miércoles, 7 de enero de 2015
El
presidente ruso, Vladimir Putin ha sorprendido al mundo occidental tras
su último movimiento estratégico, que ha sido comparado con una "jugada
maestra" del ajedrez.
El rublo ruso estaba en
caída libre, en las últimas semanas, dinamitado por los acontecimientos
sucedidos en Ucrania que llevaron a la condena mundial de la ocupación
rusa y al posterior embargo iniciado por los Estados Unidos, ha llegado a
caer hasta límites nunca registrados por esta moneda. En 1998, antes de
iniciar su gran crisis, el rublo estaba por debajo de los 5 dólares,
pero después empezó a bajar llegando a mediados de este año a cotizarse
por encima de los 35. Después de su entrada en Crimea y las sanciones
financieras a sus grandes empresas energéticas a las que el país
soviético se ha visto sometido, la moneda rusa cayó hasta los 54 rublos
para comprar un dólar la semana pasada, y dos días después ha registrado
otro mínimo histórico: 75 por dólar.
Ante este derrumbe de su
moneda, el Banco Central de Rusia aplicó una solución drástica para
evitar que siguiera en caída libre, subiendo los tipos de interés del
10,5% hasta el 17%, siendo ésta la segunda intervención que hace en una
semana. Economistas internacionales declaraban que no iba a servir de
nada esta medida, ya que, en opinión de muchos, Rusia se encuentra en el
centro de una "tormenta perfecta": Sanciones económicas unido a la
caída del precio del petróleo y el aumento de los intereses a tipos muy
elevados hacen que la economía "vuelva a la recesión".
El vicepresidente del
Banco de Rusia, Serguéi Shvetsov, anunciaba que la decisión de aumentar
de esta manera los intereses es una opción "entre lo muy malo y lo
supermalo", diciendo que no hace ni un año no se podían ni imaginar una
situación así, ni en la peor de las pesadillas. A pesar de contar con el
visto bueno de Putin, sus legisladores se han mostrado críticos,
llegando incluso a pedir la dimisión de Elvira Nabiulina, presidenta del
Banco Central. Putin seguía prometiendo conseguir estabilidad, tanto
financiera como económica, aunque la población rusa estaba escéptica
tras haber sufrido recientemente una grave crisis.
Y, como lo prometido es
deuda, lo ha hecho realidad. Esa "jugada maestra" ha sido dejar que
bajara el rublo hasta límites alarmantes provocando el pánico
generalizado entre todos los inversores, especialmente los que tienen su
dinero en empresas energéticas, dejando correr el rumor de que Rusia no
tenía suficientes fondos para parar la debacle económica. Las acciones
de estas empresas se vinieron abajo y se ha estado produciendo una
estampida generalizada, vendiendo todo lo que podían para evitar el
desastre financiero que se veía venir. Cuando el precio de esas acciones
ya estaba lo suficientemente bajo, Putin dio la orden de comprar todos
los activos posibles, que estaban en manos de capital europeo y
estadounidense.
De esta manera, Rusia se
ha hecho con el 30% de los activos de petróleo y gas, a un precio casi
ridículo, y ahora sólo tendrá que sentarse a esperar y ver cómo el rublo
empieza a recuperarse "milagrosamente". Según InSerbia, "no se había
visto una operación así desde la aparición del mercado de valores", y
agregó que "los tiburones financieros europeos quedaron como tontos" al
ver cómo Rusia, en unos minutos, compraba a muy bajo precio una cantidad
brutal de activos energéticos por valor de miles de millones. Putin
será lo que sea, pero aquí ha demostrado ser un buen estratega de los
negocios a nivel mundial.
es.blastingnews.com
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