Red Voltaire
En reacción a la ofensiva del Emirato Islámico
(ex EIIL) en Irak, el Frente al-Nusra (representante de al-Qaeda en
Siria) ha decidido crear su propio califato, según anunció el propio
emir de al-Nusra, Abu Mohammad al-Jolani, en un mensaje de audio fechado
el 21 de julio de 2014.
En aquel momento, el Frente al-Nusra se componía de miembros del Emirato Islámico en Irak. Algunos de ellos, de nacionalidad siria y provenientes principalmente de Deraa, tenían intenciones de continuar la yihad en suelo sirio.
Al-Nusra fue creado al parecer por iniciativa de Faruk Tayfur, vicesecretario general de la Hermandad Musulmana. Su línea política proviene probablemente de la oficina de la Hermandad Musulmana en Estambul y dispone de datos de inteligencia militar que le proporciona la OTAN.
El financiamiento del Frente al-Nusra provenía inicialmente de Qatar y posteriormente de Arabia Saudita, hasta que se produce la ruptura del reino con la Hermandad Musulmana. A partir de aquel momento, al-Nusra ha estado recibiendo donaciones privadas de personalidades religiosas y de jefes de grandes empresas de los países del Golfo. A esas donaciones se agregan ahora fondos provenientes de los servicios secretos sauditas, desde el reciente regreso del príncipe Bandar Ben Sultan.
A fines de 2012, al-Nusra reconoce públicamente su vinculación con al-Qaeda y en diciembre Washington incluye ese grupo en su lista de organizaciones terroristas.
Pero Francia, que dirige militarmente el Frente al-Nusra a través de varios oficiales de la Legión Extrajera, mantiene entonces su apoyo diplomático a ese grupo yihadista. El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, incluso llega a declarar, en la reunión de los «Amigos de Siria» celebrada en Marrakech el 12 de diciembre de 2012, que «todos los árabes se oponían» a la posición estadounidense «porque, en el terreno, los muchachos de al-Nusra están haciendo un buen trabajo». «Era muy claro y el presidente de la Coalición [Nacional Siria] también seguía esa línea», agrega el jefe de la diplomacia francesa [1].
El presidente de la Coalición, el jeque Moaz al-Khatib –por demás cabildero de Shell– pide entonces a Washington que revise su decisión. Además, 29 grupos rebeldes firman una petición contra la decisión de Estados Unidos y en respaldo al Frente al-Nusra. En definitiva, Francia acaba adoptando oficialmente la posición de Estados Unidos e incluso toma la iniciativa para incluir el Frente al-Nusra en la lista de organizaciones terroristas de la ONU.
El hecho es que la presencia de militares franceses, estadounidenses, qataríes y turcos junto a los hombres de al-Nusra está ampliamente comprobada y demostrada desde que la ONU incluyó ese grupo yihadista en su lista de organizaciones terroristas.
El Frente al-Nusra instala tribunales islamistas e impone la sharia en los territorios que logra controlar, donde además comete habitualmente múltiples ejecuciones públicas, entre ellas numerosas decapitaciones.
Turquía le presta apoyo logístico, a pesar de que al-Nusra toma ciudadanos turcos como rehenes [2]. En marzo de 2014, el ejército turco incluso toma, junto a los yihadistas de al-Nusra, la ciudad siria de Kassab, poblada principalmente por sirio-armenios [3]. Turquía no pone fin a sus relaciones con al-Nusra hasta junio de 2014, o sea después de que el Emirato Islámico (ex EIIL) se apodera de gran parte del norte de Irak.
Al-Nusra dispone de armas modernas, como los misiles antitanque Milan de fabricación franco-alemana e importantes cantidades de sistemas antiaéreos portátiles, conocidos como MANPAD por tratarse de misiles tierra-aire utilizados por una sola persona y lanzados desde el hombro del operador. Sus yihadistas logran desplazarse y evitar los ataques del Ejército Árabe Sirio gracias a las imágenes satelitales que al-Nusra sigue recibiendo de la OTAN, al menos hasta junio de 2014.
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