Etiquetas

viernes, 7 de noviembre de 2014

SOLO TENDRÁN ACCESO AL NUEVO FÁRMACO CONTRA LA HEPATITIS C MENOS DEL 1% DE LOS ENFERMOS


 


LOS RECORTES MATAN


 

El tratamiento cuesta 25 mil euros y solo tendrán acceso a él menos de 5 mil pacientes de los 800 mil existentes. El gobierno llama a esta restricción "racionalización del uso de los tratamientos, simplificando y clarificando la pauta al clasificar las terapias en función del tipo de paciente". Nosotrxs preferimos llamarlo desvergüenza...
Es evidente que el alto costo del medicamento es lo que motiva tan drástica reducción de las terapias que van a brindarse a los y las enfermas. Pueden adornarlo con otras palabras, hablar de "racionalización" pero lo cierto es que es esa la causa. Podemos decir entonces que es evidente que salvar la vida de casi un millón de personas no está entre las prioridades de las autoridades sanitarias ni del gobierno. Parece ser que las prioridades siguen pasando por otro lado como la compra de armamento para reprimir protestas sociales, la necesidad de generar recursos para no bajar un céntimo los gastos de la casa real o para distribuir los sonados sobres.
La salud de la gente es un gasto, y un "gasto suntuario impensable". La sociedad deberá reaccionar frente a esta matanza planificada en algún momento. 800 mil personas bien valen nuestras protestas, nuestro repudio y nuestra rebeldía.
Facua se ha sumado en las últimas horas a las demandas para que también se den a conocer los llamados informes de posicionamiento terapéutico (IPT), que establecen a qué pacientes se pueden prescribir el medicamento, y que fueron aprobados el 9 de septiembre por el Grupo de Coordinación del Posicionamiento Terapéutico, según informa el diario El País.
D.C. - Redacción Web

Esta es la noticia:
La ‘penicilina’ de la hepatitis C llegará al 0,6% de enfermos 4.900 personas tendrán acceso en un año a sofosbuvir. La sanidad pública pagará 25.500 euros por cada terapia Maribel Marín / Elena G. Sevillano
El esperado y costoso fármaco contra la hepatitis C, una enfermedad que sufren alrededor de 800.000 personas en España, solo llegará al 0,6% de los afectados en un año. El Ministerio de Sanidad y el laboratorio estadounidense Gilead alcanzaron en septiembre un acuerdo sobre el precio del sofosbuvir, de nombre comercial Sovaldi, del que solo ha trascendido que el Gobierno destinará 125 millones de euros en el primer ejercicio para financiarlo. Varias fuentes del sector confirman a EL PAÍS que el precio finalmente pactado por el tratamiento de tres meses es de 25.500 euros. De esta forma, solo unas 4.900 personas tendrán acceso al medicamento en la sanidad pública.
¿Se queda muy corta esta cifra? “Si todos los pacientes muy graves pueden acceder al tratamiento en un año, a lo mejor es un número razonable”, dice Javier García-Samaniego, hepatólogo del hospital La Paz-Carlos III de Madrid. “Pero se tiene que ampliar necesariamente en los años siguientes. La filosofía debería ser que llegara a ser universal, llegar al mayor número de pacientes posibles. Es una terapia que cura”.
El fármaco, conocido como la penicilina de la hepatitis C por sus elevadas tasas de curación en combinación con otros medicamentos (hasta el 95%), entró en el sistema público de salud el pasado lunes. Pero los médicos no tienen aún en sus manos el llamado Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT) que establece a qué pacientes debe tratarse y garantiza de esta manera la equidad en el acceso al tratamiento. El IPT se aprobó el pasado 9 de septiembre pero su contenido no ha sido desvelado. Sanidad asegura que el retraso se debe a que se está elaborando “una guía completa de uso de todos los medicamentos para la hepatitis C” que debe consensuarse con las comunidades autónomas. “Se conocerá el viernes [por mañana] o el lunes”, asegura una portavoz.
Hasta entonces, los facultativos españoles no están en condiciones de recetar sofosbuvir. “A día de hoy no podemos prescribirlo”, admite Xavier Forns, hepatólogo del Hospital Clínic de Barcelona. “El CatSalud [Servicio de Salud catalán] está deliberando si las indicaciones van a ser las mismas que en el uso compasivo —pacientes trasplantados con reinfección y personas en lista de espera para trasplantes o enfermos cirróticos en riesgo de descompensación o muerte en un año— o si se incluye también la precirrosis”, continúa. “Como eso aumentaría mucho el número de pacientes a tratar, están haciendo un cálculo”.
La Comunidad de Madrid, como ocurre en otras autonomías, también está esperando a que el Ministerio de Sanidad haga público el IPT. “Seguirá sus recomendaciones”, dice, cuando las conozca. Mientras tanto, ha creado un “comité especial centralizado” formado por médicos y farmacéuticos “para estudiar y aprobar” las peticiones que hagan los hepatólogos de cada hospital. Los expertos de esta región tienen ya sobre la mesa los informes de 400 pacientes cuyos médicos consideran que deberían recibir el fármaco, confirma García-Samaniego.
Sovaldi, aprobado el pasado enero por la Agencia Europea del Medicamento, se ha hecho esperar en España. Sanidad y Gilead tardaron 10 meses en llegar a un acuerdo sobre el coste del medicamento, que en Europa se comercializa a un precio medio de unos 60.000 euros. Unos 500 enfermos españoles en situación muy grave han podido acceder al fármaco antes de que se aprobara su precio oficial. Sus comunidades lo han comprado en el extranjero.
“Hay una discusión fundamental”, dice Xavier Forns. “Yo entiendo que la Administración no tiene dinero, pero el tratamiento más coste efectivo en el fondo no es el enfermo moribundo sino el que tiene una enfermedad todavía en fase de regresión, el que tiene fibrosis leve. Le curas y le sacas del sistema sanitario. ¿Un cirrótico? Le curas de la infección, pero no de la enfermedad, le tendrás que ver durante años para hacerle ecografías, ver si tiene tumor. Lo bueno sería tratar a enfermos para que no lleguen a esa situación ni a necesitar un trasplante, que en España cuesta 100.000 euros. Y Sovaldi es el medicamento que combinado con otros da mejor resultado”.
Coincide con él Rafael Esteban, hepatólogo del hospital Vall d'Hebron de Barcelona: “A diferencia de otros virus, el C es erradicable y tenemos las armas para hacerlo. Estos fármacos son un ahorro a largo plazo, pero a nivel político el largo plazo es difícil de evaluar”. Y añade: “En las consultas vivimos auténticas tragedias, porque nos piden un tratamiento que no podemos darles. ¿Hay que esperar a que se estén muriendo?”.

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 

No hay comentarios:

Publicar un comentario