Emiliano Gómez Peces
Si hay un enemigo a batir en C-LM, esa
es Mª Dolores de Cospedal, que ha aumentado la deuda de nuestra región
hasta límites insostenibles (+ de 12.500 millones de €), lo que hace aún
más sangrante la sistemática destrucción que lleva a cabo de servicios
médicos, educativos y asistenciales a la población de C-LM y que, según
se ve, aparte de favorecer la privatización salvaje de dichos servicios
públicos y la privación de derechos de la ciudadanía, no ha servido para
aminorar la deuda.
Es por ello que causa desolación y
pesadumbre ver como las diversas fuerzas políticas tanto tradicionales
como emergentes se hallan inmersas en sus propias contradicciones,
repitiendo errores del pasado, como IU, o dando lugar a reproches
mezquinos e intentos de manipulación partidista en algunos Ganemos o, en
el caso de Podemos, metiendo la pata descaradamente. Ayer mismo nos
enteramos de la reunión secreta mantenida entre Iñigo Errejón, Pablo
Iglesias, José Luis R. Zapatero y José Bono, a instancia de éste último,
parece ser. Esta entrevista y su posible contenido ha producido una
lógica convulsión en el PSOE, mientras que, en Podemos, nadie se siente
obligado, por ahora, a dar una explicación.
¿Quién no conoce a J.B. en C-LM y el
daño inmenso que ha hecho a esta región, manteniéndola en el
subdesarrollo económico y democrático durante más de 20 años? El
concepto de política de este falangista nacional-católico es el de la “pura intriga, maniobra, conciliábulo y mentira institucionalizada”,
como señala Ramón Cotarelo. ¿Y de Zapatero, qué más decir si fue el
principal artífice de la reforma del artº. 135 de la Constitución, a
espaldas del pueblo español? Es decir, que más “casta” que estos
dos no se puede tener. Así que resulta difícil explicar, más aún para
quienes hemos sufrido a J.B. en C-LM, qué pintaban Errejón e Iglesias en
esa reunión que, para colmo de males, fue secreta. Ellos, los herederos
del 15-M, que presumen de asamblearismo, puertas abiertas y
transparencia. ¿Dónde queda la credibilidad de su discurso?
También ayer se presentó el candidato a
la Secretaría general de Podemos C-LM, José García Molina, tutelado por
el equipo de Pablo Iglesias y, a la vista de sus primeras declaraciones
a la prensa, no puede resultar más decepcionante.
Habla de “recuperar la alegría de la acción política”.
Ni una sola referencia a quienes, desde la calle y los movimientos
sociales han plantado cara en esta durísima legislatura a los recortes
de derechos y libertades del PP en nuestra región. Ni una sola mención a
Dolores de Cospedal ni al objetivo principal de la próxima convocatoria
electoral que anhelamos todos los castellano-manchegos: echar a los
gobernantes que han arruinado nuestra región y nuestro país.
Dicen que la política es la continuación
de la guerra por otros medios y en esas estamos. Todo es lucha por el
poder electoral: entre partidos rivales pero también, como escribe
Víctor Alonso Rocafort, dentro de cada uno de ellos. La pugna por el
caudillismo es feroz. Desde la izquierda, se habla mucho de
convergencia, de unidad popular, etc., pero a la hora de la verdad,
cuando llegan las elecciones, todos se olvidan de la ocasión histórica
que se nos presenta de transformar nuestra sociedad y pugnan
mezquinamente por sus siglas o su chiringuito. Es necesaria mucha más
generosidad por parte de todos y mucha más solidaridad con quiénes
sufren todos los días la peor parte de esta crisis capitalista.
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