ANDES
– La eventual reelección este domingo de Evo Morales significará un
hito para el continente ya que, además de haber sido el primer indígena
en alcanzar el puesto de presidente en Bolivia y en Latinoamérica,
habría prolongado su estancia en el poder por tercera ocasión
consecutiva con el respaldo de las mayorías.
Morales, quien cambió la historia
regional, se vislumbra como el candidato favorito en las elecciones
para la primera magistratura, cargo al que aspiran también otros cuatro
aspirantes.
En 2006 inició un mandato al
frente de la República, que no terminó porque se cambió la constitución
en 2009. Ese mismo año se convocaron elecciones para el Estado
Plurinacional y resultó electo con posibilidades para una reelección.
El miércoles pasado, el
representante en las urnas por el Movimiento Al Socialismo (MAS) cerró
su campaña y apenas tres días después, el sábado, en vísperas de los
comicios, se difundió en Twitter un mensaje apócrifo sobre un supuesto
atentado en su contra, lo cual él lamentó y dijo que se trataba de una
maniobra de la oposición.
En su caso, ya tiene a su favor
las políticas públicas para mejorar los estándares de vida de sus
conciudadanos y de la recuperación de los recursos naturales y de
empresas clave para el desarrollo de la nación boliviana, y de la
inédita medida de reducir su propio sueldo.
El reto de este indio aymara será
superar lo conseguido en tres votaciones anteriores, en las cuales
siempre sobrepasó el 50 por ciento de los sufragios.
Los últimos tres sondeos de las
empresas Estudios Mori, Tal Cual e Ipsos, dan a Morales ganador con
comodidad en primera vuelta, con cifras que se acercan en algunos casos
al 60 por ciento de la intención de votos y en otras rondan el 55.
En todas aventaja en más de 40
puntos al candidato de Unidad Demócrata, el empresario cementero y
otrora ministro de Planeamiento, Samuel Doria Medina, quien en los
últimos días se dedicó, sobre todo, a atacar al tercero en los sondeos,
el expresidente Jorge Tuto Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano.
En 2005, cuando resultó electo
presidente de la República, Morales alcanzó el 53,74 por ciento de los
votos, cifras inferiores a lo que le otorgan para las próximas
elecciones la totalidad de la encuestas.
En 2009, al ganar los comicios
para encabezar el Estado Plurinacional, luego de aprobarse la Nueva
Constitución Política del Estado, el actual mandatario compiló el 64,22
por ciento de los votos, una cifra que, según sus propias declaraciones,
espera sobrepasar esta vez.
El primer presidente indígena del
país enfrentó un referendo revocatorio en 2008 y salió adelante con el
67,43 por ciento del sufragio, cifras que hablan del nivel de aceptación
de sus políticas de gobierno, desde que llegó al Palacio Quemado el 22
de enero de 2006.
Al otrora líder cocalero le basta
para reelegirse el 50 por ciento más uno de los votos o sacarle una
ventaja de 10 puntos a su oponente mas cercano, de lo contrario será
necesario efectuar un balotaje, previsto para el 7 de diciembre
venidero.
De ganar los comicios, cumplirá
su primera reelección al frente del Estado Plurinacional, la única que
establece la Carta Magna y deberá abandonar el Palacio Quemado en 2020.
Morales es visto como el artífice
del salto importante en la economía nacional tras nacionalizar los
hidrocarburos y varias de las llamadas empresas estratégicas, además de
convertir a Bolivia en centro energético de la región.
Más de seis millones de
bolivianos, desde el país y el exterior, elegirán este domingo a quien
será su presidente para el período 2015-2020, además de 36 senadores
-cuatro por cada departamentos- y 130 diputados.
Además de los observadores
internacionales, entre estos una comisión de la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), están acreditados unos 2.000 nacionales, por
primera vez en la historia electoral de la nación andina.
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