecido. Ni siquiera ha tenido el detalle de levantar el teléfono y preguntarme cómo estoy. No te llaman, no existes, no interesas. 

-Cuando se produce el resultado electoral en 2011, ¿se siente defraudado por Diego Valderas? 

-A mí Valderas me ha engañado. Pero no tras el fracaso electoral, me engaña después. Y más grave aún, me engaña José Luis Centella. 

-Explíquese... 

-Yo estuve un par de años participando en el programa de radio de Carlos Herrera en Onda Cero. Y pese a lo que algunos escribieron, nunca cobré un euro. Un día, faltando unas semanas para la convocatoria electoral, Carlos me dijo que íbamos a empezar a hablar sobre las posibilidades de gobierno en Andalucía. Casi coincidentemente, un día aparece por Puerto Real el secretario general del PCE, José Luis Centella, para reunirse con representantes sindicales de los astilleros. Tomamos café y le pregunté por las posibilidades de gobierno en Andalucía. Me dijo que votaríamos a favor de Griñán e, inmediatamente, pasar a la oposición para, desde ahí, condicionar la política socialista en el Gobierno. Me contestó que no había ninguna posibilidad de formar gobierno e hizo un símil taurino: hasta que el PSOE no haga una limpieza de corrales no podrá tener en IU un posible aliado de gobierno, me dijo. 

-¿Y qué hizo usted? 


-Pues que, creyendo a pies juntillas lo que me dijo mi secretario general, cada mañana que surgía el tema en Onda Cero negaba sistemáticamente cualquier posibilidad de acuerdo. Por más que se empezaba a especular sobre ello leyendo alguna declaración de Diego Valderas, que el hombre estaba ya cachondo por verse montado de nuevo en el coche oficial como cuando era presidente del Parlamento, uno se negaba a aceptar que esa fuera la política. Pues la madrugada de ese lunes ya se estaba reuniendo Valderas, con la connivencia de la dirección del PCE, para discutir el acuerdo. 

-¿Qué sintió entonces? 

-Pues que se produjo un doble fenómeno: el de haberme convertido en el ser político más ridículo de la historia de la política andaluza y, en segundo lugar, sirvió para que todos los que en IU tenían alguna precaución sobre mí y mi condición a veces de verso suelto, darles más cancha y ver en mí a un contrario al pacto. 

-¿No volvió a hablar con José Luis Centella? 

-Me lo encontré después en agosto de 2012 en La Habana. No hice mención alguna a la vergüenza que tuve que pasar. Pero sí le pedí un favor. Reconozco no haber estado preparado para pasar de estar en el ojo del huracán a veces, en la cresta de la ola casi siempre y de ahí al más absoluto ostracismo en el seno de tu propia gente. Le dije que, con 60 años, no tenía a dónde ir y que si el partido pretendía mantener la oficina de solidaridad que la Junta tiene en La Habana, contaran conmigo si creía que era la persona indicada. 

-¿Qué le respondió? 

-Centella me dijo que si había una persona, no ya en el seno de IU sino en el conjunto de todos los partidos de España, que fuera más idónea para ocupar ese cargo, era yo. 

-¿Y cómo finalizó la historia? 

-Centella no apareció. Valderas me dijo que se iba a cerrar la oficina porque había que reducir gastos y que con mis precedentes de único cargo público condenado por injurias al Rey, pues la gente iba a estar más pendiente de eso. Pero que si se quedaba abierta, valorarían mi opción. Ni siquiera me llamaron. Pusieron a una chica. En el fondo les estoy agradecido porque así no les tengo nada que agradecer. Y sobre todo porque después del deplorable espectáculo que dan en los últimos tiempos, donde una presidenta de la Junta que parece salida de un programa de Juan y Medio, es capaz de opacar a un cenutrio como Valderas, pues casi les doy las gracias. 

-Con el efecto Podemos, todo apunta a que IU va a ser el partido más perjudicado... 

-Ya es IU la más perjudicada. Yo me entero de la eclosión de Podemos en Cuba, cuando en la prensa cubana aparecen los resultados de las europeas. Llegué a la conclusión de que Podemos, más que un movimiento, es un sentimiento, el de la cantidad de gente que está harta de los partidos políticos, incluida IU. 

-Le veo muy disgustado con IU... 


-Es que la cara de IU es Centella, Cayo Lara, Valderas y su pacto, y ese sector más dinámico de los jóvenes se deja llevar a ese sentimiento que se llama Podemos. Les auguro un éxito bastante notable que va a obligar a IU y al PCE a considerar la necesidad de una refundación que pasa por un proceso de convergencia con Podemos. Lo que está claro es que IU está fuera, digan Maíllo y Garzón lo que digan. Alberto Garzón, como Pablo Iglesias, era una de las caras del 15M y llegó tarde, porque pusieron por delante a un señor como Centella al que no se le entiende lo que dice, en lugar de un joven brillante como Garzón, porque lo tapona el chiringuito, el aparatish

-Desde su marcha de la política ha habido una abdicación, una coronación y una imputación en la Casa Real. ¿Qué le parece? 

-Lo que pienso de todo ese proceso me lo quedo para mí; ya no estoy ni en la política nacional ni en la local. 

-Cuando se jubile, ¿se quedará en Cuba? 

-Yo espero que a la empresa para la que trabajo y a los cubanos les vaya tan bien que pueda seguir participando en cualquiera de las formas de relación empresarial que pudieran darse. Y mientras los cubanos me sigan estimando como desde hace 30 años, seguiré colaborando con ellos. Y cuando ya sea un anciano, cosa que tardará, me quedaré a vivir definitivamente en la Bahía.

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