La
infección de ébola se creó a propósito a través de los programas de
vacunación de la ONU, asegura una nueva hipótesis sobre el origen del
virus.
Un grupo de científicos advertían recientemente que el ébola fue
creado por las corporaciones farmacéuticas en altas instancias del
poder. Ahora otras fuentes afirman que la infección coincide
precisamente con un programa de vacunación de la ONU, relata trueactivist.com.
Cyril Broderick, exprofesor de Fitopatología en la Universidad del Colegio Liberio de Agricultura y Silvicultura, ha afirmado que el ébola es un organismo genéticamente modificado creado por las compañías farmacéuticas occidentales con la intención de acabar con la población del continente africano a través de las vacunas de la ONU.
Boderick
cita el libro de 1996 de Leonard Horowits ‘Virus Emergentes sida y
ébola: ¿naturaleza, accidente o intención?’, que contiene varias
entrevistas con el científico estadounidense Robert Strecker. Este
último afirmaba que su país tenía un biolaboratorio militar que llevaba a
cabo pruebas en africanos bajo el pretexto de programas de vacunación
organizados por médicos occidentales contra enfermedades conocidas como
la meningitis, la polio y el cólera, según Broderick.
Las
vacunas empleadas en estas pruebas eran producidas por empresas
farmacológicas de los países occidentales participantes en este
programa, como EE.UU., Canadá, Francia y el Reino Unido, afirma Broderick. Además, el profesor cita informaciones sobre
la supuesta presencia de especialistas sobre la guerra biológica de las
Fuerzas Armadas, entidades estatales y empresas privadas
estadounidenses en la región.
El profesor destaca también que en enero de 2014 EE.UU. lanzó un
estudio sobre el desarrollo del ébola en humanos sanos, solo unos meses
antes de que la epidemia fuera anunciada oficialmente tras permanecer
oculta durante semanas. En aquella época varios científicos advirtieron
de que tales experimentos constituían una irresponsabilidad y podían
provocar una pandemia global, según el autor.
“El
mundo debe estar en alarma. La amenaza es real y no se limita a unos
cuantos países africanos. Hay que poner fin a todo tipo de pruebas
clandestinas de enfermedades mortales en humanos inocentes y ayudar a
los países de África a superar esta tragedia”, concluye Broderick.
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