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sábado, 11 de octubre de 2014

DENUNCIAN LA "VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DE LAS PERSONAS" EN UN REGISTRO POLICIAL EN ZARAGOZA

11.10.2014

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Los hechos ocurrieron el pasado domingo durante las Fiestas del Pilar Los hechos ocurrieron el pasado domingo durante las Fiestas del Pilar
Es conocido el aumento de abuso de poder y de represión por parte de los agentes de autoridad con motivo o con la excusa de la celebración de las Fiestas del Pilar: identificaciones aleatorias, registros, requisas, cacheos, agresividad policial…
Hartas de esta situación y tras conocer una última actuación policial desde Febrero Feminista y el Grupo Derechos Civiles del 15M Zaragoza denuncian, en un comunicado, otra “actuación desmesurada y desproporcionada” de la policía que “siempre impune por excederse en sus funciones, no cesa en su práctica abusiva hacia las personas”.
Según el comunicado, el pasado fin de semana, durante la celebración de las Fiestas del Pilar 2014, por parte del Cuerpo Nacional de Policía se produjo otra “violación de los derechos fundamentales de las personas”.
Las dos organizaciones se hacen eco de los hechos narrados por la persona que “vio violada su intimidad e integridad”, quien ha puesto el caso en manos de su abogado y que de momento prefiere mantener el anonimato, en una carta que ha decidido redactar para que “se denuncie públicamente y se trabaje en erradicar esta práctica habitual de la Policía coincidiendo con las fiestas populares”.
Esta es la carta:
El pasado domingo, 5 de octubre, sobre las 12 de la mañana, en una plaza importante de la ciudad, había un furgón de la policía nacional para “asegurar nuestro bienestar”.
Yo estaba sentada en la acera, haciendo un cigarro de liar antes de seguir mi camino para llegar a trabajar y como tantísimas otras veces, la policía, una mujer y un hombre, decidió que una chica sola sentada en la acera podía desequilibrar este bienestar público y por tanto decidieron interrumpir este momento para pedirme el D.N.I y registrar mis pertenencias; mi bolso, mi mochila y todos los posible bolsillos que había en mi ropa; sin más motivo aparente que el anterior, estar liando un cigarrito.
Como a la gran mayoría de personas en este país, esto ya forma parte de nuestro día a día y por tanto fui cordial y atendí todas sus exigencias, para no obtener consecuencias más negativas que las de tener que mostrar a unas personas desconocidas mis pertenecías, mi privacidad.
Mi sorpresa fue después cuando me pidieron “amablemente” y con empujones que me metiera dentro de la furgoneta, me dejaron encerrada con una mujer policía. Yo estaba entre asustada y sorprendida.
En ese momento la agente de policía me pidió que me desnudara, le pregunte que porque motivo y me dijo que por posible pertenencia de sustancias estupefacientes u objetos punzantes.
Yo quería terminar con todo eso lo antes posible así que lo hice, me quede en bragas. Llevaba un moño, me quito el coletero, me soltó el pelo y empezó a palparme la cabeza… me puso contra la pared y me empezó a tocar la vulva, y luego también por dentro, en la vagina alegando la supuesta pertenencia de sustancias estupefacientes.
Todo esto sucedió entre forcejeos de mi aceptación de no poder negarme y mi frustración de verme sola ante esta situación.
Solo estuve como unos 5 minutos dentro de la furgoneta, pero para mí fue mucho más que eso. Fue el sentir toda la impotencia de sentir un abuso físico, y de poder por parte de la policía y la impotencia ante esto.
Al terminar y salir del furgón cogí su número de placa delante de sus compañeros, y dije que iba a denunciar, que este abuso no iba a quedar así y lo único que recibí fue alguna sonrisilla que entre dientes decían lo pobre ingenua que estaba siendo diciendo eso.
Ahora mismo todo esto en manos de mi abogado, voy a poner una denuncia, aunque seguramente no sirva para nada, ya que yo estaba sola y no había más testigos que sus propios compañeros; y ya conocemos como la policía encubre sus propias fechorías.
Este tipo de abuso no es la primera vez que me sucede. La primera vez opuse resistencia y terminaron agrediéndome físicamente, por eso esta vez decidí hacerlo así.
Sé que este tipo de actos policiales pueden suponer muchos daños emocionales para muchas personas por tanto el objeto de mi escrito es poner en conocimiento que este tipo de cosas están sucediendo y que así todo el mundo gracias a lo que supongo que vosotros escribiréis sepa reaccionar ante estos hechos; y ya no solo reaccionar ante estos hechos si no como afrontarlos emocionalmente.
“Una vez más recibimos una denuncia que refleja una retención aleatoria con un posterior registro injustificado que acaba en una consecuencia totalmente desmesurada y que constituye violar los derechos fundamentales de las personas”, denuncian Febrero Feminista y Derechos Civiles.
Así mismo y siguiendo el hilo de la carta, reivindican que “el abuso de poder de la policía, sus técnicas de represión y su trato degradante causan consecuencias negativas en nuestra persona, el sufrir vejaciones merma nuestra autoestima y reprime nuestra libertad”.
Sufrir una retención en la vía pública de manera inesperada, un registro en público y un cacheo integral “puede causarnos traumas que si no son atendidos, tratados, perduran en el tiempo y acaban coaccionando nuestra forma de ser”.
Abogadas y abogados del Grupo de Derechos Civiles recuerdan que según la doctrina del Tribunal Constitucional un cacheo íntegro injustificado vulnera el derecho a la intimidad, ya que “según el mismo es necesario ponderar adecuadamente, y de forma equilibrada, de una parte, la gravedad de la intromisión que comporta en la intimidad personal el cacheo íntegro y, de otra parte, si la medida es imprescindible para asegurar la defensa del interés público que se pretende proteger”.
El cacheo íntegro puede afectar a los derechos fundamentales de la dignidad, la integridad física (art. 15 CE), la intimidad personal (art. 18 CE), la libertad deambulatoria (art. 19 CE) y al derecho a no declarar contra sí misma (art. 24.2 CE) de la persona que se ve sometida a ésta práctica, inciden.
“Al tratarse de medidas restrictivas de los derechos fundamentales, su licitud y por tanto su validez probatoria en el seno del proceso dependerán del respeto al principio de proporcionalidad tanto a la hora de adoptar las medidas como a la hora de ejecutarlas. Es más, la falta de observancia de los requisitos jurisprudencialmente establecidos (dada la falta de regulación legal existente) determinaría la ineficacia procesal de las pruebas obtenidas y, además, la posibilidad de incurrir en alguno de los tipos descritos en el Código Penal“, aseveran en el comunicado.
Para estas organizaciones, “las herramientas que utilizan los agentes de autoridad, como los tratos crueles, violan nuestros derechos fundamentales con facilidad, pues las mismas atacan directamente a nuestra libertad, integridad y dignidad”.
Por último, en el texto subrayan que los tratos crueles y degradantes deben ser denunciados por las personas que se han visto afectadas y deben ser apoyadas por el resto, “mecanismos como el desconocido Protocolo de Estambul, son ejemplos de herramientas que debemos de usar para detectar y reconocer síntomas postraumáticos que nos pueden producir estos tipos de actos, y así intentar crear consciencia de la gravedad que supone una actuación policial como ésta”.

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